La IA está cambiando nuestra forma de trabajar y crear, pero también está dañando el medioambiente

Katherine Tangalakis-Lippert
| Traducido por: 
La IA cambia el medioambiente

JOHN MACDOUGALL/AFP via Getty Images

  • La IA generativa está cambiando la forma en que las personas trabajan, atienden sus obligaciones, se citan y crean.
  • Pero los enormes sistemas informáticos que impulsan la IA consumen grandes cantidades de agua y emiten toneladas de dióxido carbono. Se espera, además, que su impacto aumente con el tiempo.
Análisis Faldón

Estamos empezando a ver cómo la IA generativa, como ChatGPT y Bard, está arrasando en el mundo laboral, pero se está gestando un impacto más significativo a medida que nos adaptamos a una adopción más generalizada de la tecnología, advierten los ecologistas.

Business Insider ya ha publicado que la IA es como un maremoto preparado para desplomarse sobre la economía, eliminando más puestos de trabajo de los que creemos. Y aunque la tecnología tendrá implicaciones de gran alcance en el mundo académico, en nuestra vida sentimental y en nuestra forma de crear arte, los enormes sistemas informáticos y las granjas de servidores necesarios para alimentar la IA contribuyen a una crisis climática a través de emisiones masivas y un enorme consumo de agua.

La industria de las tecnologías de la información y la comunicación, antes alabada como ejemplo ecológico en comparación con sectores importantes como la agricultura y la construcción, utiliza hasta el 10% de la electricidad mundial y emite entre el 2% y el 5% del carbono global, según estadísticas compartidas por el Parlamento Europeo.

Se espera que esa cantidad aumente hasta el 14% de las emisiones globales en 2040, según una investigación publicada en el Journal of Information, Communication and Ethics in Society.

Investigadores de la Universidad de Massachusetts han calculado que la cantidad de energía utilizada para entrenar grandes modelos de IA equivale a unos 283.000 kilos de dióxido de carbono, el equivalente de aproximadamente 300 vuelos de ida y vuelta entre San Francisco y Nueva York y casi cinco veces las emisiones totales de un coche medio durante su vida útil.

Contaminación del planeta

Aunque la IA ha sido elogiada como posible solución a los problemas climáticos, y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU afirma que la tecnología "aumentará la eficiencia energética" y "promoverá la adopción" de energías renovables, la industria aún tiene que enfrentarse a su impacto real en el medio ambiente. 

Business Insider ha contado ya que ChatGPT consume el equivalente a una botella de agua potable por cada 20 o 50 avisos que recibe, ya que el agua de refrigeración se vierte sobre los servidores para mantenerlos a temperaturas lo suficientemente bajas como para funcionar.

Cuando este medio preguntó a ChatGPT por su propia huella de carbono, el chatbot se mostró esquivo y respondió que su impacto se limitaría al consumo de energía de los ordenadores y servidores utilizados para su funcionamiento y para procesar las peticiones. La huella de carbono exacta dependería, por tanto, de factores como las fuentes de energía utilizadas para alimentar los ordenadores y la eficiencia de los centros de datos".

Aunque algunas grandes empresas tecnológicas han puesto en marcha iniciativas ecológicas para combatir su impacto en el medio ambiente (como el objetivo de Google de reponer el 120% del agua que consume y el de Microsoft de ser neutra en emisiones de carbono para 2030), los críticos sostienen que sus acciones no son más que marketing creativo y no bastan para combatir el impacto real en el clima y el medio ambiente.

"Ha habido un largo y concertado esfuerzo por parte de la industria tecnológica para hacer que la innovación digital parezca compatible con la sostenibilidad", contó a Business Insider Adrienne Russell, codirectora del Centro de Periodismo, Medios de Comunicación y Democracia de la Universidad de Washington. "Y no lo es".

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