El alimento japonés que rejuvenece y baja el colesterol

Siguen estando de moda los productos japoneses, en parte atraídos por una gastronomía no solo deliciosa, sino que está reconocida como una de las más sanas, y para muestra, aunque hay otros factores, el dato de ser el país con mayor esperanza de vida del mundo y donde hay más centenarios. La dieta es clave, y hay muchos alimentos japoneses que dan longevidad y vigor, pero uno que además te baja el colesterol. A ver si lo conoces, aunque su origen es chino. 

Se llama ciruela japonesa o umeboshi y es uno de esos alimentos casi medicinales, los también llamados superalimentos, que ofrecen una solución natural a diversos problemas de salud, incluyendo el alto colesterol y los signos del envejecimiento, como es el caso. Es poco conocido en Occidente pero con propiedades extraordinarias. Y tiene otra ventaja añadida, no siempre común en ciertos productos nipones: es además delicioso.

La ciruela japonesa, también conocida como ume, es una fruta de color amarillo verdoso, a veces rojizo, con un sabor agrio y agridulce. Se utiliza en la cocina japonesa de diversas formas: conservas, encurtidos, licores como el umeshu y como condimento. Además, la medicina tradicional japonesa la emplea por sus propiedades curativas.

La ciruela japonesa, una aliada natural contra el colesterol

Aparte de vivir más y más sano, si hay una lucha diaria en muchas personas es contra el colesterol. La ciruela japonesa emerge como una solución natural con potencial para mejorar tu salud cardiovascular. 

Este fruto, cargado de polifenoles y antioxidantes, ha demostrado ser eficaz en la reducción del colesterol LDL, el llamado colesterol malo, y en el incremento del colesterol HDL, conocido como colesterol bueno. Este equilibrio es crucial para prevenir enfermedades cardíacas y mantener nuestro sistema circulatorio en óptimas condiciones.

¿Cómo actúa umeboshi contra el colesterol?

Los compuestos bioactivos presentes en umeboshi juegan un papel fundamental en su capacidad para combatir el colesterol. Los estudios sugieren que estos compuestos facilitan la eliminación del colesterol excesivo en el cuerpo, contribuyendo así a una mejora significativa en nuestra salud cardiovascular. 

Incorporar umeboshi en tu dieta, ya sea en ensaladas, como condimento o incluso en pequeñas cantidades directamente, puede ser un paso sencillo pero efectivo hacia un corazón más saludable. Pero hay más...

El secreto de la juventud en una ciruela

Más allá de sus beneficios para el colesterol, la ciruela japonesa es venerada por sus propiedades antienvejecimiento. La riqueza de antioxidantes como los polifenoles, y las vitaminas C y E, permite a umeboshi combatir el estrés oxidativo y la inflamación, dos de los principales culpables del envejecimiento celular. Al neutralizar los radicales libres, umeboshi no solo protege contra el deterioro celular, sino que también promueve una piel más joven y una mejor salud general.

Beneficios antiinflamatorios y cognitivos

La inflamación crónica está en la raíz de muchas enfermedades relacionadas con la edad. Aquí es donde umeboshi vuelve a brillar, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y artritis. 

Además, el impacto de umeboshi en la salud cognitiva no puede ser subestimado. Sus antioxidantes y compuestos neuroprotectores ofrecen un escudo contra el deterioro cognitivo, manteniendo nuestro cerebro agudo y funcional a medida que envejecemos.

Cómo incorporar umeboshi en tu dieta

Añadir umeboshi a tu dieta es más fácil de lo que piensas, aunque primero hay que encontraro en tu supermercado o mercado más cercano, ya que no es un producto habitual en España. 

Si lo encuentras, ya sea como parte de tu desayuno, en ensaladas, o como un snack saludable, hay muchas formas creativas de disfrutar de los beneficios de esta superfruta. Además, con su sabor único, umeboshi puede aportar un toque exótico a tus platos, haciéndolos no solo más saludables sino también más deliciosos.

Puedes también consumirla fresca, encurtida o en forma de pasta, o incluso en forma de té, tan común en Japón, o de vinagre. Eso sí, comienza con pequeñas cantidades para evitar posibles efectos secundarios digestivos.