El funcionamiento del cerebro es todo un misterio. Aún existen muchos enigmas que quizás algún día terminen por salir a la luz, por ejemplo, esos rincones oscuros que hacen peligrosos a los seres humanos en algunas ocasiones.

La sociopatía y la psicopatía son dos trastornos de la personalidad que aún suponen un misterio para la ciencia y la psicología. Quienes los padecen no suelen tener empatía por los demás, tampoco remordimientos y suelen recurrir a la violencia si la situación lo requiere.

A menudo se tiende a utilizar ambos términos como sinónimos pero, aunque comparten muchos rasgos de personalidad, también hay características que los diferencian. Para entender mejor esto último es necesario saber exactamente la definición de cada uno.

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Un sociópata es una persona que padece un trastorno de personalidad antisocial. Es una condición mental que hace que la persona no sepa distinguir entre el bien y el mal. De esta manera, ignora los sentimientos y los derechos ajenos.

Una característica es que sí saben interpretar la culpabilidad, el cuidado o el amor. De hecho, los sociópatas son capaces de mostrar empatía hacia personas muy concretas de su entorno. 

Por otro lado, un psicópata posee los mismos rasgos que un sociópata pero con ciertos matices. La falta total de empatía es lo primero que los caracteriza. No son capaces de ponerse en la piel de las personas más cercanas a ellos.

El propósito de un psicópata es el beneficio propio. Y aquí llega otra diferencia, en este caso sí saben lo que están haciendo, pero no sienten culpa si sus actos perjudican a los demás.

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Una gran diferencia entre ambos trastornos es que, mientras que un psicópata nace siéndolo, el sociópata no. Aunque es cierto que no se ha identificado ningún gen específico relacionado con la psicopatía, el psicólogo Eduard Punset ha explicado que "en el caso de la psicopatía es probable que los genes influyan más que el entorno en el desarrollo de su personalidad".

Un psicópata puede resultarte encantador, incluso tal vez puedas estar saliendo con uno. Posee muchas habilidades sociales aunque las ponga en juego para encandilar a la gente y poder manejarla después. Sin embargo, un sociópata tiene grandes dificultades a la hora de relacionarse con otras personas.

Como ves, existen ciertas diferencias entre un trastorno y otro, y algunas son lo suficiente visibles para comenzar a utilizar bien el nombre de estas patologías.