La CIA controló en secreto durante décadas una empresa que codificaba mensajes para los servicios de espionaje de medio mundo, según una investigación

Un limpiador sobre el logo de la CIA.
Un limpiador sobre el logo de la CIA.
  • Crypto, una proveedora de servicios de encriptación para países, estaba en realidad secretamente controlada por la CIA y los servicios secretos alemanes del BND.
  • Lo ha revelado este martes una investigación conjunta de The Washington Post y la emisora alemana ZDF, que ha accedido a varios informes clasificados de ambas agencias.
  • En los documentos, la CIA se vanagloriaba de cómo los países estaban pagando por un servicio y "por el privilegio" de que sus comunicaciones "más secretas" fuesen interceptadas por terceros.
  • Para The Washington Post, este escándalo sirve para explicar el "insaciable apetito" de EEUU por controlar la vigilancia a nivel global.
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Países de medio mundo han confiado durante décadas en una empresa proveedora de servicios de encriptación llamada Crypto. La idea era que con su tecnología, las comunicaciones de espías o diplomáticos de estos estados estuviesen a resguardo de miradas indiscretas.

Pero Crypto tenía un propietario: la CIA. Así lo expone en un extenso reportaje de The Washington Post, tras una investigación periodística realizada en colaboración con una emisora pública alemana, la ZDF. La agencia de inteligencia estadounidense estuvo detrás de esta firma en colaboración con los servicios secretos de la Alemania occidental.

La propia CIA describe esta circunstancia en informes internos como "el mayor golpe de inteligencia del siglo". Es el mismo título que recibe el reportaje de The Washington Post y ZDF que ha sido publicado este martes.

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Crypto contaba con su sede en Zug, Suiza, en un edificio donde todavía se puede ver su logo blanco y naranja. En 2018 la firma cerró, pero dos compañías compraron la mayor parte de sus activos. De un lado, CyOne Security, que provee de sistemas de seguridad en exclusiva al Gobierno suizo. Del otro, Crypto International, que aprovechó la marca existente y su cartera de negocios internacional.

La CIA, la NSA o la BND alemana, señaladas

Cámaras de vigilancia.

The Washington Post detalla que fue en ese año cuando la CIA se deshizo de sus últimas participaciones en esta firma suiza. La BND, homóloga alemana del CNI español, abandonó el proyecto en los 90, al entender que el riesgo de que se descubriera el pastel era demasiado elevado, siempre según el citado medio de comunicación.

El reportaje también sitúa en medio de la polémica a la NSA, la agencia de seguridad nacional estadounidense, que habría colaborado estrechamente con la CIA en el control de Crypto.

Crypto, con su sede en Suiza, comenzó realizando máquinas decodificadoras para los militares estadounidenses durante la II Guerra Mundial. Habría vendido equipamiento de encriptación por valor de varios millones de dólares a más de 120 países, y hasta bien entrado el siglo XXI.

Tanto el Post como la germana ZDF han tenido acceso a un historial de documentos de los servicios secretos implicados, que revelan que la propiedad de Crypto era una operación cuyo nombre en clave era en un principio Tesauro y después fue rebautizada como Rubicon.

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Entre los informes clasificados a los que han accedido ambos medios, algunos detallan cómo este era "el mayor golpe de inteligencia del siglo". Los documentos, de carácter interno, presumían de cómo "gobiernos extranjeros están pagando un buen dinero a los EEUU y a la Alemania Federal por el privilegio de que sus comunicaciones más secretas se han leídas por al menos dos gobiernos —que pudieron ser 5 o 6—".

La intervención de mensajes codificados por Crypto se empleó para darle información al Reino Unido sobre el ejército argentino durante la Guerra de las Malvinas, o sirvió para recoger las felicitaciones que se dieron militares libios tras un atentado en una discoteca de Berlín en 1986. Pero según los medios de comunicación que han destapado el escándalo, este programa tenía límites: la URSS no era cliente de esta empresa.

El exdirector adjunto de la CIA, sin remordimientos

Para los medios que han desvelado esta información, el escándalo de Crypto, la CIA y los espías alemanes ayuda a explicar cómo los Estados Unidos desarrollaron "un apetito insaciable" por controlar "la vigilancia global"; lo que ya expuso Edward Snowden en 2013.

Ambos medios también han conseguido entrevistar también a Bobby Ray Inman, quien fuera director de la NSA y director adjunto de la CIA entre finales de los 70 y los 80. "¿Me arrepiento de algo? No".

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También han recogido testimonios de extrabajadores que se sienten traicionados por su propia empresa, como un ingeniero eléctrico que trabajó durante 16 años en ella, Juerg Spoerndli. "Piensas que haces un  trabajo seguro y te das cuenta de que estabas engañanado a tus clientes".

Crypto International, la empresa que heredó en 2018 la marca y el negocio internacional de la compañía de encriptación tras su liquidación en 2018, también ha participado en el citado reportaje. "En Crypto International nunca hemos tenido ninguna relación con la CIA o el BND, y por favor, cítame".

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