Conseguir una rebaja en el alquiler es más fácil gracias a la pandemia: el 75% de los inquilinos consigue bajar el precio

La fianza en un piso de alquiler

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Negociar el precio del alquiler es un pulso entre propietario e inquilino que, por tradición, solían ganar los caseros. Con la crisis del COVID-19, el mercado ha dado un vuelco: a la hora de negociar el precio, los inquilinos parten con ventaja.

El 75% de los inquilinos que negocia el precio de su alquiler, consigue una rebaja, según un informe publicado por Fotocasa, casi diez puntos porcentuales más que antes del COVID-19. En cuanto al importe, nueve de cada diez logran que esa bajada sea de hasta el 15% en el precio.

Si se compara estos porcentajes con los de 2020, "comprobamos que la pandemia ha traído una mayor tendencia a la baja de los precios durante la fase de negociación", señalan desde el portal. El año pasado, el 66% vieron bajar el precio, frente a un 20% que tuvieron que pagar más.

Los inquilinos, en posición de ventaja

Antes de la pandemia, el boom del alquiler calentaba precios en grandes capitales, los pisos se rifaban al mejor postor y lograr una rebaja era misión imposible para muchos inquilinos. En 2019, el precio de los alquileres tocaba máximos históricos en ciudades como Madrid o Barcelona, después de haber subido más de un 50% en cinco años, según el Banco de España.

La alta tensión de alquileres en grandes capitales lo explicaba un cóctel de factores: el boom del turismo y el auge del alquiler vacacional retiraron oferta del mercado, los años de bonanza atrajeron a nuevos empleados a las urbes, aumentando la demanda de alquiler, y el peso de la inversión en vivienda incrementó el precio de venta, haciendo más difícil comprar y expulsando a la demanda hacia el alquiler.

Una tónica que beneficiaba la posición de partida de los caseros a la hora de negociar el precio, ya que había pocos pisos para alquilar y mucha demanda. 

La crisis del COVID-19 hizo saltar por los aires el mercado del alquiler: dejaron de venir turistas y los pisos vacacionales engrosaron la oferta de alquiler convencional, muchos estudiantes y empleados dejaron los pisos que alquilaban, disminuyendo la demanda, y la inversión se congeló durante unos meses.

"Esta suma de factores ha hecho que el inquilino se encuentre en una posición muy influyente a la hora de fijar el precio de la vivienda", explica María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

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