Así hago las torrijas en la freidora de aire y consigo que me queden súper cremosas y jugosas

La Semana Santa está llena de tradiciones. 

Desde algunas costumbres bien curiosas como el picaresco entierro de Genarín en León, el temible viacrucis de los empalaos de la Vera (Cáceres) o la silenciosa procesión de Os Caladiños en Viveiro, hasta mitos y prohibiciones que se dan en estas fechas. 

También, como es lógico, están las clásicas procesiones, las misas especiales y los platos especiales de la Semana Santa, como son las torrijas. 

Un plato riquísimo que no requiere ser muy ducho en la cocina para que te salgan muy sabrosas y que, en esta ocasión, he preparado en una freidora de aire. 

La diferencia con el método tradicional es que, cuando ya tienes todo listo, en vez de pasar por la sartén, pasan por la freidora, pero tanto el sabor, la textura y la jugosidad siguen a la orden del día.

Además, es un proceso con el que vas a ensuciar mucho menos, utilizas mucho menos aceite y, aunque por fuerza mayor, quedan algo más secas que con la sartén, controlando bien los tiempos, te van a quedar de auténtico lujo. 

Este es el método que utilizo para hacer torrijas en la freidora de aire

 Lo primero es hacer acopio de todos los ingredientes que necesitas. 

En este sentido, es cuestión de cuantas unidades vayas a hacer, pero hay una serie de medidas a tener en cuenta. Por ejemplo, para 20 torrijas, requieres de lo siguiente: 

• Pan para torrijas en rebanadas
• 1 litro de leche
• 100 gramos de azúcar
• 2 de canela en rama
• 2 huevos
• Ralladura de limón

Cuando tengas todo a mano, coge un cazo y pon la leche, el azúcar, la canela y la ralladura de limón, enciende un fuego y espera a que empiece a hervir. Una vez ocurra, retíralo del fuego. 

Durante este proceso, siempre puedes remover con una cuchara de madera para que todos los ingredientes se junten bien.

Ahora te tocará esperar a que se enfríe, tiempo que puedes aprovechar para cortar el pan. En mi caso personal, prefiero cortarlo con una ligera curvatura para que las rebanadas sean algo más largas.

Ten en cuenta, eso sí, que tendrá que ser un pan ligeramente duro. Lo mejor es comprar un par de barras y dejar pasar un par de días para que cojan esa consistencia necesaria para que no se rompan al mojarlas más adelante. 

Cuando se haya enfriado la leche, tocará bañar las rebanadas de pan y esperar en torno a una hora hasta que absorban toda la leche y no se vean restos. 

Aquí lo que hago es poner un temporizador de media hora para que absorba por un lado y cuando termina, le doy la vuelta a las rebanadas para que la leche que queda se absorba por el otro. 

Si ves que queda algo de sustancia en la fuente, no te preocupes, luego, después de cocinarlas, puedes añadir ese extra por encima para darle algo más de cremosidad. 

Por último, antes de pasar a la freidora de aire, toca batir los huevos y pasar las rebanadas por ambas caras. Cuando lo tengas listo, toca ir metiendo las rebanadas en la freidora, teniendo en cuenta el espacio. 

Lo mejor en este sentido es colocar las que puedas sin que se toquen para que así el calor se reparta de manera uniforme y no tengas algunas torrijas más cocinadas que otras. 

Ahora, añade algunas gotas de aceite a la ecuación y pon a funcionar la freidora a 200ºC durante 10 minutos. Cuando pase la mitad de tiempo de cocción, abre la caja y dale la vuelta a las torrijas para que así, los 5 minutos restantes, se puedan hacer de manera uniforme por ambos lados. 

Cuando termines, ya solo te quedará disfrutar