Este grupo de alumnas de un instituto de Castellón ha creado un dispositivo para ayudar a los pacientes con párkinson con el que han llegado hasta la ONU

Alumnas del instituto IES Joan Coromines de Benicarló, Castellón, e integrantes del proyecto Stick.
Alumnas del instituto IES Joan Coromines de Benicarló, Castellón, e integrantes del proyecto Stick.

Equipo Stick.

  • Un grupo de alumnas del instituto Joan Coromines de Benicarló (Castellón) ha presentado ante la ONU un dispositivo ideado por ellas que aspira a mejorar la vida de los pacientes con párkinson en todo el mundo.
  • Las integrantes del equipo Stick, compuesto por cuatro estudiantes de entre 14 y 15 años, fueron seleccionadas por el programa The Challenge de la Fundación La Caixa, que fomenta la transformación educativa en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Seguro que te ha pasado: cuando eres joven quieres comerte el mundo, cambiar las cosas y hacer de la sociedad un lugar mejor. Ese sentimiento en muchos casos desaparece a lo largo de los años ante el peso de la realidad. Cambiar el mundo no es una tarea tan sencilla como parece durante la juventud.

Pero hay historias que te reconectan por completo con ese sentimiento de juventud, repleto de idealismo y pasión. Es el caso del equipo Stick, formado por un grupo de chicas de entre 14 y 15 años de Castellón que, junto a su profesor, han logrado lo impensable: presentar ante la ONU un dispositivo  con el que quieren mejorar la vida de los pacientes con párkinson.

"Jamás imaginamos que llegaríamos a Nueva York", confiesan a Business Insider España Marta, Nuria, Patri y Aitana, las alumnas del instituto IES Joan Coromines de Benicarló (Castellón) detrás del proyecto.

En las grandes revoluciones capaces de transformar el mundo, la innovación suele surgir para solucionar problemas cotidianos que necesitan ser atajados. Ese fue el camino que siguieron las alumnas detrás del proyecto Stick. La idea surgió porque uno de los tíos de las alumnas sufre párkinson. "Cuando nos propusieron el reto, nos dimos cuenta de que no hacía falta nada más que buscar lo que teníamos delante. Al final, hablando, salió el tema del párkinson de mi tío y nos pusimos a investigar", cuenta Aitana. 

El proyecto, explican, sufrió una evolución muy grande. "Nuestra idea principal era un guante con unas cápsulas de silicona con un palito y una brida, que se soltase con un botón. Pero nos dimos cuenta de que para los temblores de una persona con párkinson iba a ser imposible su uso, así que decidimos reducirlo a lo más básico". 

El diseño final acabó siendo un dispositivo cilíndrico que cuenta con un gimbal en uno de sus extremos, que sirve para contrarrestar el movimiento involuntario producido por la enfermedad del párkinson. En su extremo y a través de un imán de neodimio en la parte superior, se pueden acoplar diferentes tipos de accesorios (cuchara, tenedor, cuchillo o incluso un cepillo de dientes o un peine).

"Lo más difícil fue hacer el proyecto realidad", señalan las estudiantes. "Teníamos la idea de cómo iba a ser, pero teníamos que buscar los materiales, averiguar cómo hacerlo realidad a un precio sostenible para todo el mundo y que se adaptase a las necesidades de todos los enfermos". 

Su proyecto fue seleccionado por el programa The Challenge de la Fundación La Caixa, que fomenta la transformación educativa en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Primero viajaron a Barcelona para explorar con profesionales del sector las posibilidades de llevar al mundo real aquella idea. Y allí fue donde las alumnas empezaron a pensar que su pequeña revolución era posible.

El proyecto es un reflejo de que afrontar los retos por separado puede ser muy complicado, pero con las personas adecuadas y aprovechando el momento, se pueden conseguir grandes cosas. Con esa motivación, el equipo Stick consiguió elevar el desarrollo del dispositivo y Marta, Nuria, Patri y Aitana acabaron siendo seleccionadas por el programa The Challenge de la Fundación La Caixa para llevar su idea a Estados Unidos con el objetivo de presentarlo en universidades de primera línea mundial como Columbia, Harvard o el MIT. Y, también, ante instituciones tan reconocidas como la ONU. 

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"Aprender haciendo y no aprender memorizando".

"Presentar en la ONU no es algo que se haga todos los días ni es fácil llegar ahí", explican las alumnas, que confiesan ahora el nerviosismo que tenían durante su exposición. "Fue increíble visitar las instalaciones de la ONU. En las noticias sale la Asamblea General, y pensar que hemos estado ahí y lo hemos visto con nuestros propios ojos es difícil de creer". 

