La nueva etapa de Elon Musk consiste en hacer cosplay de estadista protector

Elon Musk ha vuelto a ponerse el traje de estadista.

El hombre más rico del mundo y propietario de X (antigua Twitter) llegó a Israel el lunes para visitar los lugares de los atentados terroristas de Hamás del 7 de octubre, coincidiendo con el alto el fuego temporal entre ambos bandos.

Habló con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una llamada en directo en los Espacios de X; se ha reunido con las familias de los rehenes; ha visitado varios kibutz destruidos, y, al parecer, ha estudiado detenidamente las grabaciones de las cámaras corporales proporcionadas por Israel del ataque del mes pasado.

En las imágenes de prensa distribuidas por el gobierno israelí, Musk aparece con un chaleco antibalas y un aspecto adusto mientras recorre Kfar Aza, un kibutz situado a pocos kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza y escenario de una brutal masacre el 7 de octubre.

En otro momento, aparece en una pose típicamente reservada a los líderes mundiales.

"Aunque suene trillado, deseo la paz mundial", escribió en X tras la charla en directo con Netanyahu.

En una conversación con el presidente israelí Isaac Herzog, afirmó que "no hay más remedio que matar a quienes insisten en asesinar a civiles".

Aunque algunos CEO de primera línea mundial han expresado su firme apoyo a Israel, ninguno ha cruzado tan públicamente la línea que separa la diplomacia de los negocios de esta manera. Pero los variados intereses corporativos de Musk le sitúan inusualmente cerca de los gobiernos, con una frecuencia inusitada.

Aparentemente, entre bambalinas de este espectáculo diplomático, Musk ha agitado sus intereses corporativos.

Antes de su visita, Musk dijo que quería suministrar conexión a internet a varias organizaciones de Gaza, que ha sufrido apagones tras los ataques israelíes.

El ministro de Comunicaciones de Israel, Shlomo Karhi, condenó la idea, diciendo que Hamás usaría la conectividad de Starlink para planear "actividades terroristas".

El lunes, con motivo de la visita de Musk, Israel suavizó su postura, y Karhi dijo que Musk podría proporcionar conectividad a internet vía satélite a Gaza con el permiso de Israel. Musk aún no ha confirmado el acuerdo.

Musk ya había desdibujado anteriormente las líneas de la diplomacia y los negocios al opinar sobre la invasión rusa de Ucrania, criticando polémicamente la contraofensiva de esta última como "tanta muerte por tan poco". Starlink empezó a proporcionar conexión a internet a Ucrania tras la invasión, aunque Musk aún no la ha visitado.

El magnate también ha aprovechado que es propietario de X, que sigue siendo la forma más rápida de transmitir opiniones sin filtro a sus 165 millones de seguidores, para adoptar posturas controvertidas en asuntos internacionales.

A principios de este mes, se produjeron disturbios en Dublín (Irlanda) tras conocerse un ataque con cuchillo a una mujer y tres niños pequeños en una escuela primaria. En las redes sociales, los partidarios de la política antiinmigración sugirieron que el sospechoso era extranjero, lo que avivó las protestas de extrema derecha y la violencia en la capital irlandesa.

Drew Harris, comisario de la Garda, la policía nacional irlandesa, describió a los alborotadores como "una facción completamente lunática impulsada por la ideología de extrema derecha".

El primer ministro, Leo Varadkar, pidió que se actualicen las leyes sobre incitación al odio.

¿La respuesta de Musk? "Irónicamente, el primer ministro irlandés odia al pueblo irlandés".

Como enfoque para el desarrollo empresarial, nada de esto parece especialmente seguro.

El viaje de Musk a Oriente Próximo se produce días después de su aparente apoyo a un post antisemita de otro usuario en X. "Has dicho la pura verdad", dijo Musk al usuario, que criticaba a las "poblaciones judías occidentales" en su post. El intercambio fue condenado por la Casa Blanca como antisemitismo "aborrecible", una acusación negada por Musk.

Esther Solomon, redactora jefe del diario israelí Haaretz, tachó a Musk de "antisemita descarado" y criticó a Netanyahu por agasajar al magnate.

Por otro lado, X se enfrenta a un éxodo de anunciantes, ya que las marcas temen que los anuncios digitales aparezcan junto a contenidos racistas e incluso pronazis en la plataforma, especialmente en medio del conflicto entre Israel y Gaza.

Lara O'Reilly, de Business Insider, publicó en octubre que la mayoría de las grandes empresas han dejado de anunciarse en X. Un artículo de The New York Times de la semana pasada, basado en documentos internos, sugería que X podría perder hasta 75 millones de dólares en ingresos de empresas hartas de las publicaciones de Musk en internet.