El creador de ChatGPT empatiza en Madrid con los críticos de las tecnológicas y pide que se cuente con OpenAI para diseñar la regulación de la IA

Sam Altman, CEO de OpenAI, en Madrid.
Sam Altman, CEO de OpenAI, en Madrid.

IE University

  • En el marco de su gira global, el CEO de OpenAI y creador de ChatGPT, Sam Altman, para por Madrid y dice entender a los "escépticos" con las grandes tecnológicas.
  • Vuelve a reivindicar la necesidad de regular la IA, pero contando con su feedback y sin ahogar la innovación de pequeñas startups (que no podrán competir con ellos).

Sam Altman es un CEO tecnológico atípico en Silicon Valley. Ha pisado el Senado estadounidense y no solo ha aceptado, sino que está incentivando que se regule la tecnología que le ha hecho conocido en todo el planeta. Ahora, en suelo europeo, está haciendo lo mismo. 

Este lunes Altman ha estado unas horas en Madrid. Las suficientes para reunirse con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, o con la secretaria de Estado de Digitalización, Carme Artigas. Las suficientes para también poner en pie a un auditorio de 500 personas en la IE University, uno de los grandes rascacielos de Madrid.

Altman participó en una charla presentada por Joe Haslam, profesor de la IE Business School. Lo hizo acompañado de Mo Bavarian, investigador de OpenAI, y de Elena González-Blanco, también docente en el centro y CEO de Clibrain, una startup española especializada en inteligencia artificial.

El hombre más buscado del momento fue el último en subirse al escenario. En cuanto lo hizo, el auditorio estalló en un atronador aplauso. Había ganas de escucharle, aunque Altman, que se reconoció "entusiasmado" por la "energía" que se respiraba en España, quiso hacer más por oír. Por eso interrumpió en varias ocasiones al moderador pidiendo al público que interactuase.

Respondió a todo. Si ha probado Google Bard, cuáles son las claves del éxito de su startup, cómo es la cultura corporativa en OpenAI, si espera aumentar el peso del español en los futuros desarrollos de su modelo... E incluso se sorprendió cuando la mayoría del auditorio fue claro y decenas de manos se levantaron tras preguntar quiénes creían que su IA debía ser open-source.

"No estoy de acuerdo, pero lo respeto", adujo escuetamente, provocando una sonora carcajada.

Pero en lo que se detuvo más tiempo fue al hablar de regulación. Como ya hiciera hace unos días en el Senado estadounidense, volvió a defender la necesidad de regular la inteligencia artificial globalmente. Y lo hizo haciendo autocrítica por todo el sector tecnológico.

Sam Altman pone distancia con el resto de la industria tecnológica: "No nos juzguéis por nuestras palabras"

"Creo que es completamente justo ser a veces escéptico con nosotros", "dados todos los desafíos que han provocado las grandes compañías". "Han hecho también grandes cosas buenas, pero esas cosas se diluyen en la conversación. La industria tecnológica ha hecho mucho bien en el mundo, y estoy orgulloso de ello, pero también estoy impresionado por algunas cosas que han sucedido".

Por eso, el CEO de OpenAI, el hombre que ha puesto el foco del planeta entero en las posibilidades de la IA generativa, cree que es "súper razonable esperar más de nosotros". "Podríamos hablar de todo el trabajo que venimos haciendo por hacer que nuestra actividad sea más segura y comprometida. No es perfecto, pero incluso nuestros mayores críticos creen que hemos dado grandes pasos".

"Por eso, no nos juzguéis por nuestras palabras", pidió. "Mirad la manera en la que hemos desplegado nuestros sistemas. Mirad qué hemos hecho para impulsar una regulación proactiva en todo este tiempo".

Horas antes de que Altman pronunciara estas palabras, el CEO de OpenAI se había reunido con el presidente del Gobierno. España presidirá el Consejo de la Unión Europea entre julio y diciembre, con lo que dirigirá las negociaciones con el Parlamento Europeo y la Comisión para aprobar definitivamente el esperado Reglamento de la Inteligencia Artificial.

De hecho, la gira de Altman no se detiene en Madrid y continuará esta misma semana en Bruselas. Y aunque no se refirió explícitamente al contenido de sus conversaciones con los líderes políticos —sí hizo referencia al traje que viste para presentarse ante ellos, asegurando no estar "acostumbrado"—, parte de su discurso de este lunes dio pistas de las mismas.

"Se está golpeando a la industria tecnológica, y creo que en cierta manera es merecido, siendo honestos. Y es algo completamente razonable el que se diga: haber hecho un trabajo mejor en el pasado. Nosotros lo hemos hecho de múltiples maneras". Pero OpenAI entiende que es crucial que esos pasos que se den en la cocina de la futura regulación se hagan teniendo en cuenta su opinión.

Anima a no sobrerregular para no ahogar la innovación, pero al mismo tiempo pide participar de los procesos

En su intervención en el legislativo estadounidense días atrás Altman recomendó la creación de una agencia federal para regular la inteligencia artificial. España ya tiene la suya, la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA), adelantándose así a los estándares que probablemente marcará el Reglamento de la IA cuando se apruebe definitivamente.

El Reglamento de la Inteligencia Artificial que tiene sobre la mesa el Parlamento Europeo no contempla excepciones a desarrollos open source, como advertía hace días Andrés Miguel Torrubia, cofundador del Instituto de Inteligencia Artificial en Xataka: El texto "favorece a los grandes" y es un "misil a los movimientos open source".

Altman llamó la atención sobre los riesgos que pueden existir en el mundo —no quiso concretar en Europa, aunque las palabras las pronunció en España— de "sobrerregular". 

"Hemos sido muy claros en este punto, ninguna regulación que impacte en pequeños modelos tiene sentido. La regulación debe ser distinta para nosotros. Ahí es donde creo que la sociedad tiene un interés real en asegurarse de que no hacemos un gran daño al mundo. Y puedo equivocarme, pero estamos en una vía que nos llevará a desarrollar modelos que puedan hacer ese daño".

60 organizaciones piden a España que subsane "graves deficiencias" en el Reglamento de la IA una vez asuma la presidencia del Consejo de la UE

Altman incidió en esto: "Este es un mensaje claro: comunidades robustas de open source no pueden ser obstaculizadas por la regulación".

No es de extrañar que salga del propio Altman la idea de una regulación global que se desarrolle en contacto con OpenAI y grandes compañías —como la propia Google—. Su modelo de lenguaje GPT ya ha marcado los estándares de la industria. No teme que surjan nuevos competidores y, más allá de discursos filantrópicos, una regulación de la IA no detendrá el furor de la IA generativa.

Por eso tampoco dudó en hablar sobre el veto que ChatGPT tuvo durante casi un mes en Italia. "Creemos que es muy importante garantizar la privacidad en estas cosas. Esta es una tecnología que va a impactar en todos nosotros, estamos felices de haber implementado cambios, y seguiremos preocupándonos de las amenazas a la privacidad que representan estos modelos".

"Esto va a cambiar el mundo mucho. Vamos a enfrentarnos a enormes desafíos. Queremos ser un buen socio para el trabajo que queremos hacer. Queremos construir un servicio que la gente ame, que la gente entienda que hace sus vidas mejor, que no lo sientan como quien se siente empujado a tomar su medicación".

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