Un experto en ETF explica por qué el 'factor investing' produce mayores rendimientos y por qué elegir acciones para invertir no vale la pena

Nathan Rennolds,
Leo Ginsburg
| Traducido por: 
Gerd Kommer.
Gerd Kommer.

Gerd Kommer

Gerd Kommer es uno de los expertos financieros más conocidos de Alemania.

Comenzó su carrera en el sector financiero como analista en una consultora y después trabajó en bancos de Alemania, Sudáfrica y Reino Unido.

Antes de crear su propia empresa, Kommer Invest GmbH, dirigió la sucursal londinense de una empresa de gestión de activos, donde era responsable de unos 16.000 millones de euros.

Su reputación se fortaleció gracias a su libro, Souverän Investieren mit Indexfonds und ETFs, en español, Inversión soberana en fondos indexados y ETF.

La primera edición se publicó hace unos 20 años e inicialmente "no se vendió prácticamente ni un ejemplar", según afirma el propio Kommer. Después, llegó la crisis financiera de 2008.

"Mucha gente había vuelto a perder dinero con la inversión activa y especulativa, con inversiones en acciones individuales y siguiendo los consejos de los bancos", explica Kommer.

Los inversores se dieron cuenta de que podían tener más éxito con los fondos cotizados, por lo que, de repente, su libro pasó a ser un supeventas. Kommer ha escrito después varios libros más sobre finanzas, vendiendo en total más de 300.000 ejemplares.

"Los ETF me han funcionado de maravilla, acumulando una fortuna de 7 cifras", indica.

Los temas básicos de todas sus obras son muy similares: invertir de forma racional y sin previsiones.

"No hay que pensar que alguien es capaz de predecir qué acciones se van a comportar mejor. Es mucho mejor, apostar por varias de ellas a través de los ETF", defiende Kommer.

A largo plazo, la bolsa sube, porque las empresas que fabrican bienes y servicios esenciales siempre se recuperan de cualquier caída. Los inversores quieren invertir su capital en los miles de empresas que cotizan en bolsa y que producen dichos bienes y servicios, según explica el experto.

"No elegimos a los ganadores ni tratamos de evitar a los perdedores, simplemente invertimos en todos", aclara.

Durante unos 25 años, Kommer ha invertido su dinero exactamente como lo describe en sus libros. Tiene una cartera global con un 80% en renta variable y el resto en bonos a corto plazo con muy bajo riesgo y alta calificación crediticia. Todo ello a través de varios ETF.

La parte de renta variable de su cartera es esencialmente del índice MSCI World con una pequeña diferencia, ya que Kommer practica el denominado factor investing.

"Se trata de un enfoque de inversión que implica dirigirse a impulsores específicos de la rentabilidad en todas las clases de activos", según BlackRock.

En el caso de Kommer, pondera más las empresas pequeñas, medidas por su capitalización bursátil, que las grandes.

Los índices están ponderados, es decir, los valores que siguen representan un porcentaje relativo a su influencia percibida en el conjunto del índice. Una inversión sobreponderada significa que Kommer aumenta el porcentaje de empresas de pequeña capitalización en su cartera en comparación con la cartera de referencia que las sigue.

Kommer utiliza esta estrategia porque los títulos de pequeña capitalización tienen un enorme potencial de crecimiento e históricamente superan a los de gran capitalización.

Hay muchos ETF que se centran en los valores de pequeña capitalización y los sobreponderan en su producto, según explica el analista. También da una mayor ponderación a las empresas que considera infravaloradas, y a los mercados emergentes. Los rendimientos tienden a ser más altos aquí también.

En esencia, el factor investing es una inversión pasiva, exceptuando el hecho de que la ponderación es diferente a la de los índices tradicionales.

Además, Kommer evita invertir en acciones.

"No miro las empresas individuales, los estados financieros o los informes de los analistas", confirma.

Considera que este tipo de inversión supone demasiado esfuerzo y riesgo.

Sobre la crisis, aconseja a los jóvenes que no tengan miedo.

"Yo viví la caída de las puntocom a principios de los años noventa. Fue entonces cuando la bolsa mundial bajó un 50% y el Dax un 70%", explica. 

Él, en particular, aprovechó ese momento para invertir, ya que todo estaba más barato.

Unos años después, se hizo millonario.

"Sin embargo, tengo que decir que tenía un salario superior a la media y un alto índice de ahorro", reconoce Kommer.

Puntualiza que, pudo permitirse invertir porque no tenía cargas familiares y su estilo de vida era frugal.

"No tenía un Rolex ni un coche caro, y no me iba de vacaciones a las Maldivas todos los años", comenta.

Por ahora, Kommer sigue trabajando en la empresa de inversiones que creó.

"No me imagino jubilándome, sentado en el sofá, sin hacer nada. Quiero marcar la diferencia", afirma.

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