Una bacteria marina que se 'come' la electricidad y absorbe el CO₂ durante el proceso podría ayudarnos con el calentamiento global

Océano

Raimond Klavins/Unsplash

  • Los fotoferrotrofos, unas bacterias que comen electricidad, pueden colaborar para el secuestro de carbono oceánico, según una investigación en la Universidad de Washington en St. Louis (EE.UU).
  • Anteriormente se creía que esta habilidad inusual era casi exclusiva de las bacterias de agua dulce, pero las bacterias marinas también pueden absorber CO₂ en el proceso. 
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Con el cambio climático toda ayuda es poca: mientras que la humanidad ha diseñado inventos de gran impacto como los drones para repoblar zonas deforestadas, tecnología fotovoltaica, robots para restaurar los arrecifes de coral o carne de laboratorio, también la propia naturaleza sabe mejor que nadie cómo ayudarnos a enmendar el desastre causado.

Existen en los océanos fotoferrotrofos, bacterias marinas que se comen la electricidad y que de paso, absorben carbono en el proceso, por lo que pueden resultar de gran ayuda en la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera. 

Así lo ha averiguado un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos) y publicado en el ISME Journal, Dichas bacterias se encuentran en los sedimentos salobres y tienen capacidad de absorber y bloquear el dióxido de carbono que calienta el clima.

Aunque anteriormente se pensaba que la habilidad inusual solamente podía ser ejecutada por bacterias de agua dulce, también las bacterias marinas pueden comer electricidad y liberarnos de cierta carga de emisiones. Cabe destacar que los océanos globales absorben alrededor del 25% del dióxido de carbono liberado a la atmósfera.

En el comunicado oficial los científicos explican que los entornos marinos son fundamentales para los fotoferrotrofos, ya que es un entorno rico para su desarrollo. "Los fotoferrotrofos utilizan hierro soluble como fuente de electrones para la fotosíntesis mientras fijan el dióxido de carbono", explica  Arpita Bose, profesora asistente de biología en la Universidad de Washington en St. Louis y líder del estudio. El proceso se conoce como fotoferrotrofia

Microbios diminutos para luchar contra el cambio climático

Los primeros fotoferrotrofos que los científicos aislaron en la década de 1990 provinieron de ecosistemas de agua dulce. Hasta ahora solamente se habían descubierto dos fotoferrotrofos de tipo marinos, pero una de las razones es que son microorganismos complicados de mantener con vida en un laboratorio. 

Las bacterias pueden comerse la electricidad y bloquear el dióxido de carbono, secuestrándolo.
Las bacterias pueden comerse la electricidad y bloquear el dióxido de carbono, secuestrándolo.

Nature

En esta nueva investigación acudieron en busca de estas bacterias a Woods Hole (Massachusetts) y al estuario del río Trunk. Pudieron aislar con éxito 15 nuevas cepas de la bacteria fototrófica anoxigenica marina común Rhodovulum sulfidophilum.

“Descubrimos que todas las cepas de Rhodovulum eran capaces de realizar fotoferrotrofia y usamos AB26 como cepa representativa para demostrar que también puede consumir electricidad”, recoge el World Economic Forum. 

En las pruebas realizadas en el laboratorio estos microorganismos pudieron recolectar electrones directamente de una fuente de electricidad. Los investigadores creen directamente que en los océanos pueden tomar los electrones a través del óxido y otros minerales de hierro que abundan de forma natural en los sedimentos marinos.

Como estas bacterias son muy comunes en los ecosistemas oceánicos, podrían usarse para futuros enfoques de ingeniería contra el cambio climático, con el fin de fijar y secuestrar dióxido de carbono en el océano. 

"Necesitamos comprender el grado de secuestro de carbono que pueden hacer en la naturaleza", apunta el estudio, un gran paso para seguir buscando vías de lucha contra el calentamiento global

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