Una exempleada de DeepMind, compañía que depende de Google, acusa públicamente a la empresa de gestionar mal sus denuncias de acoso sexual: "Las mismas historias se repiten"

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Business Insider España
Los logos de Google y DeepMind.
Los logos de Google y DeepMind.

Una exempleada de DeepMind, la empresa de inteligencia artificial propiedad de Google, ha acusado públicamente a la empresa de gestionar mal las denuncias de acoso y agresión sexual y de intimidación.

La exempleada, que ha permanecido en el anonimato, publicó sus acusaciones en un post de Medium el miércoles por la mañana. También habló con el Financial Times.

En su carta recogía lo siguiente: "Escribo de forma anónima para proteger mi privacidad y prevenir las quejas de que las víctimas que denuncian están "buscando atención". Mi único objetivo es el cambio".

La mujer describe un calvario que duró varios meses en 2019, durante el cual fue agredida y acosada sexualmente en repetidas ocasiones por un colega de alto nivel no identificado. Para agravar el horror, según escribe, hubo un proceso de quejas internas obstructivo en DeepMind y Alphabet, la empresa matriz de Google.

"En resumen: fui objeto de un acoso sexual y de comportamiento gravemente perturbador por parte de un colega de alto nivel durante meses, incluyendo múltiples proposiciones, correos electrónicos y textos horribles que incluían confesiones explícitas de actos de violencia sexual contra las mujeres, y amenazas de autolesión", escribe la exempleada en su post.

"A pesar de las pruebas contundentes de esto, RRHH tardó casi un año en resolver mi caso. Creo que se alargó intencionadamente, y muchas de mis reclamaciones fueron inicialmente minimizadas o directamente ignoradas".

Su declaración se produce después de años de quejas por parte de antiguos empleados de Google de que la empresa y su matriz corporativa Alphabet no manejan bien las acusaciones de comportamiento inapropiado, y que los presuntos agresores —a menudo hombres de alto nivel— reciben mayor consideración que las víctimas. 

En 2021, Business Insider informó de que DeepMind había recibido quejas de acoso de su poderoso cofundador, Mustafa Suleyman, durante años, y que los empleados sentían que su departamento de recursos humanos les daba largas cuando se quejaban. 

Un exempleado aseguró a Business Insider en ese momento: "Ni Google ni DeepMind asumieron ninguna responsabilidad". Suleyman dejó Google para fundar una nueva startup de IA en enero.

"Han pasado 4 años desde los abandonos de Google, pero las mismas historias siguen repitiéndose", ha escrito hoy miércoles la  exempleada de DeepMind.

Business Insider se ha puesto en contacto con la exempleada para que haga comentarios.

La exempleada de DeepMind dice que su acosador le enviaba contenido gráfico violento 

La exempleada afirma que su acosador la agredió sexualmente en dos ocasiones y le hizo repetidas proposiciones a lo largo de 2019, según informó el Financial Times

En agosto de ese año, recibió un documento de 6 páginas que contenía múltiples referencias a "tendencias suicidas, alusiones a la violación de mujeres inconscientes y adicción al sexo." 

En el mismo documento, supuestamente detallaba una serie de encuentros sexuales con prostitutas durante las horas de trabajo. Y en un correo electrónico de seguimiento enviado al mes siguiente, habría adjuntado "una representación gráfica de contenido de carácter sexual y degradante" de la empleada. 

La empleada comunicó por primera vez estas acusaciones al departamento de RRHH de DeepMind en diciembre de 2019. El departamento tardó hasta julio de 2020 en resolver oficialmente el caso, y el acosador de la mujer fue despedido en septiembre de 2020, escribe.

Durante ese tiempo, el colega senior fue promovido, dice la muje, que ha declarado al Financial Times que, al mismo tiempo, se le aconsejó que no entrara en el edificio en el que él trabajaba "por su propia seguridad", y se le amenazó con medidas disciplinarias si contaba sus experiencias a alguien de la empresa. 

También se le dijo al investigador principal que no se pusiera en contacto con la mujer durante la investigación de DeepMind.

En Medium, la mujer ha descrito el proceso de denuncia como "inexcusablemente lento" y asegura que "no hay mundo en el que sea aceptable que Recursos Humanos tarde meses en resolver los casos de acoso, especialmente cuando existen pruebas contundentes". 

En un correo electrónico visto por el Financial Times, la mujer escribió a la alta dirección en agosto de 2020: "Nunca seré la misma persona. He pasado casi todo el último año temiendo por mi seguridad. No hay ninguna razón para que la investigación sea tan disfuncional".

En el post, aludió a otros supuestos casos de intimidación y acoso en DeepMind —incluidas las acusaciones de acoso contra Mustafa Suleyman— pero dijo que "muy pocas personas con las que he hablado pueden compartir su historia debido a los restrictivos acuerdos de confidencialidad de la empresa". 

También pidió a la empresa matriz Alphabet que promulgara nuevas normas de recursos humanos, incluida la prohibición de los acuerdos de confidencialidad para las víctimas de acoso laboral, y la publicación de auditorías periódicas de dichas denuncias.

"Esta carta llega después de años de no lograr un cambio desde dentro", remarca. "La dirección de DeepMind y Alphabet no puede seguir escondiendo la cabeza".

En una declaración a Business Insider, un portavoz de DeepMind ha reconocido que la exempleada había "encontrado el proceso difícil" y dice que la firma había despedido al investigador senior sin indemnización por despido. El portavoz añade que la empresa había introducido nuevas políticas en el lugar de trabajo desde la investigación.

"Cualquier incidente de agresión o acoso sexual es aborrecible", señala el portavoz. "DeepMind se toma muy en serio todas las acusaciones de mala conducta en el lugar de trabajo y colocamos la seguridad de nuestros empleados en el centro de cualquier acción que tomamos".

"Las acusaciones fueron investigadas a fondo, y el individuo que fue investigado por mala conducta fue despedido sin ninguna indemnización. Esperamos que todo el mundo —independientemente de su función o de su antigüedad— se comporte de acuerdo con nuestros valores. Lamentamos que nuestra exempleada haya vivido lo que vivió y reconocemos que el proceso le resultó difícil."

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