Se busca ministro de Economía: 73.000 euros de sueldo y triples funciones

Alejandro Carantoña
Luis de Guindos, nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo.
Luis de Guindos, nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo.
  • España ha sido "recompensada" con la vicepresidencia del Banco Central Europeo, del que llevaba ausente desde el apogeo de la crisis en 2012.
  • Mariano Rajoy busca sustituir a De Guindos, pieza clave en su Gobierno y estrategia política, siempre apoyada en vender una gestión económica firme.
  • Las quinielas apuntan a que el presidente quiere minimizar el baile de ministerios.

Luis de Guindos ha conseguido este lunes su objetivo: abandonar el Gobierno de España, del que formaba parte desde 2011, y convertirse en el nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo.

En el plano comunitario, el paso tiene una importancia capital porque es la primera vez que un ministro pasa del ejecutivo al banco de bancos del continente y porque es la primera vez que un país (España) vuelve a incorporarse al Comité Ejecutivo del BCE tras haberlo abandonado.

En clave nacional, este nombramiento ha abierto las quinielas sobre la persona que sucederá a De Guindos y por lo tanto será el nuevo ministro de Economía en el Gobierno de Mariano Rajoy, al que le quedan dos años de legislatura y que aspira a repetir como candidato en 2020. Rajoy, sin embargo, tiene fiada esa opción a consolidar la recuperación económica, aspecto en el que De Guindos era un hombre crucial.

"No entremos en plazos", declaró Rajoy al conocer la noticia y preguntado por la sucesión de su ministro de Economía, Competitividad e Industria. Este movimiento, que Guindos anhelaba pero para el presidente suponía perder una pieza clave, llega en un momento muy delicado en los equilibrios políticos de Rajoy, que no quería verse obligado a realizar cambios en su gabinete.

Además, las relaciones con su socio de investidura, Ciudadanos, atraviesan un pésimo momento: en las últimas semanas se han cruzado acusaciones a cuenta de corrupción y financiación de los partidos, hasta el punto de que en la última sesión de control al Gobierno el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, dio por "congelado" el pacto que permitió a Rajoy convertirse de nuevo en presidente en 2016.

Esto, sumado al hecho de que España se encuentre en prórroga presupuestaria y en que la situación en Cataluña se haya empantanado, han creado una acumulación de frentes políticos a los que Rajoy no quería añadir otro más.

Rajoy y su "núcleo duro"

Toda la estrategia del Partido Popular para lograr una mayoría absoluta en 2011 estaba basada en dos palabras: crisis económica. Para salir de ella y vender una imagen de gestión firme y meticulosa, Mariano Rajoy se apoyó en tres nombres clave, que le han acompañado en sus sucesivos gobiernos desde entonces: Fátima Báñez, la ministra de Trabajo que implantó la reforma laboral más dura en 2012; Cristóbal Montoro, el ministro de Hacienda de la amnistía fiscal y de las espectaculares subidas de impuestos; y Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad. Los dos últimos, de los que es sabido que nunca han tenido buena sintonía, vieron cómo Rajoy distribuía los pesos de la política económica entre ambos para evitar que acaparasen excesivos poderes.

De los tres, De Guindos, que recibió el encargo de lidiar con las instituciones europeas y negociar la política económica de España en el contexto europeo, es el primero en abandonar el puesto. Además, su ministerio asumió la cartera de Industria cuando Rajoy decidió partir el ministerio de Industria, Energía y Turismo, tras la dimisión de José Manuel Soria en 2016 por su implicación en los "Papeles de Panamá".

De Guindos constituía, por lo tanto, una pieza esencial que el presidente no quería perder. Por eso el lunes no hubo grandes celebraciones por parte del presidente: tan solo tibias palabras en un foro organizado por el diario La Razón.

Esto es exactamente lo que se espera de la persona que le sustituya: que tome de inmediato las riendas de la relación con Europa, que conozca muy bien el medio y, sobre todo, que esté alineada con la visión política del presidente. A fin de cuentas, un ministro cobra en torno a 70.000 euros anuales, un sueldo exiguo al lado de lo que podría percibir en el sector privado... o en el BCE: ahora, a De Guindos le corresponderán 334.080 euros brutos anuales como salario base.

La persona indicada para sustituir a De Guindos es...

El País ha indicado, en su quiniela, que el mejor posicionado es Román Escolano, vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones, órgano financiero europeo, aunque ha añadido otros nombres: el de Eva Valle, que dirige la Oficina Económica de Presidencia y el de Fernando Becker, al que El Español pone en cabeza de su lista por su perfil técnico, por su bagaje y por su afinidad con el presidente del Gobierno.

Finalmente, cabría la posibilidad (poco probable) de un baile entre ministerios: lo que ya es sabido es que Rajoy, como es su costumbre, no quiere grandes sobresaltos.

 

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