Un ingeniero lleva 20 años transformando un Boeing 727 perdido en medio de un bosque en su propia casa: así es por dentro

Casas en coches, viviendas parásito, habitaciones de hoteles en contenedores marítimos... Los espacios destinados a dar cobijo a la gente evolucionan con los años. Se imponen las soluciones económicas, pequeñas, rápidas y hasta movibles.

Esto, para una inmensa mayoría. En el otro extremo de la balanza se sitúa desde 1999 Bruce Campbell, un ingeniero electrónico de 73 años que, de niño, tras ver por la televisión un cementerio de aviones, se hizo a sí mismo algo parecido a una promesa: algún día, se dijo, viviría en una estructura así.

Y así fue.

Situado en lo profundo de los bosques de Oregón, a las afueras de Portland, en EEUU, un Boeing 727 aparece en mitad del paisaje, como si hubiera tenido que aterrizar allí por algún motivo extraño. Se trata del hogar de Campbell, un espacio en el que trabaja desde hace más de 20 años.

En 1999 el antiguo ingeniero y amante de los aviones compró por unos 200.000 dólares un Boeing 727 retirado y comenzó a adaptarlo para transformarlo en un espacio habitable. 

No era, ha recordado el propio Campbell recientemente en la CNBC, un avión cualquiera: era el Boeing que había trasportado en su día el cuerpo sin vida del mismísimo Aristóteles Onassis, el magnate naviero que llegó a ser en los 70 el hombre más rico del mundo.

El primer paso para convertir este inmenso avión fue lograr llevarlo hasta este terreno, en las afueras de Portland. Si bien él lo trasladó por carretera, en su web aconseja adquirir terrenos próximos al agua para poder hacer traslados de manera más cómoda.

Y a partir de ahí, empezó la transformación. 

Un proceso que ha ido narrando y mostrando desde su espacio web Airplane.com. Allí permite conocer al detalle toda su titánica labor ofreciendo las lecciones aprendidas sobre cómo llevar electricidad y agua al avión o conectar este al alcantarilllado.

Campbell duerme en un sillón cama y solo dispone de un microondas y una tostadora para cocinar. Como relabata a Reutershace años, se alimenta principalmente de comida enlatada. 

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En cuanto a los motivos que le han llevado a ello, Campbell considera los aviones "son la mejor estructura construida por el hombre". Piensa, de hecho, que con el tiempo cada vez más personas se decidirán a ver en ellos algo más que un vehículo para viajar.

"En mi opinión, la conversión en hogares será un destino habitual para los aviones retirados. Las empresas evolucionarán para abordar esta oportunidad y refinarán el proceso de desarrollo, entrega y conversión del espacio hasta que sea extremadamente sencillo, eficiente, seguro y produzca un producto final de muy alta calidad", explica Campbell en su web.

De acuerdo con la Asociación de Reciclaje de Flotas de Aviones se estima que en torno a unos 12.000 aviones serán retirados en las próximas 2 décadas.

La apuesta de Campbell de vivir en un avión es, por tanto, algo más que una extravagancia. Tanto es así que este científico amante de la tecnología anda ya dándole vueltas a un segundo proyecto: un Boeing 747 que quiere convertir en una segunda vivienda en Japón, país al que viaja de manera asidua atraído por sus incesantes inventos.

Así es la casa que Campbell en el interior de un Boeing 727.

El Boeing 727 en el que vive Bruce Campbell se localiza en un terreno de su propiedad de más de 40.000 metros cuadrados en los bosques de Oregón, a las afueras de Portland, en EEUU.

El avión fue adquirido en 1999 por 100.000 dólares. La parte más compleja del proyecto fue llevarlo hasta su destino: tuvo que retirar las alas y la cola. El presupuesto final ascendió a 220.000 dólares.

Fuente: AirplaneHome.com

Vivir en un avión le ha supuesto tener que conectar la aeronave al agua corriente, al alcantarillado y a la energía eléctrica.

Fuente: AirplaneHome.com.

Campbell, además, ha tenido que renunciar a algunas comodidades. En algunas partes del avión, por ejemplo, un adulto no puede estar totalmente de pie.

Fuente: AirplaneHome.com.

En cuanto a la distribución, es muy similar a un loft, pues cuenta con mucho espacio diáfano. En épocas de frío intenso levanta una barrera térmica con la que calienta únicamente una parte del avión.

Fuente: AirplaneHome.com.

La cabina del Boeing 727-200 le otorga unos 99 metros cuadrado adicionales de movilidad.

Fuente: AirplaneHome.com.

Una parte del espacio está destinada a la cocina, pero solo cuenta con microondas y tostadora. Según cuenta a 'Reuters', se alimenta sobre todo de latas y cereales.

De acuerdo a la información del propio Campbell en su web, para llegar a restaurantes y tiendas hay que conducir entre 10 y 25 minutos, dependiendo del clima.

Fuente AirplaneHome.com. y Reuters

A los 2 (minúsculos) servicios con los que cuenta el avión le ha sumado una primitiva ducha con escasa privacidad en el interior de la cabina.

Fuente AirplaneHome.com.

Campbell duerme en un sofá cama. Además, dispone de un colchón hinchable que puede utilizarse cuando hay visitas. No hay televisión y el acceso a internet es limitado.

Fuente AirplaneHome.com.

Ha conservado unas 6 filas de asientos originales que ayudan a acomodar a los invitados. Desde su web, Campbell anima a la gente a visitarlo.

Aunque para ello es necesario avisarle vía mail o postal de la visita y aceptar una serie de condiciones. Entre ellas, asumir y seguir sus indicaciones ya que la estructura por el momento no es del todo segura.

Fuente AirplaneHome.com.

Entre las pocas comodidades con las que cuenta Campbell se encuentra una lavadora.

Uno de los elementos más llamativos es el suelo transparente que ha incorporado al interior del avión y que permite ver el piso inferior de la nave.

Además de este avión, Campbell ha adquirido un Boeing 747-400 cerca de Miyazaki, en Japón, que también está adaptando para que sea su vivienda durante la parte del año.

Fuente: AirplaneHomeV2.com