Me pusieron en un plan de mejora de rendimiento y me despidieron: ahora que lo pienso, me lo merecía

Jenna Gyimesi
| Traducido por: 
Akouto Vonwogbe aprendió que es muy importante cómo te hace sentir un trabajo. Nunca se sintió a gusto en su trabajo porque no era el adecuado para ella.
Akouto Vonwogbe aprendió que es muy importante cómo te hace sentir un trabajo. Nunca se sintió a gusto en su trabajo porque no era el adecuado para ella.mushakesa
  • Akouto Vonwogbe era una gestora de proyectos junior a la que despidieron tras colocarla en un plan de mejora de rendimiento. 
  • Asegura que su estado depresivo empeoró tras el despido. Vonwogbe ya no mide el éxito por lo alto que puede llegar en una empresa.

Este artículo se basa en una conversación con Akouto Vonwogbe, una creadora de contenidos de Los Ángeles. Se ha editado por razones de extensión y claridad.

Me despidieron del trabajo y estoy muy agradecida por ello. Al fin y al cabo, me merecía que me despidieran y ahora soy mucho más feliz.

No me sentí bien desde el principio

Era gestora project manager (gestora de proyectos) y al principio me atrajo el trabajo porque era en una empresa tecnológica con muchos aspectos creativos. Estaba supervisando a gente que hacía edición de vídeo por 62.000 dólares al año.

Cuando conseguí el trabajo, en noviembre de 2021, tuve una sensación extraña, como de "Dios mío, ¿en qué me he metido?". No tenía mucha experiencia en gestión de proyectos, pero la empresa estaba en plena racha de contrataciones ese año, y yo había trabajado junto a gestores de proyectos en puestos anteriores.

Para tener éxito en el puesto, había que tener dotes organizativas y de gestión, prestar atención a los detalles y ser capaz de comunicarse claramente con el menor número posible de idas y venidas. Por ejemplo, tienes que dar todos los detalles que puedas en uno o dos correos electrónicos al cliente o al creador para que sepan exactamente lo que hay que hacer.

Simplemente no tenía esta clase de habilidades y cometí varios errores en el trabajo:

  • Se suponía que debíamos utilizar cierta jerga con los clientes, y yo no lo hacía correctamente.
  • A veces, en un vídeo había que incluir ciertos clips, y yo tenía que haber comprobado que estaban incluidos, y se me pasaba algo por alto.
  • Mi gramática es pésima, y hubo un momento en que envié la información sobre precios equivocada.
  • No se me da muy bien gestionar a gente. No tengo una personalidad alfa.

Mis errores se fueron acumulando y, al final, el trabajo no era el indicado ni para mí ni para lo que yo quería.

Me llevó tiempo aprenderme los términos

También aprendo muy despacio. Tardo tiempo en entender las cosas, así que me esfuerzo mucho para ponerme al día.

Al principio, asistía a reuniones en las que se utilizaba una jerga de marketing que no entendía. Me confundía y me hacía sentir tonta. Me sentía fuera de mi elemento y tomaba notas para estudiarlas después.

Le hacía preguntas a mis compañeros y ellos me ayudaban, y hacía preguntas aclaratorias a mi jefa y ella también me ayudaba. Al principio me resultaba muy frustrante. Pero al final me puse al día y mi jefa llegó hasta a decirme que estaba haciendo un buen trabajo.

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Me sorprendió mi evaluación de rendimiento

Llevaba en mi puesto unos 10 meses cuando llegó el momento de hacer una evaluación de rendimiento en toda la empresa. También presenté una autoevaluación y fui a la revisión pensando que lo había hecho bastante bien en los últimos meses, ya que me había esforzado mucho para ponerme al día.

Para mi sorpresa, mi jefa me dijo que no estaba cumpliendo las expectativas en mi nuevo puesto. Estaba en un equipo que trabajaba en proyectos más exigentes, y le dije que creía que deberían haberme asignado a otro equipo.

Así que me cambiaron de equipo y me pusieron en un PIP (plan de mejora del rendimiento) de 30 días.

