Los enigmas del núcleo de la Tierra: estos son los secretos que están saliendo a la luz

Marianne Guenot
| Traducido por: 
Núcleo de la Tierra

Getty Images

  • El núcleo de la Tierra lleva décadas desconcertando a los investigadores, y aún encierra muchos secretos a día de hoy.
  • Estudios recientes demuestran que este horno caliente enterrado bajo nuestros pies es más extraño de lo que pensamos.
  • El núcleo interno puede estar girando, y los científicos creen que está encerrado por un antiguo fondo oceánico.

El misterioso núcleo de la Tierra es crucial para la vida en nuestro planeta.

Este horno de metal fundido, situado a unos 1.800 kilómetros bajo nuestros pies, mantiene intacta nuestra atmósfera y nos protege del bombardeo de la radiación solar.

Pero tras mucho estudio, los científicos no han sido capaces de comprender todavía su funcionamiento. Puesto que no es posible viajar hasta él, los investigadores tienen que confiar en las ondas de choque que viajan a través de la Tierra para darnos pistas sobre lo que realmente ocurre en el corazón de nuestro planeta.

Estudios recientes han revelado una serie de sorprendentes descubrimientos sobre el núcleo, y ahora los científicos dicen que están empezando a desentrañar sus secretos. 

Hay una enorme abolladura en el campo magnético de la Tierra sobre Sudamérica, y el núcleo podría ser el culpable

Aunque el suelo parezca inmóvil, en el interior de nuestro planeta ocurren muchas cosas. Bajo la fría y quebradiza corteza terrestre y su manto de roca fundida se encuentra el núcleo. 

Dentro del núcleo, las temperaturas son tan elevadas que el metal rezuma como un líquido que se agita furiosamente.

Un diagrama explica cómo el núcleo de la Tierra puede actuar como una dinamo gigante, creando los campos magnéticos de nuestro planeta.
Un diagrama explica cómo el núcleo de la Tierra puede actuar como una dinamo gigante, creando los campos magnéticos de nuestro planeta.

NASA/Andrew Z. Colvin

Este fenómeno resulta de crucial importancia para la vida terrestre: al arremolinarse, este metal crea fuertes campos magnéticos que brotan de los polos de la Tierra. A su vez, estos actúan como escudos, manteniendo la atmósfera en su sitio y desviando la peor radiación solar que inunda constantemente la Tierra.

Por eso los científicos están tan desconcertados al comprobar que una gran parte del campo magnético de la Tierra se ha ido debilitando en los últimos 50 años

Enclavada en el centro del continente sudamericano, la Anomalía del Atlántico Sur es una zona en la que se cree que un poco más de radiación solar atraviesa la protección de la Tierra. 

Los habitantes de la Tierra siguen estando a salvo de esta radiación. Sin embargo, los satélites y las naves espaciales podrían sufrir más daños al navegar por esta zona.

Intensidad del campo magnético terrestre en 2020, medida por los satélites SWARM de la Agencia Espacial Europea. En azul se destaca la zona más débil del campo magnético.
Intensidad del campo magnético terrestre en 2020, medida por los satélites SWARM de la Agencia Espacial Europea. En azul se destaca la zona más débil del campo magnético.

Wikimedia Commons/Christopher C. Finlay et al.

La anomalía ha ido creciendo en los últimos 50 años y ha empezado a dividirse en dos manchas, lo que tiene a los investigadores en vilo.

"El reto ahora es comprender los procesos en el núcleo de la Tierra que impulsan estos cambios", destacaba Jürgen Matzka, del Centro Alemán de Investigación en Geociencias, en un comunicado de la Agencia Espacial Europea que acompañaba el hallazgo en mayo de 2020. 

Montañas gigantes cinco veces más altas que el Everest podrían estar manteniendo caliente el núcleo

El manto es mucho más frío que el núcleo, de lo que se deduce que el borde exterior del núcleo debería enfriarse gradualmente para alcanzar la temperatura de la capa situada sobre él.

Pero no es así: la temperatura se dispara en el límite entre el manto y el núcleo.

Esto ha llevado a los expertos a pensar que probablemente exista una capa o fenómeno desconocido en el límite entre el núcleo y el manto para mantener caliente el corazón de nuestro planeta. Un estudio publicado en abril ofrece una posible solución.

