Así es como la ciencia podría permitirle a cualquier regalar un diamante

Diamante

Tahlia Doyle/Unsplash

  • La ciencia logra crear diamantes artificiales con una nueva técnica que podrían hacer bajar muchos los precios.
  • El nuevo método ya no necesitaría lo que parecía imprescindible: ejercer niveles de presión y de temperatura extremos.

Igual has leído que los diamantes, ya de por sí caros, van a subir más, pero ¿y si te dijera que hay otra opción y que con este nuevo avance este tipo de diamantes se abaratarían más? ¿Se podrían convertir los diamantes en un regalo asequible? 

En un mundo donde los diamantes son símbolos de lujo y exclusividad, la ciencia ha abierto una puerta sorprendente gracias al ingenio humano en los laboratorios.

El antiguo paradigma: la formación natural de diamantes

Los diamantes naturales se forman bajo condiciones extremas de presión y temperatura, específicamente en la "zona estable de diamantes" a unos 150 kilómetros de profundidad, o en las "zonas de subducción" a aproximadamente 80 km bajo la superficie terrestre. Aquí, las temperaturas superan los 1.000 grados centígrados y las presiones alcanzan niveles extraordinarios, creando estas gemas preciadas a lo largo de millones de años.

¿Cómo replicar un proceso natural que dura millones de años? Pues lo que no pueda hacer el ser humano... Ya se podían hacer diamantes sintéticos, de hecho, pero requería para no tener que hacer esperar al cliente esos millones de años, de unos valores de presión de medio millón de atmósferas. Pues con esta nueva técnica, ni siquiera haría falta eso y con ello menor coste de fabricación y menor precio.  

La innovación de los diamantes sintéticos: nada nuevo

Aunque los diamantes sintéticos no son una novedad, con investigaciones que datan de la década de 1970, la técnica tradicional para crear estos diamantes implicaba replicar esas altas presiones y temperaturas de su entorno natural. Esto requería una cantidad enorme de energía y limitaba el tamaño de los diamantes a un centímetro cúbico debido a las dificultades técnicas para alcanzar y mantener tales condiciones.

Pero siempre la ciencia va más allá y hace lo que parecía antes imposible. ¿Fabricar diamantes y además con la simple presión atmosférica? 

Recientemente, un equipo de investigadores liderado por el renombrado químico-físico Rod Rouff ha desafiado el paradigma existente en el Centro de Materiales Multidimensionales de Carbono en Corea del Sur. Han desarrollado un método revolucionario que permite la creación de diamantes a una presión de solo 1 atmósfera, la presión atmosférica estándar al nivel del mar

Cómo funciona el nuevo método

El equipo de Rouff utilizó una cámara de reducido tamaño que aceleraba el proceso preparatorio significativamente. La "receta" para el diamante incluye una aleación de metal líquido con galio, hierro, níquel y silicio, que se expone a una mezcla de hidrógeno y metano a 1.025 grados centígrados. Esta innovadora técnica no solo simplifica la creación de diamantes, sino que también la hace más energéticamente eficiente y menos costosa.

El diamante "de andar por casa"

Resultado de todo ello: una "democratización" de la compra de diamantes. Seguiría siendo para siempre, pero no porque como mucho te podrías permitir regalar uno una vez en tu vida, sino por tema sentimental y no de bolsillo; poseer esta gema que, hasta ahora, era un lujo para pocos.

El impacto de esta tecnología va, por tanto, más allá de la joyería y el lujo y se adentra en lo práctico, lo industrial y lo sociológico, porque con diamantes más accesibles, las posibilidades se expanden a usos en electrónica, maquinaria y otras tecnologías avanzadas que requieren materiales duraderos y conductores, incluso para la computación cuántica

Cuánto cuesta ahora un diamante sintético frente al "tradicional"

Cuidado porque si te adentras en datos pasados, verás que el diamante de laboratorio costaba más que el tradicional, en parte por ese proceso tan costoso de creación que ahora con esta nueva técnica desaparecería. Sin embargo, en los últimos años han ido cayendo un 35% en su valor, con lo que es más económico uno artificial. 

Por ejemplo, la empresa De Beers, un referente en la venta de este tipo de diamantes que vendía una gema por 4.200 dólares, ahora lo hace por 600; una similar natural ronda los 6.000 euros, pero en este caso se rige por el mercado del diamante. Además, un diamante natural mantiene de media un 50% de su valor y uno de laboratorio lo perderá casi por completo. 

¿Puedes diferenciar un diamante natural de artificial?

No tendrás problemas porque el precio y la garantía te lo dirá, pero en caso de querer hacerlo por ti mismo, ¿es posible? Pues es complicado si no eres un experto y sin un equipo especializado, y aun así, un gemólogo tendrá dificultades para ello. La clave son las imperfecciones, muy diferentes en un diamante natural a uno sintético y en ocasiones ciertas diferencias en las que el diamante refleja la luz. 

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