La inflación inunda tu carrito de la compra: aumenta el número de productos cuyo precio sube más de un 10%

En teoría, la inflación ha tocado techo. En la práctica, puede que tu bolsillo la note más que antes: la subida de precios se ha extendido y cada vez hay más productos que se encarecen a toda velocidad.

Aunque la inflación se ha moderado en septiembre, el número de productos que se encarecen más de un 10% ha aumentado. 

En septiembre, la cesta de la compra se encareció un 8,9% interanual. El dato publicado ayer por el INE fue una sorpresa positiva, al suponer una décima menos de lo esperado, y 7 menos que en agosto. Esto significa que, después de haber encadenado 3 meses consecutivos por encima del 10%, la inflación al fin parece moderarse. 

La diferencia de precios entre septiembre y meses anteriores tiene que ver con el precio de la gasolina y la luz, que empiezan a destensarse. 

En julio, cuando la inflación tocó techo con una subida del 10,8%, alcanzando niveles no vistos desde la crisis del petróleo de 1984, el precio de los combustibles líquidos se había disparado más de un 104% interanual, y la electricidad era un 33,4% más cara que el año pasado. En septiembre, los combustibles líquidos suben un 72,7% y la luz un 20,2%.

Si en julio había 49 productos de la cesta de la compra cuyo precio subía más de un 10%, ahora, en septiembre, esa cifra se ha disparado hasta alcanzar a 64 productos. Es decir, que la inflación se extiende como una mancha de aceite, y cada vez hay más partidas de la cesta de consumo que sufren grandes subidas de precio.

El Índice de Precios al Consumo (IPC), que mide la inflación en España, se calcula haciendo la media de 198 bienes y servicios, que en septiembre de 2022 se haya disparado el precio de 64 de ellos, cuando en enero apenas eran 13, significa que el subidón de la inflación se está contagiando a cada vez más productos.

La diferencia respecto a julio radica en que, aunque que entonces las subidas eran mucho mayores, éstas se concentraban en menos productos. Ahora, la luz o la gasolina se encarecen menos, pero la tensión ha contagiado a más partidas de la cesta de la compra.

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En 2021, eran principalmente productos energéticos y alimentos no elaborados los que más se encarecían. Precisamente la clase de productos que se excluyen del cálculo a la hora de sacar la inflación subyacente (porque son enormemente volátiles. Su precio sube y baja constantemente influido por factores tan cambiantes como el propio clima). En 2022, en cambio, hay todavía más partidas.

Es el caso de las patatas: en julio su precio había aumentado un 8,9%. Ahora suben un 16,4%. Ocurre lo mismo con la pizza, cuyo precio ha pasado de subir un 9,9% en julio a un 13,4% ahora; o el azúcar, de un 7,6% a un 13%.

 Se trata, en su mayoría, de alimentos. Mientras que la cuerda de precios empieza a destensarse del lado de la energía, los alimentos parecen haber tomado el relevo, y continúan inflamando la cesta de la compra. 

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En septiembre, los alimentos se encarecieron un 14,4%, la tasa más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994. Destaca, especialmente, el encarecimiento de las legumbres y hortalizas, la carne, y la leche, el queso y los huevos.

El precio del pescado ahumado y congelado, por ejemplo, subía un 9,8% en julio, y ahora lo hace un 12,5% y 11,7%, respectivamente; la carne de cerdo se encarecía un 8,6% y ahora se dispara un 11,2%; y los zumos han pasado de encarecerse un 9,6% a un 11,1%.