Así es mi día a día como 'rider' de Getir en España: tareas surrealistas, largas horas muertas y un algoritmo que me vigila al milímetro

"La empresa puede saber dónde estás en todo momento, por qué calle has ido, lo que has tardado, por dónde has vuelto. Absolutamente todo".
"La empresa puede saber dónde estás en todo momento, por qué calle has ido, lo que has tardado, por dónde has vuelto. Absolutamente todo".

(Este artículo se basa en una conversación con un rider de Getir que ha hablado bajo la condición de anonimato para proteger su carrera. Business Insider ha verificado su identidad y empleo. La conversación ha sido editada por motivos de extensión y claridad)

Entré en Getir en diciembre del año pasado. La empresa en ese momento vivía una muy buena situación y los requisitos para que te contrataran eran prácticamente inexistentes. Yo me apunté a través de su página web en una oferta de empleo para trabajar como rider, rellené mis datos y en 15 minutos me llamaron. Estaban desesperados por contratar gente. 

En la entrevista, que fue muy breve —apenas duró 5 minutos—, me preguntaron un par de cosas y después me hicieron una prueba de circulación en moto. Yo nunca había cogido una moto en mi vida, y estaba algo nervioso. 

Salimos por el centro de Madrid y la moto se me iba para todos los lados, iba haciendo zigzags, puse mal los intermitentes, incluso hice sonar el claxon varias veces sin querer. Pensé, "no me van a contratar ni de coña", pero cuando llegamos otra vez a la oficina, sorpresa: "Pues nada, entra y firma el contrato".

Me cogieron al instante. Pagaban la hora a 7,20 euros netos, y desde que entré eso no ha cambiado. Los festivos también los pagaban muy bien, esta es una de las cosas que más me gusta de esta empresa.

En todo el proceso me trataron estupendamente y me sentí muy a gusto. Me dieron el uniforme corporativo de color morado, me preguntaron dónde vivía y me ubicaron en un almacén cerca de mi casa. 

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Dentro de los almacenes tenemos una zona de descanso. Ahora en verano, cuando no tenemos pedidos, estamos en una sala con aire acondicionado con el móvil viendo vídeos de TikTok o charlando entre los compañeros. Tenemos agua, café ilimitado, refrescos, es muy cómodo.

Pero, en unos pocos meses, muchas cosas han cambiado y todo ha ido decayendo.

Al principio había un ritmo frenético de pedidos

Un rider de Getir realiza un pedido.
Un rider de Getir realiza un pedido.

Cuando fui a mi primer día al almacén, lo que se conoce como supermercado fantasma, llegué a un sitio como de 100 m², donde había cerca de 80 riders. Era una auténtica locura. 

En ese momento había una promoción con la que los nuevos usuarios recibían 15 euros de descuento en su primer pedido, y el ritmo dentro de la tienda era frenético. La gente no paraba de pedir. 

Entrabas y salías, entrabas y salías. No se descansaba en todo el día

Durante aquellas semanas la presión por cumplir los ajustados tiempos de entrega era tremenda. Al haber mayor demanda de pedidos, la exigencia era mucho mayor. Los pickers —los que se encargan de coger los productos de las estanterías— tenían que tardar un minuto en recorrer los pasillos, seleccionar los productos y meterlos en bolsas. Obviamente, iban corriendo a toda prisa.

Yo tenía luego que aceptar el pedido en 0,15 segundos, y llevarlo a la casa del cliente en una media de otros 10 minutos. 

La vuelta al almacén nos exigían que también fuera en 10 minutos, incluso a veces menos. Tengo compañeros que se saltaban semáforos, y hacían lo que fuera por entregar el pedido más rápido. Yo en mi caso siempre he priorizado mi seguridad a la rapidez.

Es verdad que cuando llovía no nos pedían ningún tiempo, pero en condiciones normales sí que te invitaban a ir un poco más rápido. Y luego estaba cómo nos controlaban mediante un sistema informático.