Los científicos que estudian cómo las ondas de choque de los terremotos rebotan en el núcleo han sugerido que esta parte del núcleo terrestre podría envuelta en trozos de antiguos fondos oceánicos que han sido "reciclados" a lo largo de millones de años. Este "reciclaje" se produce cuando los océanos se comprimen de nuevo en la Tierra por el choque entre los continentes.

Junto a una imagen de científicos colocando equipos sísmicos en la Antártida aparece una ilustración conceptual del aspecto que tendría la estructura alrededor del núcleo.
Junto a una imagen de científicos colocando equipos sísmicos en la Antártida aparece una ilustración conceptual del aspecto que tendría la estructura alrededor del núcleo.

Edward Garnero and Mingming Li at Arizona State University/Lindsey Kenyon

Los antiguos fondos oceánicos serían los candidatos perfectos para explicar el brusco cambio de temperatura: son muy densos, por lo que pueden hundirse fácilmente hasta el fondo del manto, y también bastante resistentes al calor, según explicaba en otra ocasión a Business Insider Samantha Hansen, autora principal del estudio y profesora de Ciencias Geológicas de la Universidad de Alabama. 

Observando los datos sísmicos, los científicos han descubierto que esta capa, que estaría actuando como un manto para el núcleo, podría presentar picos cinco veces más grandes que el Everest, tal y como señala uno de los coautores del estudio en un comunicado de prensa. 

El núcleo interno de la Tierra puede haber dejado de girar recientemente y podría hacerlo en sentido contrario

El núcleo no es uniforme. En el corazón de nuestro planeta, la presión se vuelve tan intensa que el metal ya no puede licuarse. En su lugar, se comporta como una enorme bola de metal sólido, lo que se denomina núcleo interno.

Debido a que flota en un charco de metal fundido, este centro no gira necesariamente a la misma velocidad que el planeta.  De hecho, un sorprendente estudio reciente apunta a que el núcleo interno puede haber dejado de girar recientemente y podría empezar a hacerlo en sentido contrario

La teoría es que el campo magnético que tira del núcleo interno de la Tierra compite con un fuerte campo gravitatorio del manto, un enorme trozo de roca que se encuentra justo encima del núcleo. 

Una concepción artística de las diferentes capas de nuestro planeta, incluida la corteza, el manto y el núcleo interior y exterior.
Una concepción artística de las diferentes capas de nuestro planeta, incluida la corteza, el manto y el núcleo interior y exterior.

Getty Images

Según señalan Morgan McFall-Johnsen y Chris Panella de Business Insider, cada pocas décadas aproximadamente, una fuerza puede ganar a la otra. Sin embargo, no debe ser motivo de alarma:  parece que lo mismo ocurrió alrededor de 1971, según la investigación —y afortunadamente, el mundo no dejó de girar por aquel entonces—.

Aunque este enigmático fenómeno es "probablemente benigno", los científicos están investigando más sobre él, explicaba en enero John Vidale, geofísico de la Universidad del Sur de California, a The Washington Post. "No queremos tener cosas que no entendemos en las profundidades de la Tierra", señalaba a dicho periódico.

El núcleo puede estar creciendo de forma asimétrica

El núcleo siempre está creciendo. El motivo es que cada año que pasa se cristaliza más hierro del núcleo interno, lo que añade un milímetro a su radio. 

Pese a que este dato es conocido desde hace tiempo, un estudio de 2021 ha hecho dudar a los científicos.

El estudio descubrió que la parte oriental de la esfera, que se encuentra bajo el Mar de Banda en Indonesia, parece estar recibiendo alrededor de un 60% más de cristales de hierro que el otro lado. 

En resumen, según el estudio, el núcleo interno de la Tierra está creciendo hacia los lados.

Sin embargo, eso no significa que el núcleo interno se esté convirtiendo en un balón de fútbol. Los científicos creen que, aunque los  cristales aparecen en un lado del núcleo interno, se redistribuyen hacia el otro lado para mantener su forma esférica.

Un gráfico que muestra cómo los cristales de hierro pueden distribuirse y moverse alrededor del núcleo interno de la Tierra.
Un gráfico que muestra cómo los cristales de hierro pueden distribuirse y moverse alrededor del núcleo interno de la Tierra.

Marine Lasbleis

Esta nueva información probablemente nos dice lo mismo sobre el manto situado por encima del núcleo: es probable que este lado sea un poco más frío que su homólogo occidental.

La interesante pregunta que formula al respecto a LiveScience Daniel Frost, coautor del estudio y sismólogo de la UC Berkeley, es "¿cambia esto la fuerza del campo magnético?". Habrá que seguir preguntando.

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