Del boom de la construcción a los problemas de deuda y coquetear con la quiebra técnica: los 21 años de historia de OHL hasta la entrada de los Amodio

Juan Miguel Villar Mir, presidente del Grupo Villar Mir.
Juan Miguel Villar Mir, presidente del Grupo Villar Mir.
  • OHL ha anunciado este pasado jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que el Grupo Villar Mir ha vendido un 16% de su participación en la constructora española a 2 sociedades propiedad de los hermanos mexicanos Luis y Mauricio Amodio Herrera, que pasan a convertirse en accionistas de referencia de la compañía. 
  • Con este movimiento, se pone fin a la etapa como socio de control del empresario Juan Miguel Villar Mir.
  • Con Villar Mir como máximo accionista desde la creación del grupo, OHL ha pasado de crecer con fuerza en la época del boom de la construcción a acumular pérdidas y una elevada deuda en los últimos años.
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En los últimos días, OHL ha vuelto a ocupar titulares debido a la entrada en su capital de los hermanos Luis y Mauricio Amodio Herrera, los copresidentes del grupo mexicano Caabsa. A pesar de que se había planteado una fusión, finalmente los Amodio han comprado al Grupo Villar Mir un 16% de las acciones de OHL, al que se le sumará obligatoriamente otro 9% antes de finales de noviembre.

De este modo, el grupo que preside Juan Miguel Villar Mir cede a los hermanos Amodio la posición de accionistas de referencia, en manos del empresario madrileño desde la fundación de la compañía, en 1999. Queda todavía por desvelarse cómo se concretará la llegada de los nuevos socios de referencia a la gestión diaria de OHL o en el reparto de poder en su consejo de administración, pero por el momento queda claro que esta operación supondrá cambios drásticos para la constructora.

Villar Mir: ingeniero, catedrático, empresario e incluso ministro

La historia de OHL ha estado marcada por la figura de Juan Miguel Villar Mir desde la creación del grupo en 1999 mediante la fusión de varias constructoras hasta su situación actual, en la que los años de bonanza durante el boom de la construcción han dado paso a problemas de deuda, escándalos y, finalmente, a la entrada de un nuevo socio de control en la empresa.

El caso del empresario madrileño es atípico. Estudió en el exclusivo Colegio del Pilar de Madrid, fue el primero de su promoción en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, obtuvo 2 cátedras en la Universidad Politécnica de Madrid y antes de cumplir los 40 ya había trabajado en varias empresas públicas cuando se convirtió en presidente de Altos Hornos de Vizcaya, una empresa que sería posteriormente crucial en la génesis de OHL.

Menos de un mes después de la muerte del dictador Francisco Franco, Villar Mir se convierte en ministro de Hacienda y vicepresidente tercero del Gobierno en el último ejecutivo de Carlos Arias Navarro, aunque solo duraría 6 meses en el cargo. Tras esta breve aventura política, volvería al mundo empresarial y una década después comenzaría a esbozar sus planes de futuro al comprar a Altos Hornos la constructora Obrascón por el precio simbólico de una peseta en 1987.

Obrascón corresponde, precisamente, con la primera letra de sigla de OHL. Las otras 2 componentes, Huarte y Laín, se añadirían al imperio constructor en 1998 y 1999, año en el que se funda la constructora tal como la conocemos. En paralelo, el empresario había dado forma al Grupo Villar Mir, que agrupa otras inversiones como Fertiberia o Ferroatlántica, entre muchas otras.

El despegue de OHL durante el boom del ladrillo

Los inicios de OHL coinciden con la época de oro del sector constructor, en la que, según fuentes cercanas al mercado consultadas por Business Insider España, solamente China consumía más cemento per cápita que España. Esas fuentes explican que el crecimiento exponencial que vivieron las constructoras españolas se debe a los beneficios que les reportaba recurrir a subcontratas durante el auge de las obras públicas y al hecho de que "cuando ganabas un contrato, te adelantaban un 20% de la obra, por lo que no necesitabas capital".

Las constructoras diversificaron los beneficios de esas obras de formas diversas, principalmente en procesos de internacionalización, que han llevado al sector a realizar obras en los 5 continentes y a OHL a expandirse por Europa, EEUU y México. Sin embargo, este proceso ha tenido sus inconvenientes, dado que las compañías estaban sujetas a condiciones más estrictas en el extranjero para evitar que se ejecutasen los avales de sus obras en caso de retrasos.

Uno de los países a los que OHL extendió sus operaciones fue, precisamente, México, donde se hizo con la concesión de varias autopistas. Sin embargo, como señalan fuentes cercanas al mercado, "OHL había acordado con el Gobierno mexicano que, si por sus autopistas no pasaba un número suficiente de vehículos, México pagaría la diferencia, pero en un futuro. Es un esquema similar a lo que está pasando con la AP7 y Abertis".

Pese a ese acuerdo, la falta de ingresos por parte de las autopistas de México terminó acercando la amenaza de quiebra a OHL, hasta el punto en que en su última ampliación de capital en 2017 "entraban 500 millones de euros en metálico y según entraban se iban a pagar deuda", según fuentes cercanas al mercado, que precisan que OHL incluía en su resultado bruto de explotación (ebitda) las promesas de pago de las autoridades mexicanas, lo que afectó negativamente al análisis financiero de la compañía.

2018, el principio del fin

Al tratarse de un holding con varias actividades, su memoria anual se presenta de forma consolidada y no informando del rendimiento de cada actividad. Por ello, fuentes cercanas al mercado señalan que los analistas estudiaban a OHL por múltiplo ebitda, pero, al no tratarse de caja contante y sonante, el dato sobrestimaba el valor de la compañía. Así, los títulos de OHL han pasado de valer 20 euros en mayo de 2014 a 80 céntimos en mayo de 2020.

La situación alcanzó su punto álgido en 2018. Tras haberse depreciado de forma continua desde 2015, sus acciones se desplomaron en noviembre de 2018 hasta sus mínimos de los últimos 21 años, situándose en torno a los 60 céntimos de euro por acción. El deterioro de sus proyectos y de su facturación obligó incluso a suspender su cotización para evitar un mayor descalabro.

Paralelamente a este hundimiento en los mercados, OHL y el propio Villar Mir estaban en el epicentro de varios escándalos que todavía perduran. El empresario estuvo implicado en el caso Son Espases, en el que se le acusó de manipular la concesión de un hospital en Palma de Mallorca, aunque fue exonerado, aunque sí continúa siendo investigado, junto a su yerno Javier López Madrid, por su implicación en el caso de corrupción Lezo, al que le vinculan varias grabaciones que revelan presuntos sobornos.

La sombra de la corrupción persigue también a OHL en su conjunto, ya que aparece en los sumarios de los casos Púnica, Bárcenas y Gürtel, en los que se especula con el uso de sobornos para conseguir favores políticos, además de los escándalos de sobrecostes y adjudicaciones irregulares en los que se ha visto envuelta su filial mexicana.

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