Saben dónde estás en todo momento

Dentro del supermercado fantasma hay una pantalla donde el jefe de almacén tiene todos los teléfonos de los trabajadores conectados a su sistema compartiendo la ubicación en tiempo real. Así, la empresa puede saber dónde estás en todo momento, por qué calle has ido, lo que has tardado. 

Absolutamente todo.

A pesar de eso, yo no me siento vigilado. No pienso: "Ostras, saben mi ubicación o estoy geolocalizado".

La aplicación detecta automáticamente cuándo llegas a la casa del cliente y tienes que entregar el pedido en 3 minutos como máximo. Si te pasas de ese tiempo, y el jefe de almacén está atento, te llama para ver qué está pasando. En ese caso tienes que hacer un reporte y dar explicaciones de lo que sucede.

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Este sistema parecía creado para evitar que los repartidores entregaran un pedido y se quedaran en la calle sentados en un banco o en cualquier otro sitio, porque es verdad que sucedía, pero se acabó llevando al límite. 

Muchas veces tardas un poco más por mil razones, hay una calle cortada, o hay tráfico, y entonces te empiezan a llamar. Vas en la moto y te llama tu superior, y si no coges el teléfono al llegar al almacén te cae una charla de por qué no coges el teléfono. 

Al principio se hacía una reunión mensual para anunciar quiénes habían sido los más rápidos, quienes habían hecho más pedidos, los que menos, y se hacía una lista en una pizarra en una especie de "empleado del mes". Era una forma para motivarte y que repartieras en menos tiempo.

También se habló de un bonus que iban a dar a los almacenes que más vendieran y otro a las personas que más rápido entregaran los pedidos. Eso nos hacía querer entregar más rápido porque así íbamos a ganar más dinero. Al final esto nunca se llegó a hacer.

Sin pedidos gratis no hay clientes

Uno de los llamados 'supermercado fantasma' de Getir, por dentro.
Uno de los llamados 'supermercado fantasma' de Getir, por dentro.

Durante los siguientes meses, se dejó de hacer la oferta de los 15 euros de regalo, y bajó a 10 euros. Los pedidos empezaron a caer. Ahí, justo ahí, las cosas empezaron a cambiar y ponerse un poco feas.

Getir nos empezó a presionar a los trabajadores que ya no éramos necesarios para que abandonáramos nuestros trabajos de manera voluntaria, y no tener que despedirnos y pagarnos ninguna compensación.

Lo primero que hicieron fue cambios que, en mi opinión, no eran necesarios. Te decían, "necesitamos más trabajadores en tal almacén", y te cambiaban de lugar de trabajo. Yo, que vivía a 5 minutos del almacén donde al principio me habían ubicado, fui trasladado a trabajar a otro a más de una hora de mi casa.

A varios de mis compañeros les pasó lo mismo, muchos se enfadaron y se acabaron yendo. Al final, yo continué en la empresa y aquí sigo.

Riders sentados sin hacer pedidos

Cuando llegué a mi nuevo almacén me quedé alucinado. Me habían dicho que me cambiaban porque ahí había un mayor volumen de pedidos y estaban sobrepasados, pero nada más lejos de la realidad.

En el almacén había más de 20 riders sentados sin hacer nada. No había pedidos, ni había trabajo. Ahí me di cuenta de que la empresa lo había hecho para molestar. Lo hablamos entre los compañeros, pero Getir no nos decía nada y nadie sabía bien qué sucedía.

Cuando empezaron a decirnos que las tiendas estaban "hibernando" y que las cerraban, pero que las esperaban abrir a la vuelta del verano, nos dimos cuenta de que algo iba mal. La empresa estaba decayendo. No sabemos si están siendo cerradas definitivamente.

Los primeros en caer fueron los problemáticos

Trabajadores de la empresa turca de reparto Getir.
Trabajadores de la empresa turca de reparto Getir.

