Así evitarás en 60 segundos una de las peores averías que puede sufrir tu coche

Siempre es una mala noticia que tu coche sufra una avería. El mantenimiento del vehículo puede ser caro, especialmente si el daño es grave y la reparación complicada.

Por estos motivos el cuidado de tu automóvil es tan necesario. Ahorrarás dinero y ganarás en seguridad al volante si te portas bien con tu coche y no lo llevas al límite.

Es precisamente esta costumbre de algunos conductores de someter a su vehículo a un gran estrés lo que puede provocar daños difíciles de reparar. Dicha agresividad provoca averías que son evitables.

El turbocompresor es una de las piezas del coche que más sufre cuando haces las cosas con demasiada prisa y poca delicadeza, haciendo que la vida útil del vehículo descienda drásticamente.

Esta pieza se encuentra en casi todos los coches nuevos que cuentan con un motor de combustión. Se trata de uno de los componentes más caros y sensibles de un automóvil.

Si arrancas e inmediatamente empiezas la marcha o estaciones el vehículo y apagas el motor al segundo estarás desgastando esta pieza, que es la encargada de impulsar los gases de escape.

El mejor truco que debes seguir para cuidar el turbocompresor es tomarte 30 segundos desde que enciendes el motor hasta que inicias la marcha.

Puedes aprovechar este rato para ajustar los retrovisores, comprobar que lo llevas todo en el coche, repasar la ruta que vas a realizar o cualquier tarea que se te ocurra.

Lo mismo has de hacer cuando estés aparcando: desde que dejas el coche estacionado hasta que apagas por completo el motor deben pasar otros 30 segundos.

Es decir, poner en práctica ambas maniobras sólo va a costar 60 segundos, un minuto de tu tiempo que seguramente no vayas a dedicar a una tarea más importante que el estado de tu coche. 

De este modo, el motor puede llevar el aceite a todos los componentes del vehículo que son más delicados, como es el caso del turbocompresor, sin sufrir estrés y daños innecesarios.

Es importante que mantengas este cuidado cada vez que utilizas el coche, ya que una avería en esta parte del vehículo puede suponerte 1.000 euros en reparaciones, según advierten en Autopista.es.

En el caso de que el daño sea todavía más grave la cantidad puede ser mayor a los 1.000 euros, por lo que merece la pena detenerse un poco antes de llevar al límite tu vehículo, aunque tengas prisa.

Realizar reparaciones por daños evitables es una de las formas más comunes de malgastar el dinero. Cuida tu coche y ganarás también en ahorro.