Esto es lo que gastan las tecnológicas, lideradas por Google, Facebook y Microsoft, en hacer lobby en la Unión Europea: 97 millones de euros anuales y 1.452 lobistas

El CEO de Meta (matriz de Facebook), Mark Zuckerberg, junto a la bandera de la Unión Europea.
El CEO de Meta (matriz de Facebook), Mark Zuckerberg, junto a la bandera de la Unión Europea.

Reuters

  • Las grandes tecnológicas gastan 97 millones de euros al año en hacer lobby ante la Unión Europea, según un estudio de Corporate Europe Observatory y LobbyControl.
  • Solo Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft acumulan 23 millones, el triple que en 2013, cuando gastaban 7,3.
  • La Ley del Mercado Digital y la Ley de Servicios Digitales son sus principales objetivos, para lo que han mantenido 202 reuniones con la Comisión Europea desde finales de 2019.
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La Unión Europea se ha convertido en un foco de preocupación para las grandes tecnológicas multinacionales, con las nuevas normativas como la Ley de Servicios Digitales y la Ley del Mercado Digital, así como las investigaciones antimonopolio sobre Google o Facebook.

Para tratar de influir en las decisiones que se toman en Bruselas y Estrasburgo, las grandes tecnológicas gastan 97 millones de euros al año y emplean a 1.452 personas, según un estudio elaborado por dos organizaciones dedicadas a investigar sobre su influencia, Corporate Europe Observatory y LobbyControl.

Estas dos entidades han utilizado los datos disponibles en el Registro de Transparencia de la Unión Europea, en el que han seleccionado las compañías más relevantes en el área de la economía digital, comparándolas con el índice que elabora Forbes con las 100 mayores empresas digitales, así como han buscado a las asociaciones empresariales más relevantes del sector.

El resultado revela que las grandes tecnológicas estadounidenses son las que más invierten en hacer cabildeo para influir en las decisiones comunitarias. Google gasta 5,75 millones de euros al año en hacer lobby, seguida por Facebook con 5,5 millones, y Microsoft con 5,25 millones. En un escalón inferior están Apple (3,5 millones), la china Huawei (3 millones) y Amazon (2,75 millones). 

En esta lista también están IBM, Intel, Qualcomm y Vodafone, con 1,75 millones de euros al año cada una. La española Telefónica gasta 1,5 millones anuales en hacer lobby, y tras ella está su rival francesa Orange (1,25 millones). Netflix (900.000 euros anuales), Airbnb (700.000), Uber, Spotify y Alibaba (estas tres gastan 600.000 euros al año) también aparecen en la lista.

Esta inversión se traduce en personas defendiendo sus intereses ante los organismos europeos, donde lidera Huawei con 19 personas a tiempo completo, seguida por Facebook con 14, Qualcomm con 9, Intel con 8, Microsoft y Vodafone con 7, IBM, Telefónica y Orange con 6, Google y Amazon con 5 y Apple con 4.

Las tecnológicas gastan más en hacer lobby que las químicas, la banca y la automoción

Tomando solo las 10 principales compañías tecnológicas, su gasto en influir en las decisiones europeas supera los 32 millones de euros, y las empresas GAFAM —acrónimo que identifica a Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft— acumulan ellas solas 23 millones. Este importe se ha multiplicado por 3 respecto a 2013, cuando estas 5 compañías gastaban 7,3 millones.

Esto es más que lo que gastan en cabildeo europeo las diez mayores empresas químicas (17,75 millones), las del sector financiero (12 millones) o las principales compañías automovilísticas (9,85 millones) según el estudio.

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En total, son 612 empresas, grupos y asociaciones empresariales o de otros tipos las que hacen labor de lobby para la industria digital en la Unión Europea. El 20% son entidades procedentes de Estados Unidos o que tienen allí su sede principal, seguidas por las empresas alemanas (14%), británicas (10%) y francesas (8%). Aunque están Huawei y Alibaba, solo un 1% son empresas chinas.

Para esta labor, las tecnológicas también cuentan con asociaciones empresariales como Digital Europe (1,5 millones de euros de presupuesto), DOT Europe y BSA (500.000 euros cada una) y consultoras como Fleishman-Hillard, EU-Strategy o FTI Consulting.

La Ley del Mercado Digital y la Ley de Servicios Digitales, principales objetivos

Las principales preocupaciones de las grandes tecnológicas son las nuevas legislaciones europeas que pretenden acotar el poder de las grandes tecnológicas o responsabilizarlas en la vigilancia del contenido.