Me di cuenta de que los cambios estaban afectando a la gente problemática. Gente que había tenido problemas de actitud y cosas del estilo en el pasado con sus jefes. Le pregunté a un superior que por qué había sido mi cambio, si había pasado algo, y me contestó que querían quitarse de encima a mucha gente que ya no les hacían falta.

La presión entonces se intensificó. Durante este verano, donde casi no ha habido pedidos porque la gente está de vacaciones, como estábamos sin hacer nada, nos han obligado a limpiar. Nosotros por contrato no tenemos por qué hacer ninguna tarea de limpieza, pero eso les ha dado igual, o limpiabas o te ibas.

Los repartidores hemos estado limpiando el suelo, las estanterías, los productos, y si entraba un pedido, lo hacías y cuando volvías, otra vez, a limpiar. 

La cosa es que los compañeros del primer turno, limpiaban. Los del segundo turno, que es de tarde, también limpiaban, y los de la noche, volvían a limpiar. Cada vez que llegaba un nuevo turno, nos poníamos a limpiar algo que ya estaba limpio, algo muy surrealista.

La gota que colmó el vaso fue cuando empezaron a decir que limpiásemos las paredes. Ahí dijimos basta. Protestamos y nos quejamos, y por ahora nos han hecho caso, pero vienen y te dicen: "coge la escoba y barre la calle". No tiene sentido. Son tareas ridículas que no vienen en nuestro contrato.

La gente estaba tan cabreada que para fastidiar a la empresa rompía los móviles que nos daban para gestionar las rutas y luego decían que se les había caído por accidente. Aunque a muchos otros les despidieron mediante despidos disciplinarios.

Por la noche lo que más vendemos es alcohol. A partir de las 22.00 más o menos, la mayoría de pedidos son botellas de alcohol, refrescos y hielos, sobre todo en fin de semana para la gente que está de fiesta. 

Los ascensos es otro tema en Getir. Es puro enchufe. Si quieres ascender tienes que llevarte bien con tus superiores, y reírle las gracias, ya sabes a lo que me refiero.

La situación actual de Getir es de 1 pedido por rider cada hora. A finales de agosto sí ha mejorado un poco la situación, a medida que la gente vuelve de vacaciones. En los 2 últimos días hemos hecho unos 2,5 pedidos por hora. Pero nadie nos informa sobre la situación real de la empresa. Nos vamos enterando a través de la prensa y tampoco hemos recibido ningún comunicado oficial.

No tengo miedo de que Getir pueda cerrar. Ya he visto lo que está sucediendo con los trabajadores de Gopuff y Gorillas, que están en una situación más delicada. Solo espero poder mantener nuestros trabajos a largo plazo.

Yo no me veo como rider para toda la vida, la verdad. Me gustaría trabajar de otra cosa en el futuro. Esto lo veo más como una fuente de ingresos. Pero no quiero que me despidan, si me voy quiero que sea porque yo quiero.

Lo que menos me gusta de este trabajo son los días de frío y lluvia. Se te mojan los guantes, la moto te patina, tienes que ir con cuidado. Yo lo paso fatal. Pero esto a la empresa le da igual, al final tú tienes que cumplir tus horas y hacerlo y ya está. 

Un portavoz de Getir no ha respondido las múltiples solicitudes de comentarios realizadas por Business Insider España para aclarar el tema de los despidos disciplinarios o la presión que actualmente está ejerciendo sobre el personal de almacén para que abandonen "voluntariamente" sus empleos.

El testimonio de este trabajador coincide con lo que han denunciado media docena de sus compañeros anteriormente, tanto de la parte de oficinas como de la parte de almacenes, y publicamos en exclusiva en Business Insider España.

Tras la publicación de dichas informaciones, la empresa se limitó a publicar un comunicado a través de diferentes medios donde "reitera su compromiso con España", pero no aclara el tema de los despidos disciplinarios y achaca el cierre de tiendas a la llegada del verano y la baja demanda, aludiendo que es una "práctica habitual en España" en una empresa que curiosamente no operaba en nuestro país el verano pasado y que apenas cuenta con 12 meses de actividad aquí.

 

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