¿Dónde pasan las Navidades los más ricos del mundo?

Madeline Berg,
Sarah Jackson
| Traducido por: 
Jeff Bezos y Lauren Sánchez en Aspen (Colorado, Estados Unidos).
Jeff Bezos y Lauren Sánchez en Aspen (Colorado, Estados Unidos).

BG041/Bauer-Griffin

  • Mucha gente pasa las vacaciones de Navidad en casa con amigos o familiares.
  • Los más ricos del mundo, por su parte, viajan a ciudades de esquí, segundas residencias y destinos turísticos.
  • Descubre algunos de los destinos más populares entre los más pudientes durante las fiestas.

Puede que no haya lugar mejor que una segunda residencia para las vacaciones, o un chalet de lujo en Suiza, un yate en San Bartolomé o un hotel de 3.000 dólares por noche en el Caribe.

Algunos de los más ricos del mundo deciden pasar el día de Navidad en casa, según explican varios expertos en el mundo de los grandes patrimonios a Business Insider, pero a menudo no es su residencia principal.

Ya sea un rancho en mitad de Wyoming o una mansión en una playa desierta, intentan acudir a su principal espacio de reunión, explica a BI Nicole Pollard Bayme, fundadora de la firma de estilismo y compras de lujo Lalaluxe.

"Mucha gente construye grandes casas en Aspen (Colorado, Estados Unidos) precisamente por eso, para que toda la familia pueda pasar tiempo junta", explica. "Todos los regalos posibles llegan por avión y ya están bajo el árbol antes de que lleguen".

La estación de esquí de Colorado tiene la mayor densidad de estadounidenses ricos con un patrimonio de 30 millones de dólares o más, según Wealth-X, con uno por cada 67 residentes, y multimillonarios como Jeff Bezos y Michael Dell han sido vistos allí.

Otras estaciones de esquí populares en Estados Unidos son Tahoe y Vail, según Winston Chesterfield, fundador de Barton, una consultora centrada en el lujo y los ricos.

En Europa, reinan Gstaad y Verbier, en Suiza; Kitzbühel, en Austria, famosa por su carrera anual de esquí alpino; y Courchevel 1850, en los Alpes franceses. En este último se han alojado personalidades como David y Victoria Beckham, Elton John y los príncipes Guillermo y Kate Middleton.

"Les gusta ir a lugares que tengan una ciudad asentada con lugares conocidos a los que ir y que sean de alto nivel", dice Chesterfield sobre los ultrarricos. En Kitzbühel hay una sucursal del restaurante japonés Zuma, por ejemplo, y en Courcheval hay un establecimiento del hotel de lujo Cheval Blanc.

Para los que prefieren el calor —o quieren pasar una semana en la playa para descongelarse después de la nieve—, el Caribe sigue siendo un destino popular, ya sea por tierra o por mar.

Jumby Bay, un complejo turístico en Antigua donde Oprah Winfrey y Richard Branson supuestamente tienen casas.
Jumby Bay, un complejo turístico en Antigua donde Oprah Winfrey y Richard Branson supuestamente tienen casas.

Scott Phares/Getty Images

San Bartolomé, un destino especialmente popular para Nochevieja, ha acogido a Bezos y su prometida Lauren Sánchez, y frente a sus costas se han visto yates de los multimillonarios David Geffen, Barry Diller y su esposa Diane Von Furstenberg, Sergey Brin y Bernard Arnault.

Otros eligen un complejo turístico concreto y acuden a él año tras año.

"Quieren no hacer nada", afirma Chesterfield. "Quieren que les atiendan; quieren que les cuiden".

Jumby Bay, un complejo turístico de Antigua en el que supuestamente viven Oprah Winfrey y Richard Branson, es uno de los más populares. Las habitaciones cuestan a partir de 2.700 dólares la noche, aunque los multimillonarios suelen derrochar 13.300 dólares por noche en una villa. Otra opción popular es el Amanera, en la República Dominicana, cuyas habitaciones cuestan entre 2.900 y 4.200 dólares la noche.

Al otro lado de la ecuación del clima cálido está África, un destino popular tanto para parejas como para familias, según explicó a BI Elisabeth Brown, gestora de clientes en Nueva York de la empresa de viajes y estilo de vida Knightsbridge.

Los ricos alquilan villas privadas en zonas protegidas, como Ol Jogi en Kenia o la isla de Saanane en Tanzania, que pueden costar hasta 40.000 dólares la noche.

Si eso no es suficiente, siempre hay espacio. Como dice Pollard Bayme, ponerse en órbita es "el último capricho de la casta de los multimillonarios".

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