La NASA acaba de poner en marcha el cohete propulsor más potente jamás construido, una pieza clave de su Sistema de Lanzamiento Espacial para devolver a los humanos a la Luna

Dave Mosher,Morgan McFall-Johnsen
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La Nasa y Northrop Grumman llevaron a cabo este miércoles la anunciada prueba de refuerzo a gran escala para el cohete Space Launch System (SLS) en Promontory, Utah.
  • Northrop Grumman, fabricante de cohetes, probó el miércoles un componente clave del Sistema de Lanzamiento Espacial programado por la NASA.
  • Durante la prueba, la compañía encendió un prototipo de propulsor durante 126 segundos — tiempo suficiente para evaluar el rendimiento de los motores.
  • Dos de esos propulsores estarán conectados al Sistema de Lanzamiento Espacial, proporcionando alrededor del 75% de la fuerza necesaria para impulsar el sistema de cohetes durante sus primeros 2 minutos de vuelo.
  • La NASA espera que el sistema de lanzamiento completo vuele por primera vez en 2021 y lleve a los astronautas de vuelta a la Luna en 2024.
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Con una chispa, un estallido de llamas y un rugido atronador este miércoles, la NASAcompletó una prueba crucial de un cohete propulsor que se espera que impulse el regreso a la Luna.

Los propulsores de 54 metros que se están probando —que la NASA llama "los propulsores más grandes y poderosos jamás construidos para el vuelo"— son parte del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la agencia, que pretende utilizar para volar a los astronautas a la superficie lunar. Es parte de un programa más grande llamado Artemis: un esfuerzo de aproximadamente 30.000 millones de dólares para devolver las botas a la Luna por primera vez desde los años 70. 

La prueba del miércoles involucró un prototipo de propulsor construido por Northrop Grumman, una de las compañías privadas que la NASA ha contratado para construir el SLS de 112 metros de altura.

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El prototipo cobró vida a las 15.00 horas (21.00 horas de la noche en España), en las instalaciones de pruebas de la compañía en las colinas de Promontory, Utah. Arrojó un estimado de 3,6 millones de libras de empuje, destruyendo el desierto con fuego, humo y arena durante 126 segundos: la cantidad exacta de tiempo que tendría que trabajar durante un vuelo real.

"Los resultados pintan muy bien por ahora, pero nos llevará un tiempo examinar la información", ha comentado Charlie Precourt, vicepresidente de sistemas de propulsión de Northrop Grumman, durante una llamada posterior a la prueba con los periodistas.

Una transmisión en la NASA TV capturó imágenes en vivo de la prueba (abajo).

 

Probando un nuevo cohete lunar, pieza por pieza

El programa Artemis de la NASA quiere que el SLS lance a la primera mujer y al siguiente hombre a la Luna en 2024. La agencia eventualmente planea construir una estación espacial orbitando la Luna, llamada la Gateway, y una base lunar permanente desde y hacia la cual pueda transportar astronautas regularmente.

Si se realiza tal como se ha diseñado, el SLS estará compuesto por un pequeño cohete de etapa superior, una etapa central masiva y dos propulsores de soporte de vuelo acoplados a un costado. Cada propulsor está hecho de 5 segmentos llenos de combustible sólido. Precourt, un exastronauta de la NASA, asegura que el material tiene una consistencia similar a la de un borrador de lápiz.

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Levantar todo el sistema de 2,2 millones de libras del suelo requiere una enorme energía. Juntos, los propulsores gemelos están diseñados para proporcionar alrededor del 75% de la fuerza necesaria para propulsar el cohete durante los 2 primeros minutos de vuelo.

Después de eso, los propulsores utilizados se caerán, permitiendo que la etapa central propulse la etapa superior con una nave espacial de Orión en la parte superior. Desde allí, Orión y su tripulación de astronautas pueden trazar un curso hacia la Luna.

Una ilustración del Sistema de lanzamiento espacial de la NASA lanzándose hacia el espacio.

Pero eso está a años de distancia: primero la NASA debe probar extensamente el temple de su nuevo sistema de lanzamiento, incluyendo los propulsores. La reciente prueba en tierra fue diseñada para exponer materiales o procesos que necesitan ser ajustados.

"Esta prueba, llamada Flight Support Booster-1, o FSB-1, evaluará los nuevos materiales propulsores y verificará que se cumplen todos los requisitos balísticos del motor", ha explicado el ingeniero balístico de Northrop Grumman, Nikolas Ciaston, durante la transmisión en vivo de la NASA.

Precourt ha explicado que el objetivo principal era probar los cambios en la boquilla del propulsor, así como el combustible sólido en sí.

De los 30 segmentos llenos de combustible necesarios para los 3 primeros vuelos del SLS planeados, Precourt ha detallado que Northrop Grumman ha fabricado 26 y está a punto de terminar los otros 4.

Sin embargo, el programa SLS en su conjunto ya está muy por encima del presupuesto (al igual que la otra iniciativa de vuelos espaciales tripulados de la NASA, el Programa de Tripulación Comercial). El coste de desarrollo del cohete se ha incrementado en un 30% desde 2017, cuando se estimaba en 7 mil millones de dólares, según un informe de la Oficina de Contabilidad del Gobierno de los Estados Unidos.

La NASA espera completar una serie crucial de pruebas en tierra, llamada "Green Run", este otoño.

Kathy Lueders, la recién nombrada gerente del programa de vuelos espaciales tripulados de la NASA, ha escrito en su blog que "confía" en que el primer vuelo de prueba completo y sin tripulación del SLS podría ocurrir en noviembre de 2021. Añadió, sin embargo, que "es demasiado pronto para predecir el impacto total del COVID-19" en la línea de tiempo del programa.

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