Google Bard ya va por detrás en la guerra de la IA con OpenAI y Microsoft

Hasan Chowdhury
| Traducido por: 
Open AI vs Google

Jonathan Raa/NurPhoto/Getty Images

  • Google Bard, la respuesta de la empresa de búsquedas a ChatGPT, ha decepcionado a los primeros usuarios.
  • Los usuarios de Estados Unidos y Reino Unido que han probado el chatbot de IA han descubierto que se queda corto en comparación con la tecnología de OpenAI.
Análisis Faldón

Hay mucho en juego sobre Google Bard, la respuesta del gigante de las búsquedas al chatbot conversacional ChatGPT.

Tras el lanzamiento de ChatGPT con gran éxito viral y la implementación por parte de Microsoft de la misma tecnología en su propio motor de búsqueda Bing, Google necesita que Bard atraiga la atención del público.

La popularidad potencial de Bard —o la falta de ella— tiene serias implicaciones para el liderazgo de Google en las búsquedas y su posición general como gigante tecnológico de vanguardia.

De momento, las señales no son positivas.

El martes, Google inició el proceso de apertura de Bard al mundo invitando a los usuarios de Estados Unidos y el Reino Unido a registrarse para obtener acceso. La primera demostración de Bard tuvo lugar en febrero, en clara respuesta a la irrupción de ChatGPT durante el periodo navideño, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha abierto el acceso.

Google describe el chatbot como su primer "experimento que te permite colaborar con IA generativa". Para apuntarse a la lista de espera de Bard es necesario tener 18 años o más, una cuenta personal de Google y un navegador compatible. 

Desafortunadamente, para el gigante de las búsquedas, la beta de Bard es evidente, ya que el primer grupo de usuarios parece decepcionado por sus capacidades en comparación con la tecnología GPT-4 de OpenAI

 

Un debut mediocre

Bard ya ha tenido algún que otro contratiempo.

Un posible error cometido por el chatbot durante el lanzamiento de su demo el mes pasado provocó un desplome de 100.000 millones de dólares en la valoración de la empresa matriz Alphabet.

Ahora los usuarios de la versión de prueba afirman que la versión actual de Bard no está a la altura de la competencia.

"He estado probando Google Bard durante un rato y nunca pensé que diría esto, pero... Bing está muy por delante de Google ahora mismo (en esta función específica de chat)", tuiteó el martes el youtuber tecnológico Marques Brownlee

Ethan Mollick, profesor asociado de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, donde enseña emprendimiento e innovación, añade que, aunque es pronto, "Bard no parece tan capaz como herramienta de aprendizaje como Bing o GPT-4".

Mollick destaca que "Google Bard pierde" frente a su rival "por mucho" en materia de poesía, pasando muchos más apuros en su capacidad para generar textos en forma de sestina, una composición poética procedente de Francia integrada por 39 versos de arte mayor, normalmente endecasílabos.

Al pedirle a Bard que generara una sinopsis de una película de La guerra de las galaxias al estilo del cineasta David Lynch, conocido por sus extravagantes narraciones, acabó produciendo un argumento estándar de La guerra de las galaxias.

La misma pregunta dirigida a GPT-4 produjo algo que parecía claramente lynchiano.

Bard también tiene problemas con las sopas de letras, un campo en el que las IA basadas en grandes modelos lingüísticos deberían en teoría destacar. Por ejemplo, Twofer Goofer, un rompecabezas online en el que los usuarios deben averiguar qué son un par de palabras misteriosas que riman entre sí a través de preguntas y pistas ligeramente obtusas. 

Los creadores de la sopa de letras Twofer Goofer han descubierto que ChatGPT resuelve mucho mejor los acertijos que Bard.
Los creadores de la sopa de letras Twofer Goofer han descubierto que ChatGPT resuelve mucho mejor los acertijos que Bard.

Business Insider/Shona Ghosh/Twofer Goofer

Según un análisis realizado por los creadores del juego, GPT-4 de OpenAI tiene una tasa de acierto del 96%, mientras que los humanos lo consiguen el 82% de las veces. 

La tasa de éxito de Bard es del 0%. 

Tras describir los resultados como "sorprendentemente decepcionantes", el cocreador Collin Waldoch escribió: "Bard no fue capaz de resolver ni un solo Twofer Goofer cuando se le planteó la tarea. Estuvo cerca en un par de ocasiones, pero al final no lo consiguió". 

Google puede haberse topado con el dilema del innovador, en el que los actores tradicionales se enfrentan a una amenaza real por parte de empresas jóvenes y ágiles si deciden mantener el rumbo y no innovan. 

Es posible que la empresa tenga una herramienta de IA impresionante en la manga. Hugh Langley, de Business Insider, informó a principios de marzo de que los empleados de Google están probando una versión más inteligente de Bard, apodada "Big Bard". La herramienta, escribió Langley, tiene respuestas más parecidas a las humanas y es más informal. Lo que está a disposición del público es la versión ligera.

Google se ha opuesto durante mucho tiempo a una estrategia similar a la de OpenAI para liberar IA potente y de uso comercial, por las cuestiones éticas que rodean a una tecnología propensa a errores, sesgos y usos indebidos. Pero ésta es ahora la era de la IA, tal y como Bill Gates se atrevió a afirmar el día en que se lanzó Bard. El desarrollo de la IA, en sus palabras, "es tan fundamental como la creación del microprocesador, el ordenador personal, Internet y el teléfono móvil".

Conviene señalar que Gates no menciona la búsqueda en internet en su lista de desarrollos fundamentales. Puede que Google tenga que moverse más rápido para consolidar su posición en la historia de la industria tecnológica.

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