Por qué mi gato me muerde: no hay un solo motivo, y estos son los más comunes

Los gatos siguen siendo un misterio y un motivo de devoción, amor y motivación para sus dueños —aunque, ¿quién es dueño de quién?—. Entre otras curiosidades sobre los gatos, existen más de 500 millones de gatos domésticos en el mundo —de 40 razas diferentes—, saben emitir más de 100 sonidos y pueden saltar hasta siete veces más que tú.

Si vives con un minino, seguramente hayas tratado de descifrar su ronroneo, te hayas preguntado por qué duerme tantas horas, cuáles son los mejores piensos, o qué beneficios tiene compartir lecho nocturno con tu mascota. Otra duda muy frecuente es averiguar por qué muerde un gato. No hay una respuesta única, sino varias razones tras esta conducta.

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Es importante diferenciar que la edad es un factor muy relevante tras el motivo del mordisco: los gatitos más pequeños muerden por un problema de socialización o como forma de jugar, algo que no suele pasar en los ejemplares adultos. 

Estos son los diferentes motivos tras el mordisco de un gato:

• Juego: son mordiscos para liberar energía, para solicitar más juego de calidad y tener una vía de escape para su instinto de caza, ya que son depredadores por naturaleza. Desde Purina recuerdan que si consientes de pequeño que un gato cachorro mordisquee tus manos, seguirá haciéndolo cuando crezca.
• Expresión de amor: son los típicos mordiscos que no hacen daño, como pequeños pellizcos y que suelen venir precedidos de lametones. A veces lo hacen para que pares de darles mimos cuando ya se sienten agobiados o sobreestimulados por las muestras de afecto. Además, pueden hacerlo cuando les tocas zonas que no les gustan, como la barriga.
• Llamada de atención: otra de las razones por las que muerde un gato es intentar llamar tu atención. En lugar de maullar, muerden. Es importante desviar esta atención hacia un juguete y no reaccionar ante este estímulo, con el fin de que no se repita.
• Detener un comportamiento: a veces la mordida busca detener acciones o comportamientos no deseados por parte de humanos u otros animales, sobre todo si les ha funcionado en el pasado. Por ejemplo, si te mordió cuando le intentabas cortar las uñas y se las dejaste de cortar.
• Dentición: los cachorros suelen morder objetos o su propia patita a causa de la dentición, que se produce entre las tres semanas y los seis meses de edad. Es raro que muerdan a humanos.
• Miedo: cuando un gato se siente amenazado o acorralado, puede ser propenso a morder. Esto viene acompañado de bufidos, zarpazos, siseos u orejas hacia atrás. 
• Agresión redirigida: se produce cuando los gatos te muerden al estar excitados por una presa o estímulo que no podían alcanzar, como un pájaro fuera de la ventana. No suele servir de nada castigarlo por esta actitud agresiva, sino que debes acudir a un etólogo o veterinario especialista en comportamiento.

Cómo evitar que un gato te muerda

Desde la web especializada The Spruce Eats tienen algunos consejos para evitar que un gato no te muerda:

• No le des a tu gato mensajes contradictorios: para un buen adiestramiento, todos los miembros de la familia y visitas deben mantener respuestas consistentes.
• No dejes que tu gatito cachorro o gato adulto juegue con tus pies, manos o dedos. Deben aprender que las manos no son juguetes. Si se las ofreces, potencias el hábito. Utiliza otros elementos como las cañas de pescar.
• Si muerde, deja de jugar con él. Aprenderá a solicitar el juego de otro modo.
• Ten a su disposición juguetes para morder: pueden ser juguetes interactivos que dispensan golosinas, juguetes con movimiento o animales de peluche. 
• Si tu gato te muerde, aprieta los dientes y empuja la mano y el brazo hacia la mordedura para que te suelte. Alejarte de la mordedura estimula a morder aún más.
• No lo castigues: no funcionará. 
• Consulta con un veterinario especialista del comportamiento si tu gato continúa mordiéndote.
• No descuides su entretenimiento: debes dedicar 20 o 30 minutos al día a jugar con tu gato.
• Refuerza las conductas de juego tranquilas. Préstale atención cuando esté relajado y recompénsale de forma positiva con mimos, comida sabrosa, golosinas o tu voz.

Si tu gato ya te ha mordido, lávate con agua y jabón para eliminar los restos de saliva, y cuando esté seca, límpiala con agua oxigenada.