Me quedé de piedra. No me lo esperaba. Sabía que no estaba haciendo el mejor trabajo, pero no creía que estuviera tan mal como para que me pusieran en un PIP, sobre todo porque pensaba que ya estaba progresando. Pensé que mi PIP estaba diseñado para ayudarme a alcanzar el éxito.

Y, de hecho, mi PIP me revitalizó. Creía de verdad que la dirección quería que mejorara y me quedara.

Pensé que eso era bueno; no lo habrían hecho si pensaran que era horrible y solo quisieran que me fuera.

Tuve reuniones semanales con mi jefa durante las cuatro semanas de mi PIP. Parecía dispuesta a ayudarme a superarme, o eso es lo que yo creía.

Debería haber notado que algo iba mal

A finales de mes tuve que hacer una presentación. Salí de la reunión sintiéndome muy bien, como si estuviera a punto de salir del PIP.

Unos días más tarde, la reunión semanal con mi jefa pasó de repente del martes al viernes a las 9.30 de la mañana. Eso debería haber sido una señal de alarma de que algo no iba bien.

Llegó la reunión del viernes y pensé que me iba a librar del PIP. Pensé que podríamos seguir adelante y que quizá incluso me subirían un poco el sueldo.

Entonces, literalmente un segundo después de que mi jefa se conectara a nuestra llamada de Zoom, entró una persona de Recursos Humanos. Entonces supe que todo se había acabado.

Mi ansiedad se disparó e incluso llegué a rogarles que me dejaran quedarme. Pero sabía que la decisión ya estaba tomada y que no podía deshacerse.

Le dije a mi jefa: "Dijiste que lo estaba haciendo muy bien. ¿Qué ha pasado?". Nunca olvidaré cuando me dijo que era demasiado tarde y que lo sentía. Le contesté: "No, no lo sientes". Y luego colgué muy dramáticamente.

Estaba muy deprimida

Me enfadé los primeros días y luego caí en una depresión porque no sabía qué hacer con el dinero. ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Me van a seguir contratando ahora que me han despedido? ¿Voy a quedarme sin casa? ¿No podré alimentar a mi gato?

Tuve muchos pensamientos suicidas porque no sabía qué hacer. Siempre he tenido depresión, pero el despido la agravó mucho más. No tenía muchos ahorros y solo me dieron una indemnización de unas dos semanas.

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Por suerte, no tardé en encontrar otro trabajo.

Tuve mucha suerte. Publiqué que me habían despedido en LinkedIn y, aunque me daba miedo hacerlo, no me pareció gran cosa compartirlo, ya que muchos otros también estaban siendo despedidos en distintos sectores.

Un reclutador vio ese post y se puso en contacto conmigo para un trabajo produciendo un concurso que empezó casi al momento. Era un contrato de seis meses sin prestaciones y con una reducción salarial de unos 25 dólares la hora. Me encantó, me sentí mucho más cómoda y feliz en el trabajo.

Aprendí que es muy importante cómo te hace sentir un trabajo

Mi anterior trabajo era más glamuroso y tenía ventajas como viajes a Nueva York y comida gratis. Pero nunca me sentí a gusto allí porque no encajaba. No quería dirigir a creadores, quería crear.

Mirando hacia atrás, creo que me merecía que me despidieran porque no era buena en el trabajo, no era el indicado para mí y, sinceramente, deberían haberme despedido mucho antes de mi PIP.

Sé que hay otras razones legítimas por las que el trabajo no encajaba bien (como que no recibí suficiente formación y que sentía que estaba en el equipo equivocado), pero eso no cambia el hecho de que no fui lo bastante buena para el trabajo durante los primeros seis meses.

Ya no intento ascender en la empresa

Ya no mido el éxito de esa manera. Mi salud es más importante que tener un trabajo muy bueno, y a las empresas no les importas tanto. Les importan los beneficios y el dinero, y eso ya no forma parte de mis objetivos vitales.

No creo que vuelva pronto a trabajar en una empresa, porque allí solo seré un número. Lo bueno de mi trabajo actual como creador de contenidos es que no tengo que rendir cuentas a nadie. No me preocupa que me despidan.

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