Fui un fan incondicional del iPad más de una década, pero hoy me frustra y casi no lo uso (y no soy el único)

Michael Gartenberg
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Tim Cook, CEO de Apple, presenta nuevos iPad en el 2015
Tim Cook, CEO de Apple, presenta nuevos iPad en el 2015

Reuters/Beck Diefenbach

ANÁLISIS

  • El exejecutivo de Apple Michael Gartenberg tiene un iPad Pro y ha tenido varios iPads en la última década. 
  • Su iPad solía ser su compañero de viaje constante, y lo utilizaba más que su portátil, pero ya no.
  • Cree que el iPad está a medio camino entre el fracaso y el éxito y que Apple debe prestar más atención.

En 2011, cuando el iPad llevaba aproximadamente un año en el mercado, fue declarado un éxito instantáneo –y algo sorprendente–, con unos 15 millones de unidades vendidas y 10.000 millones de dólares de ingresos en sus primeros nueve meses. Y Apple pudo redimirse ante los muchos especialistas que habían predicho que fracasaría.

Por aquel entonces, fue un revulsivo por ofrecer una gran pantalla táctil de alta resolución en un formato compacto y portátil, ideal para consumir contenidos multimedia, navegar por Internet y ejecutar diversas aplicaciones. Esto ocurría en una época en la que incluso los teléfonos más inteligentes eran pésimos en esas funciones y en la que los portátiles no tenían pantalla táctil y solían ser toscos y con poca batería.

Como analista tecnológico y escritor, compré mi primer iPad por aquel entonces y me encantó. Fue mi compañero de viaje habirtual e incluso, en un momento dado, lo utilicé para mis necesidades de productividad en lugar de un ordenador portátil.

Pero muchas cosas han cambiado en el mundo de los smartphones, y la parte más importante es que el iPad no ha seguido el ritmo.

Apple trabaja en el primer iPad con pantalla OLED que podría ver la luz entre 2023 y 2026

Hoy uso un Samsung Galaxy Z Fold4, que se transforma de un smartphone de 6,1 pulgadas en una tableta de 7,8 pulgadas (más o menos del tamaño de un iPad Mini), y un MacBook Air, que tiene un rendimiento y una duración de batería espectaculares.

Sigo teniendo un iPad Pro, pero casi nunca lo uso. Es un dispositivo genial y mil veces mejor que lo que se presentó en 2010. Al mismo tiempo, es un todoterreno, pero maestro de nada, así que ya no puedo justificar su existencia como parte de mi ecosistema. 

Estoy seguro de que acabaré pasándoselo a un niño de mi familia para que pueda ver vídeos de Barrio Sésamo en él y hacer dibujos. Es una gran herramienta para ambas cosas, aunque un poco cara para las tareas. 

Desde mi punto de vista muy familiar, el estado actual del iPad es un testimonio de sus limitaciones y de los retos a los que se enfrenta.

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Hardware potente, software frustrante 

Uno de los mayores problemas del iPad es que su hardware es cada vez más potente en relación con las aplicaciones disponibles para el dispositivo. Con cada nueva iteración, el iPad se ha vuelto más rápido y más capaz, pero la calidad y la cantidad de aplicaciones para el iPad no han seguido el ritmo, a pesar de las promesas de Apple de aplicaciones de "clase de escritorio" (sea lo que sea eso).

Los usuarios de iPad, como yo, estamos pagando un sobreprecio por un hardware mucho más avanzado que el software que podemos ejecutar en él. Esta situación se ve agravada por el trato que Apple dispensa a los desarrolladores. 

Cuando tienen ideas para nuevas aplicaciones para el iPad, tienen que asumir los costes de desarrollo, para después tener que hacer frente a un impuesto Apple del 30% (la comisión que Apple saca de sus ingresos) y a unas normas de la App Store cada vez más volubles.

Si Apple quiere hacer del iPad un dispositivo realmente capaz con aplicaciones de primera clase, tendrá que tomarse mucho más en serio las relaciones con los desarrolladores. Los desarrolladores no deberían tener que protestar en las redes sociales para llamar la atención de Apple sobre normas y caprichos muy subjetivos de la App Store.

Otro problema importante es que la interfaz de usuario, basada en iOS, se ha vuelto cada vez más complicada con el tiempo. Con cada nueva versión de iOS, Apple ha añadido características y funcionalidades, haciendo que el sistema operativo sea más potente pero más complejo. Esto ha hecho que sea más difícil para los usuarios encontrar las funciones que necesitan, lo que lleva a la confusión y la frustración.

He aquí algunos ejemplos. El iPad admite una amplia variedad de gestos, como deslizar, pellizcar y tocar, que pueden utilizarse para navegar e interactuar con las aplicaciones. Pero a muchos usuarios les cuesta aprender estos gestos, y no son evidentes sin alguna explicación o guía más allá de lo que ofrece el iPad.

