Disney no tiene intención de seguir renunciando a las rentables ventanas de explotación y la emisión de 'Ms. Marvel' en un canal de televisión en abierto es la última prueba

Serie Ms. Marvel

Marvel Studios

  • Ante el próximo estreno de The Marvels, Disney ha optado por rescatar Ms. Marvel para un canal de televisión en abierto.
  • El movimiento reabre para el gigante del entretenimiento la posibilidad de conseguir ingresos adicionales por unas licencias demasiado atrapadas en su plataforma: es el fin de la obsesión por la exclusividad.

Ms. Marvel, un original de Disney+ basado en la franquicia Marvel, está a punto de hacer su debut en el canal de televisión ABC, propiedad de Disney, un año después de su estreno en la plataforma. 

La serie, según el comunicado de prensa de la cadena, se emitirá dos sábados consecutivos en bloques de tres episodios (el 5 y 12 de agosto, respectivamente).  Con la emisión de la serie en abierto, que seguirá estando disponible en la plataforma de Disney, la compañía mata varios pájaros de un tiro

De un lado, le servirá como estrategia de marketing. El 10 de noviembre, Disney estrena en cines The Marvels, una nueva entrega con la Capitana Marvel de protagonista en la que Kamala Khan, la protagonista de Ms. Marvel, es un personaje fundamental. 

De otro, permite ampliar su audiencia más allá de los confines de la plataforma y hacer promoción de esta última. Y, por último, sirve en bandeja la oportunidad de monetizar un poco más el contenido en un canal de televisión con publicidad. 

Series exclusivas… pero efímeras

Una de las convicciones a las que Disney se aferró cuando estaba ultimando el modelo de negocio para Disney+ fue la exclusividad del contenido. La decisión estuvo muy condicionada por el modelo de éxito de Netflix en el que se estaba inspirando. 


También por la firme creencia de que el valor de su contenido sería suficiente reclamo para que la gente quisiese pagar mes a mes por tener acceso a la cámara acorazada en la que estaba a punto de encerrar sus contenidos. 

Esa decisión, sin embargo, tenía sus inconvenientes. Suponía renunciar a otras explotaciones comerciales fuera de los lindes de la plataforma y, por extensión, renunciar a un flujo continuado de ingresos en beneficio del engagement con el servicio

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El devenir de los acontecimientos ha demostrado que una inversión millonaria en contenido premium no justificaba una reducción tan radical de la explotación comercial. 

Cuando ha llegado el momento de apretarse el cinturón, las majors, propietarias de grandes conglomerados mediáticos, se han dado cuenta de la enorme estupidez que suponía no aprovechar sus activos y explotarlos en sus canales o en canales de terceros una vez agotada la primera ventana de su plataforma. 

Gracias a esta ampliación de la distribución a una audiencia más generalista, Ms. Marvel podría conseguir mucho más que un mero beneficio económico adicional. La serie cuenta la historia Kamala Khan, una adolescente musulmana que vive en la ciudad de Jersey, mega fan de los superhéroes (en especial de Capitana Marvel) y con una imaginación desbordante, que un día descubre que tiene superpoderes. 

Ms. Marvel tuvo una cogida extraordinaria por lo innovador de su propuesta y su marcada apuesta por la diversidad, pero la distribución en Disney+ la encerró en un nicho. Con el estreno de The Marvels a la vuelta de la esquina, Disney ha entendido hasta qué punto le puede venir bien liberar esta serie de los confines de la OTT.  Los taquillazos se construyen impactando a muchas capas de audiencia, y Ms. Marvel, gracias a su protagonista, le sirve en bandeja a la generación Zeta. 

Un Disney no tan plas

La decisión de emitir Ms. Marvel en ABC, una de las cadenas de televisión en abierto de la casa, forma parte de una nueva dirección estratégica de la compañía, que en poco se asemeja a la que se trazó durante la pandemia bajo la dirección del exCEO Bob Chapek. 

El plan del actual CEO, Bob Iger, es conseguir una empresa más magra, liberada de todo aquel contenido superfluo que la está lastrando. 

Una de las decisiones más recientes en esta línea fue la retirada, a finales del pasado mayo, de 20 contenidos de Disney+. Según declaraciones de la compañía, la medida afectó a productos de estreno directo o con poco seguimiento por parte de los suscriptores de Disney+. 

La entonces CFO de Disney, Christine M. McCarthy, explicó que esta retirada les permitía contabilizar las pérdidas de activos como una "carga por deterioro”, algo que les beneficiaba fiscalmente. Esos programas y películas, como explicaba Erik Kain en Forbes, valían más muertos que vivos para la compañía. 

Movimientos como el de Ms. Marvel ilustran hasta qué punto los mandamientos que decidieron abrazar las plataformas que capitanearon la Streaming Wars (especialmente Disney y la actual Warner Bros. Discovery) han dejado de tener validez en un momento en el que el agujero económico del negocio directo al consumidor comienza a ser preocupante. 

Todos parecen buscar maneras de ganar más dinero. Y, viendo las fórmulas que se están siguiendo, queda claro que ninguna compañía está inventando la rueda. 

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