Javier Arrés, de servir copas a ganar más de un millón de euros como criptoartista: “Los NFT son una tecnología incomprendida”

Desde muy joven, con 11 años, Javier Arrés tuvo claro que su vocación pasaba por el dibujo y la ilustración. Después de trabajar durante muchos años en distintos sectores, como la hostelería, el diseño gráfico, el marketing y la publicidad, ha conseguido posicionarse en España como una referencia de los NFT, el mundo de las obras de arte digitales originales. 

Se trata de una mezcla de tecnología y arte que a día de hoy no todos comprenden. “En el criptoarte lo que hay que entender es que no todo lo que tú subas se va a vender. Se piensan que funciona el continente y no el contenido, es decir, hago lo que sea y se va a vender, pero eso es un error muy grande y crea mucha saturación y mucha burbuja”, afirma Arrés.

“Para evitar timos lo que tienen que entender es que no necesitas intermediarios. Cuando alguien se te ofrece para hacerte rico es un error; no necesitas una persona, puedes ir a plataformas importantes como OpenSea y con un poco de conocimiento hacerlo”, expone.

Sin embargo, esa falta de comprensión en el mundo del arte digital no está siendo un problema para que cada vez se sumen más adeptos, ya que los precios que se están pagando por algunas obras son estratosféricos y muchos ven una posibilidad de hacer dinero rápido.

Sin ir más lejos, las 279 obras vendidas por Javier Arrés hasta ahora alcanzan un montante que supera el millón de euros.

Pero esta explosión artística, según el protagonista, no tiene nada de casual.

“Yo llevaba muchísimo recorrido, a mí me apuntaron a clase de dibujo con 11 años y desde entonces he dibujado he estado aprendiendo y formándome. Yo quería ser ilustrador e iba orientado por ahí, es decir, los años que fui camarero, 9 o 10, intenté ganarme la vida de ilustrador, pero es difícil, han sido muchos años”. 

“Aunque parezca que he explotado de repente, no es así. Ya había trabajado con el New York Times, la NFL… he ido conquistando pequeños territorios internacionales y eso es clave, además yo le debo mucho a la ciudad de Londres, donde he ganado varios premios”, añade.

La obra de Javier Arrés por la que se ha pagado más dinero se llamaCrypto Combat, y se vendió por más de 32.000 euros. 

“Me iban saliendo encargos y se desarrollaba mi obra y, por ejemplo, losVisual Toys que me dan la popularidad, los había empezado a desarrollar seis años antes que existieran los NFT. Nos ha pasado a varios de este campo, y de repente llega el criptoarte, me escribe el CEO de Makers Place, me fichan para la plataforma y empieza a subir mi obra que ya tenía hecha desde hacía muchos años, como Beeple. Antes no lo podía vender, y yo estoy en el sitio ideal con lo que hay que tener, ha sido un timing perfecto”.

Precisamente Beeple es, junto a Pak, uno de los artistas más conocidos de los NFT. Sus obras se venden por cifras millonarias, comoEverydays: the first 5000 days, que tiene el récord hasta el momento al venderse por más de 61 millones de euros.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Arrés también subraya los retos de los NFT a corto plazo. “Creo que sería hacerse todavía más comprensible. Es una tecnología muy incomprendida porque hay mucho tramposillo, tiene que darse a conocer y cuáles son sus ventajas y posibilidades”. 

“La gente se queda mucho en que me estoy comprando algo que me puedo descargar. Es importante hacer divulgación y pedagogía. Es una llave de entrada a sitios y de club que puedes tener con la gente que colecciona NFT. Ese es el reto a corto y medio plazo”, argumenta el criptoartista español.

Arrés se muestra además contundente con los intermediarios poco fiables del sector: “Hay mucho timo también, con esta gente que dice ‘hazte rico con los NFT’. Es como el arte tradicional, hay mucha especulación, pero no hay gente haciendo anuncios en YouTube diciendo que te vas a hacer rico, hay que eliminar esa mentalidad de casino”.

Una de las patas importantes que sostienen la mesa en la que se encuentran los NFT son las criptomonedas, ya que son las divisas que se utilizan para las transacciones de arte digital. Esto ahuyenta a muchas personas por su aversión al riesgo y el miedo a la especulación, pero Arrés le quita importancia.

“El artista no tiene que especular nada. Nadie te obliga a holdear, eso ya son decisiones personales. Hay que tener un mínimo conocimiento, pero no tienes por qué ser un trader, para nada. Sí que es importante saber el estado del mercado de las criptomonedas para saber si es un buen día o no para vender, pero es un poco de lógica, no hay que volverse loco”.

Día a día, retos y referentes 

“Ahora me centro en mi siguiente subasta o mi próximo encargo de un cliente o una marca que quiera algo. Tengo muchísima libertad, incluso de horario”. 

Arrés apunta que trabaja muchas horas y que normalmente lo hace de noche: “Me planteo mi próxima colección de la temática que a mí me guste, me pongo a desarrollarla, luego la subo a la plataforma de Makers Place u otras y luego me dedico a darle publicidad y marketing a la obra”. 

“Es como lanzar una colección de moda, ese podría ser un buen ejemplo”, asegura.

Javier Arrés también ha colaborado con el South China Morning Post, el Corriere della Sera, la marca Campari, o Cult&Rain, una firma de zapatillas deportivas. “También he trabajado para coleccionistas privados que te hacen un encargo, aunque eso era más al principio. Me gusta todo lo que veo. Me gusta Beeple, Pak, me inspiran por cómo estructuran sus colecciones. Además, yo soy una persona muy fascinada también con los grandes artistas del pasado, como Picasso o Goya”.

El artista español ya ha conseguido la popularidad dentro del mundo de los NFT, pero no se conforma con haber llegado hasta aquí. “Tengo una colección generativa muy interesante dentro de poco, un mes más o menos, y voy tocando diferentes formatos. Por ejemplo, ahora voy a hacer una obra en la que aparece un robot y ese robot también va a estar hecho en físico. Quiero mantener losVisual Toys y luego entrar en la impresión 3D… Me quiero posicionar mejor y crear una gran comunidad de mi obra”.