Barcelona retira los patinetes WIND solo unas horas después de que aparecieran por las calles

Vicente Cano
Patinentes WIND
  • La Ordenanza de Movilidad de Barcelona prevé que estos dispositivos, si son para una actividad económica, solo puedan usarse con un guía.
  • Así, los patinetes de la app Wind han durado solo un par de días en la ciudad, aunque todavía parecen quedar algunos.

  • En Madrid, los usuarios de los patinetes de Lime, empezarán a ser multados desde mañana si no llevan casco, aunque algunos ya han sido sancionados. 

Barcelona está retirando los patinetes de una startup alemana que los había distribuido a modo de test. Sin embargo, decir que la capital catalana se une a Madrid en la guerra contra el patinete eléctrico de alquiler sería exagerar. Y es que lo cierto es que la ciudad condal promulgó su Ordenanza de Movilidad incluso antes de la instrucción de la DGT que clasifica los vehículos de transporte personal (VTU).

De hecho, la clasificación que hizo Trafico de los patinetes y otros VTU es un calco de la desarrollada en Cataluña y que ahora otras ciudades como Valencia también quieren aplicar. Aunque hay diferencias entre las normas de Madrid y de Barcelona, ya que en la primera se exige casco a todos los usuarios y se restringen las vías por las que estos patines pueden circular, la segunda no lo hace.

Eso sí, hay una cuestión legal por la que en Barcelona las startup de patinetes eléctricos de alquiler tienen casi imposible poder operar: es necesario que sus usuarios vayan con un guía. Este es el motivo, y también que Bike Mobility ha desembarcado en la ciudad sin consultar nada con las autoridades, por las que el Ayuntamiento de la ciudad condal ha procedido a la retirada de sus patinetes. 

Hasta 100 de estos dispositivos se habría ya sacado de las calles barcelonesas, donde numerosos usuarios de redes sociales habían hecho notar que "de repente, se ve un patinete cada dos minutos". Quienes utilizaban los patinetes de alquiler en Barcelona, lo hacían a través de la aplicación Wind, que en Berlín y otras ciudades ofrece bicicletas de alquiler y sigue activa en España. 

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De hecho, todavía quedan algunos patinetes de alquiler disponibles en Barcelona mientras termino de escribir este contenido y como puedes ver en el pantallazo de abajo. Su precio es calcado al de Lime: 1 euros por el alta del alquiler y 0,15 céntimos minuto posteriormente. El área de Barcelona donde pretendía operar esta startup de movilidad era reducida y, de hecho, en su web las únicas críticas de usuarios que pueden verse se refieren precisamente a este punto. 


"Nos encontramos que se habían puesto patinetes en la vía pública, y como aquí regulamos pioneramente este tipo de movilidad e hicimos pautas de por dónde podían pasar, la Guardia Urbana los está sacando de las calles", confirma para Business Insider Marta Pigem, del departamento de prensa del Ayuntamiento de Barcelona.

"En Barcelona ya se estableció que, si son para uso privado, se puede circular con unas condiciones y, si son de uso en una actividad económica, deben llevar guía, lo que invalida este tipo de uso por nuestra normativa. Tratamos de hablar con ellos, pero no pudimos hablar con la empresa y, de momento, la Guardia Urbana está ahora mismo retirándolos", añade. 

Wind

La representante del Ayuntamiento de Barcelona también ha confirmado a Business Insider que la ciudad trabaja ahora mismo en una nueva regulación en cuanto al uso del espacio público que hacen todos los servicios de carsharing, motosharing y bicicletas compartidas que llevan tiempo operando allí. "Y también tenemos normas para las cargobikes, los txixies para turistas y toda clase de vehículos que llevan a cabo una actividad económica", recalca. 

Un mal entendido o un mal asesoramiento

Sin embargo, tras localizar el teléfono de Bike Mobility en su web y marcar el número 800 que figura como teléfono de contacto, al cabo de un solo minuto, han devuelto la llamada a Business Insider desde Berlín. Al otro lado teléfono estaba Daniel Hinkeldein, jefe de operaciones de la empresa quien ha dado toda clase de explicaciones sobre su intención.

"Esto es un negocio local, con gente de Barcelona. Estamos en una etapa de testing, por eso hasta ahora no hay patinetes, solo bicicletas. Queremos contribuir a dar este servicio a los residentes y visitantes de la ciudades", confirma Hinkeldein quien se extraña de que desde el Ayuntamiento de Barcelona hayan tratado de ponerse en contacto con ellos sin conseguirlo. 

"Lo que estamos haciendo son pruebas de campo para comprobar que funcione la localización, pero nuestra intención no era empezar a operar hasta que el gobierno de la ciudad nos diera la luz verde. Estamos hablando con las autoridades de la ciudad y con la gente de Ecología y Movilidad Urbana de Barcelona, pero están de vacaciones, y hemos pedido disculpas al Ayuntamiento de Barcelona", añade otro de los responsables Bike Mobility.

Y puntualizan: "Quienes llevan el negocio con los patinetes allí están en conocimiento de todas las normas de la ciudad y no es nuestra intención saltárnoslo. Es un concepto nuevo en Barcelona y hay un pequeño vacío legal entre una y otra cosa. Se están tramitando las licencias y los permisos y ha sido un error lanzar las pruebas técnicas. Somos una empresa internacional, pero europea y sabemos qué importante es estar de buenas con las autoridades, no somos como otras startup, así que nunca ha sido nuestra intención operar sin permiso", puntualizan. 

Tras media hora de charla telefónica sobre las particularidades de las ordenanzas de movilidad de las ciudades españolas, parece algo sorprendido, aunque tampoco deja 100% claro si las operaciones en Barcelona con la app Wind las está llevando a cabo directamente su empresa o es un socio local. 

La segunda opción sería la peor, porque si uno se asocia con alguien es porque debe proporcionar conocimientos y contactos en el entorno y en ese caso nunca habrían desembarcado en Barcelona con patinetes de alquiler sin consultarlo antes con el Ayuntamiento. 

Valencia también está viviendo una situación similar: aunque la ciudad tardará meses en tener la norma que restringirá tanto su uso como Madrid, por ahora, Lime ha arrancado allí sus operaciones. Esta estrategia parece mejor, ya que si para entonces hay cientos o miles de usuarios satisfechos y no se ha generado ningún problema, la pelota estará entonces en el tejado de la autoridades, aunque lo que parece por ahora es que los ayuntamientos españoles no quieren ni oír hablar de los patinetes eléctricos de alquiler.

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