9 claves para dormir con el aire acondicionado encendido y evitar problemas

Utilizar el aire acondicionado es una gran ayuda para combatir las altas temperaturas, especialmente los días en los que más calor hace en verano.

Aunque existan trucos y remedios caseros para no tener que encender el aire acondicionado, o al menos no de forma constante, lo cierto es que en muchas ocasiones es la mejor alternativa para no sufrir demasiado estos días.

Eso sí, utilizarlo de forma poco adecuada puede ocasionar resfriados. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el mal uso de estos dispositivos provoca el 20% de los catarros que se producen en veranos, así como las faringitis, laringitis y posibles dolores musculares.

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Para evitar este tipo de problemas debes tener en cuenta algunas claves, por ejemplo activar el modo noche cuando vas a dormir, hacer un buen mantenimiento de los filtros o aprovechar el frescor que queda esparcido por la estancia después de apagarlo.

Utilizar el modo noche cuando vas a dormir

Muchos aparatos de aire acondicionado tienen incluida esta funcionalidad, ya que la temperatura del organismo es más baja de madrugada.

El modo noche regula la temperatura por sí solo y se apaga durante períodos más largos de tiempo para que no pases frío. Es una buena opción si quieres evitar catarros y resfriados veraniegos.

Vigilar el correcto mantenimiento de tu aparato de aire

Si quieres que el aire acondicionado funcione correctamente vas a tener que llevar a cabo un mantenimiento adecuado. Hay algunos signos que te pueden alertar de un problema en este sentido: por ejemplo si el dispositivo expulsa malos olores.

Los fabricantes recomiendan limpiar el aire acondicionado cada 2 semanas, valiéndote de productos como desinfectantes de circuitos de aire, cepillos de limpieza o aspiradoras de mano.

Otra buena idea es comprar filtros de espuma, ya que mantendrán el dispositivo limpio.

Estas cuestiones son importantes para dormir bien con el aire encendido, ya que un mal tratamiento del mismo provocará que la temperatura no se regule correctamente.

Aprovechar el frescor que se esparce por el dormitorio

Parece una obviedad, pero no todo el mundo lo tiene en cuenta.

Duerme con las ventanas y las puertas cerradas, conecta el aire unos minutos antes de acostarse y apágalo antes de quedarte dormido. De este modo, sin tenerlo encendido durante toda la noche el frescor seguirá en la estancia.

Si lo haces bien ni siquiera tendrás que programarlo para que se apague y encienda cada cierto tiempo, porque la sensación de fresco durará hasta que despiertes. Además, tu factura de luz lo agradecerá.

Busca una buena ubicación

Colocar tu aparato de aire acondicionado justo encima de la cama quizás no sea la mejor idea, ya que podrías congelarte de frío durante la noche.

La ubicación ideal es aquella que permite al dispositivo repartir el fresco de forma homogénea por toda la habitación. Así también necesitarás tenerlo menos tiempo encendido para conseguir esa sensación de bienestar que te permite dormir en verano.

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No te pases con la temperatura

Es posible que se te vaya la mano con la temperatura del aire, especialmente los días en los que hace demasiado calor.

Resulta tentador poner la temperatura al mínimo cuando en el exterior se llegan a sumar hasta 40 grados, pero eso no significa que sea una buena decisión. Debes tener en cuenta que cada grado de menos supone un aumento del consumo del 8%, por lo que acabarás pagando de más en la factura.

Así pues, si lo dejas encendido gran parte de la noche con poca temperatura no sólo crecen las posibilidades de que te levantes acatarrado, también te va a afectar al bolsillo.

Lo ideal es situar el la temperatura en unos 25 o 25 grados centígrados, alrededor de 12 grados de diferencia respecto al exterior.

Mantener la vivienda en penumbra

Si bien el aire acondicionado es de gran ayuda para combatir el calor, y también para dormir con toda la comodidad posible en las cálidas noches de verano, no es lo único a lo que debes prestar atención.

Tener este dispositivo conectado puede ser menos eficiente si durante todo el día has mantenido las ventanas abiertas, y más aún si el sol ha estado colándose en cada uno de los rincones de casa.

Lo ideal es cerrar ventanas y bajar persianas siempre que la luz del sol se esté proyectando en tu dormitorio o en cualquier otra estancia. Así permanecerá siempre un poco más fresco y el aire acondicionado hará su trabajo de forma más rápida y eficaz.

Programar el apagado automático

Lo más seguro es que no quieras despertarte a mitad de la noche para apagar el aire acondicionado. Debido a ello, prácticamente todos los modelos de estos aparatos cuentan con la funcionalidad de apagado automático.

Sólo tienes que trastear un poco las opciones del mando y seleccionar la hora a la que creas que la habitación estará bien refrigerada. Se apagará automáticamente y dormirás cómodo sin pasar frío ni gastar más de la cuentas.

Activa el modo Swing

Es otra de las funcionalidades que tienes a tu disposición. Al activar el modo Swing las aspas empiezan a variar la dirección de la salida del aire, de modo que el flujo no te caerá directamente encima.

Además la temperatura de la habitación estará más equilibrada, sin que queden puntos más fríos que otros.

Invierte en un buen aparato de aire

Comprar un buen aire acondicionado es de vital importancia si quieres descansar de verdad.

Si optas por modelos muy antiguos o de dudosa calidad puedes terminar arrepintiéndote, ya que no encontrarás funcionalidades como el modo nocturno o el apagado automático.

Además, los aparatos de menor calidad suelen hacer mucho más ruido mientras funcionan, y aunque duermas con el fresco necesario el descanso se acabará viendo perturbado.