Es por esto que la Ley de Servicios Digitales, que pretende responsabilizar a las plataformas de la modereción de contenidos y la publicidad digital y la Ley del Mercado Digital, centrada en la prevención de los monopolios digitales, ha sido el motivo de 202 reuniones de tecnológicas o entidades relacionadas con la Comisión Europea desde finales de 2019, por solo 52 con organizaciones de consumidores, sindicatos y ONG.

Reuniones de entidades con la Comisión Europea sobre la DMA y DSA: el 75% han sido mantenidas con empresas.
Reuniones de entidades con la Comisión Europea sobre la DMA y DSA: el 75% han sido mantenidas con empresas.

Corporate Europe Observatory/LobbyControl

Los comisarios más demandados para estas reuniones son el comisario de Mercado Interior, el francés Thierry Breton, que ha mantenido 107 encuentros sobre estas regulaciones, y la vicepresidenta y comisaria de Europa Digital, la danesa Margethe Vestager, con 102.

Los argumentos de las grandes tecnológicas contra la DSA y la DMA

El informe de Corporate Europe Observatory y LobbyControl evalúa incluso los argumentos más recurrentes de las tecnológicas y sus grupos de presión a la hora de oponerse a la Ley del Mercado Digital (DMA, por sus siglas en inglés) y la Ley de Servicios Digitales (DSA).

Estos son los principales argumentos de los lobbies tecnológicos a la hora de tratar de influir en la Unión Europea sobre estas legislaciones que aspiran a limitar su poder:

  • "Apoyamos la regulación, pero...": en lugar de oponerse frontalmente, la mayoría de compañías y grupos de presión aseguran ser favorables a la regulación, pero luego introducen sus objeciones, como que la norma "retrae las inversiones" (BusinessEurope) o pueden tener "implicaciones serias para la economía digital europea" (Apple).
  • Diluir el impacto de las medidas: muchas compañías tratan de reducir la importancia de las regulaciones evitando que se concreten. Por ejemplo, el estudio revela como Google alerta sobre "el riesgo de medidas muy prescriptivas que puedan quedar desactualizadas", Facebook critica "reglas automáticas que sean aplicables a todas las compañías sin respetar la realidad del mercado con consecuencias desproporcionadas" o Apple se revela contra la DMA por considerar que "aplica una aproximación igual a productos, mercados y compañías muy diferentes". Todo, según comunicados oficiales de estas empresas.
  • La regulación frena la innovación: muchas compañías aluden a este argumento refiriéndose a las startups o las pymes, aunque regulaciones como la DMA definen específicamente qué compañías son designadas como gatekeepersporque tienen una posición dominante en un mercado.
  • La defensa de las pymes y los consumidores: otro elemento muy habitual utilizado por las plataformas tecnológicas como Google, que durante la pandemia ha hecho campañas con asociaciones de comerciantes alemanes sobre su apoyo a las pymes germanas.
  • El miedo a China: algunas compañías defienden que un incremento de la regulación frenará la innovación europea y la hará depender de Estados Unidos y China. "El modelo chino (...) presenta un riesgo al Internet abierto tal y como lo conocemos (...) En el debate legislativo, quienes toman decisiones políticas deben evitar dos consecuencias indeseadas: ahogar innecesariamente la innovación europea y acelerar inadvertidamente la fragmentación de la Internet mundial", aseguró Nick Clegg, ex viceprimer ministro del Reino Unido (2008-2015) y exeurodiputado que ahora es vicepresidente de Asuntos Globales y Comunicación de Facebook.

El estudio critica que compañías como Amazon, Google, Apple o Facebook no revelan públicamente sus relaciones con grupos de presión, o solo lo hacen cuando reciben presión pública. Por otra parte, apoyan como socios eventos de otras organizaciones en las que se critican estas nuevas regulaciones europeas.

Los autores de este trabajo también revelan una relación "problemática" con algunos asesores del Partido Popular Europeo (PPE) que antes formaron parte de grupos de presión relacionados con las grandes tecnológicas.

"Con grandes presupuestos y una enorme presencia, las grandes tecnológicas están tratando de evitar que la UE cree normas que las fuercen a cambiar la forma de la que operan en Europa", analiza Agustín Reyna, director de asuntos legales y económicos de la organización de consumidores europeos BEUC.

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