Consecuencias del cambio climático: las placas solares pierden eficacia con las olas de calor

Lo lógico es pensar lo contrario: si las placas solares transforman en energía los rayos del sol, cuánto más sol haga, mejor. Pues no. Todo lo contrario. Y es otra de las consecuencias del cambio climático, porque los expertos en el tema aseguran que los episodios climatológicos extremos, como las olas de calor, se repetirán cada vez con mayor asiduidad. 

En el blog de Iberdrola dejan claro que las energías renovables, en especial la eólica y la solar, no son igual de eficientes si la temperatura es extrema. 

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El calor intenso disminuye la eficiencia de los paneles solares y causa daños irreparables en la superficie colectora. La sequía mengua el cauce de los ríos y compromete la generación por hidroturbinas. Y las bolsas de aire caliente derivado de las altas temperaturas detienen el viento, comprometiendo el buen hacer de los molinos eólicos, afirman en Iberdrola. 

Está claro que no. Las olas de calor no son buenas aliadas para la generación de energías renovables. 

La eficiencia de los paneles fotovoltaicos en plena ola de calor

Centrándose únicamente en la energía fotovoltaica, desde Iberdrola comentan una variable importante para entender por qué las placas solares funcionan peor cuando hace mucho calor: el coeficiente térmico. 

Éste, explican, hace referencia a la pérdida de calor en los paneles fotovoltaicos. En días de elevadas temperaturas y enorme insolación (cada vez hay más, como consecuencia del cambio climático), la generación de energía se ve comprometida, la radiación extrema llega a inutilizar los cristales y las instalaciones sufren peligro de averías irreparables.

Los paneles solares se prueban a 25° C y, por lo general, tienen un rango de temperatura de entre 15 °C y 35° C. Las células solares —los dispositivos electrónicos que convierten la luz solar en electricidad y que se conectan entre sí para construir los paneles solares— producen energía solar de forma más eficiente dentro de este rango. 

Pero con calor extremo, subrayan, las placas fotovoltaicas pueden llegar alcanzar temperaturas de hasta 65° C, lo que afecta a la eficiencia de las células solares. 

No es de extrañar que los mejores rendimientos energéticos se produzcan en los días soleados y fríos de invierno, cuando los módulos reciben luz solar sin comprometer su estructura por una alta radiación que, además, hace imposible la disipación de calor del sistema.

¿Cuánta eficiencia pierden las placas solares cuando hace mucho calor?

En Atersa se atreven a cifrar la pérdida de efectividad que sufren los paneles fotovoltaicos cuando el calor y el sol son excesivos. 

Se refieren, de nuevo, al dato del coeficiente de temperatura, a través del cual se puede conocer la pérdida de rendimiento en porcentaje por cada grado de temperatura por encima de los 25° C. Es habitual que esté definido por el fabricante y que aparezca entre las características de la placa solar.

El valor de este coeficiente, continúan, suele estar ente -0,3%/ ° C a -0,5%/ ° C. Por ejemplo, un coeficiente de temperatura para la potencia de -0,3%/ ° C significa que, por cada grado de temperatura por encima de 25° al que se encuentre la placa solar, ésta perderá un 0,3% de potencia. 10º C, por tanto, equivaldrán a un 3% de perdida. 

En consecuencia, este coeficiente será mejor cuanto más cercano esté a cero. Sin entrar en mucho detalle,  indican, "no es extraño que los módulos fotovoltaicos, cuando reciben la radiación solar, estén sobre unos 20º C por encima de la temperatura ambiente. Si el módulo está en una instalación coplanar con poca ventilación posterior, este valor aumenta".