¿Pensado en hacerte un piercing? No lo hagas con pistola, te lo dice un experto piercer

hombre con la cara llena de piercing

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  • Usar este tipo de perforación conlleva muchos peligros y los profesionales no quieren arriesgarse a hacerte daño o provocar una infección.
  • Estas pistolas son incluso ilegales en algunas comunidades autónomas y otras las consideran una práctica de riesgo.

Los piercings, más allá de algo estético, han sido una forma popular de expresión personal durante décadas. Pero no todos los métodos de perforación son iguales y es importante informarse antes de hacerse uno. 

Una de las técnicas más comunes es la de pistola de perforación, que utiliza una aguja en forma de pasador para empujar el pendiente a través del tejido. A pesar de que está muy generalizada, no es adecuada para todas las partes del cuerpo, puede ser peligrosa y llevar a complicaciones graves, por lo que los expertos la desaconsejan.

De hecho, en según qué sitios el uso de este tipo de pistolas es incluso ilegal. En concreto, la ley de Sanidad de Cataluña las prohíbe expresamente en todo su territorio. Además, en otras comunidades autónomas como Galicia, Madrid y País Vasco, aunque no está prohibido explícitamente, se considera una práctica de riesgo y puede ser sancionado por las autoridades sanitarias.

En estas comunidades, los piercings deben ser realizados por profesionales sanitarios debidamente capacitados y con las medidas de higiene y seguridad necesarias para evitar posibles riesgos para la salud, que es lo recomendable siempre.

El problema de la esterilización

Raúl Herranz, piercer profesional, señala que este tipo de perforación "no es nada higiénica porque no se puede esterilizar la pistola". 

Y es que algunas partes se pueden limpiar, pero la mayoría de ellas no pueden ser desinfectadas. Por lo tanto, se pueden transmitir bacterias y otros microorganismos de una persona a otra, lo que aumenta el riesgo de infecciones. 

El método de perforación es diferente

Asimismo, añade Herranz, "las joyas que se colocan son filosas, pero no lo suficiente para que se perfore limpiamente la zona". 

"Literalmente rompe la oreja a la fuerza para atravesarla con la joya directamente y eso hace que crezca muchísimo la posibilidad de que se pueda infectar la perforación, también es mucho menos precisa que una aguja o un catéter, por lo que también te la juegas a que la pieza se ponga donde caiga", asegura.

Es otro de los problemas que acarrean estos instrumentos. Como explica el piercer, en una pistola de perforación, la aguja se empuja a través del tejido en lugar de cortarlo, como se hace con una aguja hueca. 

Un proceso de curación es más lento

Esta forma de perforar puede causar más daño en el tejido de alrededor y tardar más en sanar. Además, la joya se coloca en la pistola y se empuja a través de la piel, lo que puede causar más trauma en la zona perforada, dañando nervios o los vasos sanguíneos.

Es por eso que puede requerir más tiempo de curación, lo que aumenta el riesgo de complicaciones. Entre las más comunes se encuentran las infecciones, reacciones alérgicas, cicatrices queloides y hematomas. 

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