¿Crees que estar enganchado al 'true crime' es inofensivo? El consumo recurrente de historias sobre crímenes basadas en hechos reales afecta a la salud mental

El actor Taylor Kitsch en el drama 'Wako' (2018).
El actor Taylor Kitsch en el drama 'Wako' (2018).

Paramount Network / Imdb

  • Surgido hace más de 70 años, el true crime, la ficción basada en crímenes reales, se ha convertido en uno de los grandes géneros de la industria del entretenimiento.
  • Con un público mayoritariamente femenino, los expertos recomiendan moderar su consumo, una idea que casa mal con el aluvión de series que tratan de sacarle rendimiento económico a las historias más truculentas.

A finales de los años 50, Truman Capote reinventó las convenciones del género negro con una novela testimonial en la que realizaba una crónica cruda y descarnada del asesinato real de una familia en Holcomb, un pueblecito de Kansas. A sangre fría es uno de los máximos exponentes literarios del true crime, un género que durante décadas ha sabido capitalizar a una audiencia fiel e insaciable, con sus altos y sus bajos de popularidad. 

Tras un período de relativo letargo, el podcast Serial le dio al género un nuevo impulso a principios de la década de 2010. El interés en esta historia, centrada en el esclarecimiento de un asesinato (aparentemente resuelto, aunque de manera chapucera y con infinitas lagunas) con un condenado que siempre ha defendido su inocencia, llevó a este podcast de la radio pública norteamericana a cifras de consumo récord. 

Desde entonces la mina del true crime parece inagotable, aunque los expertos aseguran que un consumo compulsivo puede perjudicar nuestra salud mental. 

El fandom de las historias basadas en crímenes reales 

En la serie Solo asesinatos en el edificio (Disney+) el hilo conductor es, precisamente, la amistad que surge entre 3 vecinos aficionados a un podcast de true crime

La representación, aunque cómica, es más realista de lo que parece. Según los datos del estudio TGI Global Quick View de Kantar, realizado sobre usuarios de video en más de 35 mercados de todo el mundo, es el segundo género predilecto del espectador, solo por detrás de la comedia.  

Gran parte de los consumidores habituales de estas historias son igual de entusiastas y curiosos que en la citada serie. Buscan cosas nuevas, se retroalimentan entre ellos, son receptivos a experimentar con nuevos formatos e, incluso, impulsan nuevos subgéneros. 

El cold case, por ejemplo, es una de las tendencias del momento. Se trata de un subgénero de true crime centrado en la investigación de casos todavía abiertos pero en punto muerto. Estos se retoman con la esperanza de que la colaboración de la audiencia ayude a dar con esa pista que pueda esclarecer el crimen en cuestión.

¿Quién ve true crime en España?

Aunque el true crime es un género popular que cuenta con público diverso, la cuota de audiencia femenina destaca de manera significativa. Así se desprende de los datos aportados en exclusiva a Business Insider España por la consultora Parrot Analytics. 

Según Alejandro Rojas, vicepresidente del departamento de Analíticas aplicadas de la compañía, en España las generaciones X y millennial se sitúan a la cabeza en cuota de consumo. “Las mujeres mayores de 30 años son el público con más peso en 8 de los 10 programas de true crime más demandados en España en los últimos 30 días” explica el ejecutivo.  

Ranking de contenidos 'true crime' y perfil de audiencia durante los últimos 30 días.
Ranking de contenidos 'true crime' y perfil de audiencia durante los últimos 30 días.

Parrot Analytic

En el estudio Atrapadas por el true crime: por qué las mujeres se sienten atraídas hacia historias de violaciones, asesinatos y asesinos en serie se encuentra una explicación a este fenómeno. Según concluye esta investigación, tener recursos para evitar convertirse en una víctima o saber defenderse ante una agresión similar es una de las principales motivaciones que explican la afición femenina al género.

¿Es malo el true crime para la salud?

Dahmer le dio muchísimas alegrías a Netflix, aunque también algún que otro quebradero de cabeza. Tras su estreno, las redes se inundaron de críticas a la serie de Ryan Murphy, la mayoría procedentes de familiares de las víctimas que acusaban a la plataforma de abrir antiguas heridas

Pero parece que tener una relación directa con los hechos descritos no es necesario para que ver un true crime desencadene en el consumidor un cuadro de estrés o ansiedad. Según Dawn Cecil, profesora de criminología de la Universidad de South Florida, "los foros de true crime pueden convertirse en cámaras de resonancia que alimentan el miedo o refuerzan creencias preexistentes". Consumir true crime, además, también puede sesgar la percepción del crimen y reforzar estereotipos.

Las plataformas se están comiendo el 'prime time', en gran medida gracias a sus contenidos de ficción

El true crime, además, puede afectar a la salud mental. Como apunta la psicóloga Chivonna Childs, un consumo excesivo puede inducir una sensación constante de miedo, inseguridad y desconfianza. También puede explicar otras manifestaciones físicas propias de los cuadros de ansiedad como las taquicardias y los problemas para dormir. 

Las docuseries, los podcasts y las ficciones sobre crímenes basados en hechos reales que se estrenan mensualmente en España se cuentan por decenas. El impulso que le han dado las plataformas de streaming, convencidas de que parte del arraigo con la audiencia local va de la mano de la narración de la crónica negra del territorio, ha tenido mucho que ver en el hecho de que el true crime se haya convertido en un fenómeno de gran relevancia cultural. 

Hoy en día goza de una salud de hierro y no parece que el interés vaya a menguar, sobre todo dado el atractivo de su audiencia principal. La ciencia recomienda moderar el consumo, aunque con tantísima oferta no parece que vaya a ser tarea fácil. 

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