La industria farmacéutica reivindica su valor en la sociedad: "Tenemos que ser capaces de decir todo lo bueno que hacemos"

  • La industria farmacéutica reivindica su valor en la sociedad y lamenta la mala reputación del sector. 
  • Los directivos de las principales compañías españolas aseguran que la mala imagen es producto del desconocimiento y abogan por mejorar la comunicación con la sociedad. 
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La crisis sanitaria ha puesto en el foco a la industria farmacéutica, que nunca antes había sentido con tanta intensidad tanto las esperanzas como el escrutinio de toda la sociedad. 

A las celebraciones de cada avance científico se le suman los debates y críticas por el precio de los medicamentos y el cuestionamiento sobre el rigor científico que ha acompañado a los procesos acelerados para desarrollar fármacos. 

Las compañías farmacéuticas se han visto ante la difícil tarea de navegar las polémicas públicas a la vez que intentaban dar una respuesta a la pandemia y mantener su actividad previa a la crisis y evitar el impacto económico. 

Por ahora, el sector ha aumentado su reputación durante la pandemia de COVID-19, según un estudio de Thinking Heads basado en 47.000 evaluaciones de 67 empresas farmacéuticas, incluidas 14 de las Big Pharma. 

"La mayoría de las personas que nos dedicamos a esto nos dedicamos porque creemos que aportamos valor a la sociedad", defiende Miguel Fernández, CEO de Merck en España, en el Smart Business Meeting celebrado por Business Insider España para ahondar en los retos y oportunidades de la industria. 

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El CEO de Merck señala que "pacientes somos todos", por lo que el sector siempre trabaja por traer innovación y medicamentos accesibles para todos. 

"Tenemos claro que trabajamos con este fin y con este propósito", asegura Fernández, que recuerda que la industria farmacéutica crea empleo de calidad y es un motor de innovación en el país.

"Una de cada tres personas a las que empleamos son jóvenes", destaca también el CEO de Merck, que recuerda a su vez que más de la mitad de la fuerza laboral del sector son mujeres.  

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La comunicación es clave para mejorar la reputación del sector 

Miguel Fernández, CEO de Merck.
Miguel Fernández, CEO de Merck.

A pesar de los datos que ofrece Fernández, lo cierto es que la industria farmacéutica es mirada con recelo y los directivos lo achacan al desconocimiento. 

"Lo que está claro es que hacemos muchas cosas que la gente no conoce", señala el CEO de Merck, que recuerda que son "sector absolutamente regulado" que no puede hacer nada sin la autorización de las autoridades competentes

"Tenemos que ser capaces de utilizar las plataformas para explicar lo que hacemos de verdad, las colaboraciones público-privadas, las donaciones desinteresadas...", reflexiona Fernández. 

Inés Juste, presidente del Grupo Juste, se muestra de acuerdo: "Nos falta pedagogía". 

La directiva asegura que ha llegado el momento de plantearse cómo llegar a la ciudadanía a través de otro tipo de comunicación porque, hasta ahora, "no estamos logrando lo que queremos conseguir". 

Juste aboga incluso por una introducción en el sector que comience en las primeras etapas educativas y que permita a los niños tener una "educación financiera y de salud y medicamentos". 

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La labor social de la industria farmacéutica tampoco está exenta de polémica 

Enrique Ordieres, presidente de Cinfa.
Enrique Ordieres, presidente de Cinfa.

Enrique Ordieres, CEO de Cinfa, recuerda que las compañías de la industria también aportan valor social ligado al propósito de las compañías

Ordieres señala que hay muchas farmacéuticas que tienen fundaciones, que están muy cerca de los pacientes y que participan en la formación de los profesionales.  

El CEO reflexiona sobre la labor que debería realizar la industria a la hora de dar visibilidad a estas iniciativas, señalando que quizá pecan de endogamia. 

Sin embargo, ni siquiera estas actividades de las farmacéuticas están exentas de polémica en España. En julio de este año el Congreso de los Diputados aprobó una propuesta para que la industria farmacéutica deje de financiar la formación continuada de los médicos y resto de profesionales sanitarios.

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En su punto 47.2, el dictamen insta a tomar “medidas para financiación pública de formación continuada de los profesionales sanitarios a cargo de las administraciones públicas, y para investigación independiente, divulgación/educación sanitaria y patrocinio de actividades de asociaciones de pacientes. Se prohibirá financiación de estas actividades, directa o indirectamente, por la industria”.

La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) se posicionó en contra de la medida, asegurando que la inversión de la formación médica continuada que hace el Sistema Nacional de Salud “no cubre ni las mínimas necesidades formativas ni la de todos los profesionales, dado que algunos de ellos ejercen en el sector privado”. 

Ante los cuestionamientos sobre las motivaciones que hay detrás de las inversiones que realiza la industria farmacéutica, Facme recordó que el sector se ha dotado de forma voluntaria de un Código de Buenas Prácticas "que pone el listón en el máximo nivel de lo que debe entenderse como aceptable en las relaciones con los profesionales sanitarios".

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