Cuando los alumnos llegan a la ONU "se les pone la piel de gallina", explica a Business Insider España Xavier Bertolín, director corporativo de Educación y Marketing de la Fundación La Caixa. 

En los 10 años que el programa The Challenge lleva haciendo viajes a Estados Unidos, el foco siempre ha estado en que los estudiantes españoles abran su abanico de posibilidades conociendo sus universidades y el mundo startup. "Llevamos 10 años visitando la costa de Silicon Valley e intentando que los alumnos conozcan el modelo startup de identificar una oportunidad, adaptarla a su entorno, prototiparla y comunicarla", comenta Bertolín.

El directivo de la Fundación La Caixa recalca la mirada diferente con la que abordaron el programa en sus inicios: "Aprender haciendo y no aprender memorizando". De esta manera, asegura, muchos de los estudiantes que han pasado por The Challenge "eran repetidores y no les iba bien con el sistema memorístico de aprendizaje y han conseguido ser ganadores de proyectos". 

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"Pensar que en estos 10 años han pasado 16.000 ideas de jóvenes españoles que se les ha ocurrido mirar a su alrededor y solucionar cosas que hasta la fecha no lo estaban, es muy bonito", comenta Bertolín. 

"Se tiende a pensar que los jóvenes no tienen ningún interés ni proyectos, pero con estas iniciativas te das cuenta de que sí tienen inquietudes y quieren tirar hacia delante", añade. 

Sin embargo, en instituciones como la ONU, en la que España no participa en proyectos de jóvenes emprendedores, la llegada de estos alumnos supone un gran impacto para la imagen de nuestro país. "Nos acogen y nos dicen desde el organismo que quieren que estemos aquí para que participemos de este movimiento global, de cómo hacer las cosas diferentes", apunta el directivo.

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Un futuro lleno de posibilidades

El equipo Stick presentó su proyecto en la ONU gracias al respaldo de 'The Challenge'.
El equipo Stick presentó su proyecto en la ONU gracias al respaldo de 'The Challenge'.

Fundación La Caixa

"El aprendizaje más importante que nos llevamos no es solo cómo montar una empresa y cuáles son las bases, sino que nos ha servido para aplicarlo aquí en clase sobre cómo resolver problemas", asegura Aitana. 

"También lo llevamos en el aprendizaje de que con esfuerzo, porque esto también ha supuesto un esfuerzo muy grande por nuestra parte, todo se puede. Es una enseñanza a nivel académico, pero también a nivel personal", continúa explicando la estudiante.

"Nos ha ayudado mucho a crecer como personas y ser más independientes al ver que hemos podido crear un proyecto tan potente con tan solo 14 y 15 años. Nos hemos sentido muchísimo más independientes", comenta también Marta. 

Pero el poder revolucionario de estas alumnas solo acaba de empezar: "Queremos presentar nuestro proyecto en más concursos de este tipo, para así poder seguir desarrollándolo y que llegue a más gente", explica Nuria. 

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Es precisamente con esa intención y visto el éxito de jóvenes brillantes que han pasado por The Challenge, que la Fundación La Caixa lanza ahora otro programa para jóvenes emprendedores de entre 18 y 30 años. EduCaixa Bridge Call pretende ser una aceleradora de talento joven para que sus ideas transformadoras puedan construir una sociedad más justa a través del impulso del negocio sostenible y escalable. 

"Nos preguntamos cómo es posible que haya tantas y tantas ideas y no seamos capaces de descubrirlas por medio de la televisión o la prensa", comenta Bertolín al respecto. Con esta iniciativa, continúa explicando el directivo de la Fundación La Caixa, "queremos identificar los 20 mejores proyectos y los vamos a acompañar, porque pensamos que muchas de estas ideas quedan a merced del mercado". 

Se trata de un programa que acompañará a jóvenes con ese espíritu emprendedor, esas ganas de comerse el mundo y hacer de él un lugar mejor. "Les acompañaremos con formación, mentoría, puesta en escena y un poco de dinero para que puedan pagarse el salario durante uno o dos años, para que puedan comenzar en su proyecto", resume Bertolín. 

De momento, Marta, Nuria, Patri y Aitana seguirán en el instituto, pero ya han visto todo el recorrido que son capaces de hacer y hasta dónde pueden llegar. 

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