Amazon apuesta por las licencias a terceros para lograr una mayor rentabilidad de sus contenidos y diversificar su modelo de negocio

'El rey de Zamunda', popular secuela de 'El príncipe de Zamunda', formará parte del contenido que Amazon Prime está dispuesta a licenciar a terceros.
'El rey de Zamunda', popular secuela de 'El príncipe de Zamunda', formará parte del contenido que Amazon Prime está dispuesta a licenciar a terceros.

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  • Las plataformas de streaming han rescatado del baúl del olvido fórmulas de negocio que parecían olvidadas como las licencias a terceros.
  • Esas licencias no solos les permitirán sacar más rentabilidad a sus productos, sino que les ayudarán a llegar a consumidores que de otra manera permanecerían ajenos a sus producciones.

En los últimos meses el streaming parece estar descubriendo la solución a todos sus males en fórmulas del pasado. Prácticas empresariales que habían quedado arrinconadas a consecuencia de la aceleración digital ahora se ven como una vía seductora para conseguir rentabilidad en tiempos inciertos. 

En concreto, las licencias de contenidos a terceros han estado en este tiempo en el punto de mira de muchos servicios que buscan alejarse de la obsesión que durante años planeó sobre los negocios directos al consumidor: la necesidad de contar con una oferta exclusiva para aumentar el valor de la marca. Amazon es la última compañía que ha mostrado una gran confianza en las posibilidades de ceder su contenido a quien esté dispuesto a pagar por él. 

El lado oscuro de la exclusividad 

El streaming está más necesitado que nunca de rentabilidad y ha tardado muy poco en darse cuenta de que las ventas a terceros, pieza fundamental para la explotación comercial convencional, se la sirve en bandeja

El cambio en las condiciones macroeconómicas es, en parte, responsable de que el sector se sienta cómodo sacrificando el mantra que vertebró el modelo directo al consumidor durante la Streaming Wars. Entonces se vio en la exclusividad la mejor forma de generar un cliente cautivo y fiel, pero, en la práctica, supuso un tiro en el pie. 

En los negocios basados en la suscripción, el contenido mostraba una estela comercial efímera, en especial si se trataba de estrenos en bloque, tras la cual entraba en un limbo de invisibilidad difícil de monetizar dentro de la misma plataforma. 

Warner y Disney fueron las primeras empresas en dar un paso en esta dirección. Tiene toda la lógica, al ser una práctica que, durante décadas, estuvo arraigada en su modus operandi. Pero las compañías históricas no son las únicas. Amazon también ha sabido ver las ventajas de liberar sus Prime Originals del feudo amurallado de Prime para buscar vías de monetización en otros canales. 

Hace unas semanas la compañía anunciaba que algunos de sus originales (como Reacher, La rueda del tiempo o El verano que me enamoré, entre otros) se podrán ver FreeVee (anteriormente conocida como IMDB TV), un servicio gratuito con publicidad con contenido bajo demanda y una nutrida oferta de canales FAST. Se trata de una operación que no solo mejora la oferta del servicio y, por tanto, fideliza al usuario. También eleva el valor publicitario del espacio y permite utilizarlo como escaparate gracias al cual los que no son clientes de Prime pueden entrar en contacto con la oferta de Prime Video. 

MGM da un paso al frente 

Esta semana, Amazon ha dado un paso más allá con la creación de una unidad de distribución dentro de MGM Estudios que le permitirá licenciar series y películas originales a terceros, incluyendo otras plataformas de streaming. Esta iniciativa no es una novedad, solo que en esta ocasión se desarrollará a gran escala e incluirá títulos tan populares como La maravillosa señora Maisel o la secuela de El rey de Zamunda, secuela de la popular comedia de finales de los 80 El príncipe de Zamunda.

Con este movimiento, además, comienza a concretarse el lugar que MGM está destinado a ocupar dentro de la estrategia general de la compañía. La compra (que supuso un desembolso de 8.500 millones de dólares) le dio a Amazon acceso a más de 4.000 películas y 17.000 series de televisión, un contenido valioso per se que incrementará todavía más su valor gracias a este modelo de explotación. Amazon asegura que las licencias podrán adoptar las fórmulas que sean más convenientes a cada licenciatario, como paquetes, canales FAST e, incluso, la venta individual. 

Estas operaciones no solo les darán una inyección de capital. También les permitirán ampliar la cobertura de sus programas y mantener intacta la oferta de Prime Video, ya que los contenidos licenciados no desaparecerán de su servicio. Con programas que estén todavía en emisión, podría ser una estrategia muy interesante para generar nuevas audiencias, tal y como lo hizo en tiempos el streaming con las cadenas de televisión. 

En plena eclosión de Silicon Valley Mark Zuckerberg popularizó aquello de “Muévete rápido. Rompe Cosas”. Es lo que Hollywood decidió hacer cuando se lanzó a la reconquista del terreno colonizado por Netflix. La nueva filosofía es más lenta y no quiere romper nada. Al contrario: busca reconstruir las cosas. 

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