5 hábitos que no debes hacer a partir de los sesenta, según la ciencia

Mejorar la salud a partir de los sesenta
  • Puedes alargar tu esperanza de vida y afrontar la década de los sesenta años con vitalidad ajustando tus hábitos de vida, según la evidencia científica.
  • Dormir más puede reducir hasta en un 25% el riesgo de muerte prematura. 

Los sesenta son una década dorada para la mayoría de las personas; se acerca la jubilación, se goza de buena salud, se reducen las deudas y se tiene la certeza de tener la vida ya encaminada. 

Sin embargo, es preciso tener en cuenta que en esta etapa el metabolismo cambia; algunos nutrientes dejan de ser tan importantes, mientras que otros son fundamentales para retrasar el envejecimiento celular. 

Si quieres gozar de una buena salud en esta etapa, te compartimos los cinco hábitos típicos de la vida adulta que tienes que cambiar, según diversos estudios científicos. 

Dejar de ejercitar el cerebro

Cuando tenemos un rato libre a muchos de nosotros nos apetece relajar la mente para liberar el estrés. Sin embargo, al llegar la jubilación es fundamental seguir manteniendo el cerebro ágil y sano para reducir el riesgo de padecer un deterioro cognitivo.

Según un estudio, "la evidencia en personas con alto riesgo de demencia muestra que las intervenciones sobre la cognición (por ejemplo, con juegos de ordenador), llevadas a cabo durante un periodo largo (por ejemplo, 2 años) podría retrasar el deterioro cognitivo asociado con la edad".

Esta investigación, publicada en febrero en la prestigiosa revista médica The Lance, aborda la manera de gestionar y mejorar la vida de los pacientes con alzhéimer y está liderada por la universidad suiza Unige y coordinada por 28 organizaciones europeas.

La evidencia es abrumadora y afirma que ejercitar el cerebro a partir de los sesenta es saludable para todos, incluso para aquellos que no tienen un alto riesgo de padecer un deterioro cognitivo.

No aprovechar la jubilación para cuidarse más 

Dejar de trabajar nos proporciona más tiempo libre, sin embargo, las horas extra de solaz y recreo no siempre se destinan a mejorar la salud. 

Un estudio, liderado por los investigadores médicos Baowen Xue, Jenny Head y Anne McMunn y publicado en la Biblioteca Nacional Médica de Estados Unidos en 2020, recopila la literatura médica sobre el impacto de la jubilación en la salud cardiovascular.

En él, expone que la literatura médica europea sugiere que la jubilación influye negativamente en la salud, debido al aumento de peso de los sexagenarios, especialmente cuando su trabajo había estado relacionado con el esfuerzo físico.

Por el contrario, sus pares de Estados Unidos no encuentran una correlación directa entre la jubilación y la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular.

"La jubilación se ha relacionado repetidamente con el aumento de la actividad física en el tiempo libre, pero a su vez puede reducirse la actividad física relacionada con el trabajo y el transporte hasta el lugar de trabajo", explican los investigadores.

En definitiva, el tiempo libre es de cada uno y es preciso tomar la decisión consciente de aprovecharlo para fomentar los hábitos de vida saludable.

No prestar atención a las horas de sueño

El envejecimiento provoca que las personas mayores duerman menos y la falta de sueño tiene un grave impacto en la salud, a saber: un mayor riesgo de diabetes, problemas cardíacos o cáncer, tal y como recoge Business Insider.

Esto se debe, por un lado, a la reducción natural de la melatonina, la hormona del sueño, a la falta de vitamina D, a los problemas de salud muscular, que provocan malestar al permanecer en una misma postura o al incremento de la necesidad de orinar por la noche. 

Mejorar el sueño no tiene una solución universal, ya que para algunos es suficiente con mantener una buena higiene de sueño, como acostarse a la misma hora todos los días o mantener la habitación fresca y ventilada, y para otros es preciso adoptar medidas innovadoras como las apps para dormir

En cualquier caso, es un asunto serio y el estudio lo deja claro, tener una buena rutina de noche reduce hasta en un 25% la muerte prematura

Dejar de desayunar 

Una buena higiene alimentaria comienza con el desayuno y este debe ser adecuado a cada etapa vital, ya que los nutrientes que precisa el cuerpo a los sesenta no son los mismos que precisa un joven estudiante.

Por ejemplo, a partir de los sesenta, la producción de vitamina B12 se reduce y su carencia se asocia con un mayor deterioro cognitivo. Aunque podemos tomar suplementos, lo ideal es incluirla en la dieta. Algunos alimentos que la contienen son los lácteos, los cereales fortificados, el pescado y la carne de aves.

Un desayuno ideal a partir de los sesenta incluye no solo esta vitamina, sino un compendio de nutrientes que nos harán sentir más ágiles. Para la empresa de cuidadores para personas mayores Cuideo es fundamental desayunar lácteos, fruta, cereales integrales y algún embutido.

Un ejemplo podría consistir en un café con leche desnatada, una tostada de pan integral con tomate y aceite de oliva virgen, o con pavo y queso desnatado, o un bol de cereales fortificados, con alto contenido en fibra.

Además, si tenemos bajos los niveles de vitamina D, algo muy común en España, es recomendable  tomar suplementos para mejorar el sistema inmune, el crecimiento celular y el metabolismo, según manifiesta un estudio publicado en junio de 2022 y liderado por la investigadora de la UOC, Diana Díaz, con el apoyo del eHealth Center.

No cuidar la salud cardiovascular

El aumento de la esperanza de vida, que en España ostenta el cuarto puesto mundial, con 83,6 años de media, exige tomar medidas de salud pública centrada en este grupo de edad y una de las más urgentes se basa en mejorar la salud cardiovascular.

Según indica la Fundación Española del Corazón, las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte prematura por causas naturales.

 

Para minimizar el riesgo de padecer alguna enfermedad del corazón, los expertos recomiendan seguir una dieta mediterránea saludable, reducir el azúcar y el alcohol, practicar al menos 30 días de deporte al día, no fumar y controlar el peso.

Aquellos pacientes con alguna patología como diabetes o colesterol, deben, además, hacerse analíticas y revisiones médicas periódicas.

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