Aunque el iPad es altamente personalizable, el proceso de personalización de los ajustes y preferencias es bastante indescifrable. Configurar cosas como el dock, el centro de control y las notificaciones puede llevar algún tiempo, y las opciones están enterradas a varios niveles de profundidad en los ajustes.

Los ajustes de accesibilidad del iPad te permiten crear gestos personalizados para realizar varias tareas. Por ejemplo, puedes configurar un gesto que te permita acceder rápidamente al gestor de aplicaciones o uno que te permita activar o desactivar rápidamente un ajuste específico. 

Pero configurar estos gestos personalizados puede ser un poco difícil, ya que requiere que navegues por los ajustes de accesibilidad para saber siquiera que existen. 

El Gestor de escenarios, la nueva función multitarea del iPad, ni siquiera está activado por defecto. Está oculto, y con razón. Es difícil de usar, y necesitaría escribir un artículo completo para describir lo horrible que ha sido mi experiencia con él.

Un análisis en profundidad de MacStories te cuenta todo lo que necesitas saber: el autor dedica la mayor parte del artículo a quejarse de su incapacidad para conseguir que la característica funcione sin bloquear todo el sistema. 

El hecho de que se necesite un artículo completo para describir esta función incluida en el sistema operativo indica hasta qué punto Apple se ha alejado del mantra de "simplemente funciona" de la era de Steve Jobs.

iPad Pro 2022 de Apple.
iPad Pro 2022 de Apple.

Apple

Un MacBook con pantalla táctil mataría al iPad

Mi último motivo de preocupación es que la percepción del iPad como un dispositivo secundario se está viendo reforzada por los recientes rumores de un MacBook con pantalla táctil.

Si un dispositivo de este tipo llegara al mercado, probablemente ofrecería muchas de las mismas funciones y capacidades que el iPad, pero con un sistema operativo que ya es compatible con potentes aplicaciones de nivel empresarial desde hace décadas, desde las aplicaciones creativas de Adobe hasta Visual Studio de Microsoft, o la propia plataforma de desarrollo de aplicaciones de Apple, Xcode. 

Presumiblemente, llegaría como un formato de pantalla táctil y teclado, un factor de forma más familiar y tradicional para los usuarios de portátiles. Esto haría que el iPad quedara prácticamente obsoleto

Prácticamente cualquier cosa que uno pudiera hacer en un iPad sería ahora posible en un Mac, mientras que lo contrario no sería cierto. Mientras que el iPad seguiría siendo bueno para navegar por la web o ver vídeos, no sería tan capaz como un MacBook para realizar tareas reales, y un iPhone, incluso con una gran pantalla, es más portátil, e igual de bonito, para consumir medios.

Ahora me doy cuenta de que el iPad fue el dispositivo estrella del último trimestre reportado por Apple (de octubre a diciembre, que incluyó la temporada de compras navideñas). Fue el único segmento de hardware de Apple cuyos ingresos no disminuyeron, con 9.400 millones de dólares frente a los 7.760 millones del año anterior.

Pero las ventas netas del iPad en general disminuyeron en su anterior año fiscal completo (de septiembre de 2021 a septiembre de 2022) a 29.300 millones de dólares, un 8% menos que en el periodo del año anterior. Habrá que esperar para saber si se trata de una tendencia o de una anomalía.

Creo que la gran temporada navideña del iPad tuvo que ver con un nuevo iPad Pro más caro presentado a principios de ese año, en contraposición a una tendencia del iPad a crecer en ventas y popularidad. 

En su cuarto trimestre fiscal de 2022, por ejemplo, (los tres meses que terminaron el 24 de septiembre), los iPads aportaron 7.170 millones de dólares en ingresos, por debajo de los 8.250 millones del trimestre del año anterior, lo que está mucho más en línea con cómo se ha comportado el iPad a lo largo del tiempo.

Si Apple quiere seguir teniendo éxito con el iPad, tendrá que abordar estos retos de frente. Esto puede significar simplificar la interfaz de usuario de iOS, invertir más en el desarrollo de aplicaciones específicas para el iPad y centrarse en su software interno para aprovechar mejor los puntos fuertes del hardware del iPad.

Sea cual sea la solución, está claro que el iPad se encuentra en una encrucijada, y las decisiones que tome Apple en los próximos meses y años serán cruciales para su éxito continuado.

Michael Gartenberg es un antiguo alto ejecutivo de marketing de Apple y ha cubierto la compañía durante más de dos décadas como analista de investigación de mercado en Gartner, Jupiter Research y Altimeter Group. También es accionista de Apple. Se puede contactar con él en Twitter en @Gartenberg.

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