Un estudio británico notifica los primeros casos de ictus isquémicos en jóvenes vacunados con Astrazeneca: qué son y por qué es altamente improbable sufrirlos

Esta semana se han notificado 3 casos de accidente cerebrovascular isquémico en adultos jóvenes después de la administración de la vacuna Oxford-AstraZeneca. 

¿Qué es un ictus isquémico? El Manual MSD los define como la muerte de una zona de tejido cerebral  como consecuencia de un suministro insuficiente de sangre y oxígeno al cerebro debido a la obstrucción de una arteria. 

De forma coloquial el ictus también se conoce como derrame cerebral, embolia, trombosis o apoplejía.

Según explican desde el Hospital Clínic de Barcelona, el término ictus procede del latín golpe y describe las consecuencias de la interrupción súbita del flujo sanguíneo a una parte del cerebro. En el 85% de los casos se trata de una isquemia cerebral y en el otro 15%, de la rotura de una arteria o vena, causando una hemorragia cerebral. 

Cuando la sangre no llega bien al cerebro, la parte afectada puede verse alterada de forma transitoria o permanente. La Revista Española de Cardiología explicaba en un artículo de 2008 con datos de la Organización Mundial de la Salud que 15 millones personas sufren un ictus cada año. De estas, un tercio muere y otro tercio padece una discapacidad permanente a consecuencia del accidente 

En España, el ictus supone la segunda causa de muerte, y la primera para las mujeres. Cerca de 120.000 españoles lo sufren cada año, de los que aproximadamente un tercio salen sin secuelas. Como señalan las estadísticas a nivel mundial, también en nuestro país fallece entre un 25% y un 30%, quedando el resto con secuelas.

Tres casos registrados de ictus isquémico en jóvenes vacunados con Astrazeneca, una de ellos fallecida

Por primera vez se han notificado los casos de isquemia cerebral en 3 jóvenes que recibieron la vacuna Oxford-AstraZeneca. Lo recoge una carta de especialistas en accidentes cerebrovasculares del Reino Unido publicada online en el Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry.

Hasta ahora, todos los casos de trombos después de recibir la vacuna de Oxford habían aparecido en venas, sobre todo cerebrales. Además, todos presentaban bajos niveles de plaquetas y anticuerpos contra el factor plaquetario 4 (PF4), una proteína que favorece la formación de coágulos.

Según explican desdeSciTechDaily, quienes sufrieron un ictus isquémico presentaron obstrucciones de grandes arterias (tanto de la carótida como de la arteria cerebral media), mientras que dos de los pacientes sufrieron trombosis venosa hepática y cerebral

Estos nuevos casos también han tenido recuentos extremadamente bajos de plaquetas (trombocitopenia) y anticuerpos contra el factor plaquetario 4 (PF4). También el dímero D elevado, que se relaciona con la coagulación.

La primera paciente es una mujer de 30 años que comenzó a sufrir dolor de cabeza intermitente en el lado derecho y alrededor de los ojos 6 días después de recibir la inyección de Astrazeneca. 5 días después se despertó somnolienta y con debilidad en la cara, el brazo y la pierna izquierdos. Las imágenes revelaron una arteria cerebral media derecha bloqueada con infarto cerebral y coágulos de sangre en la trombosis de la vena porta derecha. 

Esta mujer recibió cirugía cerebral para reducir la presión en el cráneo, la extracción de plasma y el reemplazo, y recibió el fármaco anticoagulante fondaparinux, pero falleció. 

La segunda paciente fue otra mujer de unos 30 años con dolor de cabeza, confusión, debilidad en el brazo izquierdo y pérdida de visión del lado izquierdo 12 días después de haber recibido la vacuna.

Tras las pruebas, las imágenes revelaron obstrucciones en varios vasos, incluidas las arterias carótidas, las arterias que irrigan el corazón y los pulmones y el seno transverso izquierdo. Su recuento de plaquetas aumentó después de la extracción y el reemplazo de plasma y los corticosteroides intravenosos. Luego le dieron fondaparinux y su estado de salud mejoró. 

El tercer paciente joven que sufrió un ictus isquémico es un hombre de unos 40 años, que empezó a padecer problemas para hablar y disfasia (problemas para comprender el lenguaje) 3 semanas después de vacunarse. 

El paciente tenía un coágulo en la arteria cerebral media izquierda, pero no había evidencia de coágulos en los senos venosos cerebrales. Recibió una transfusión de plaquetas, plasma y fondaparinux, y se encuentra estable.

Que no cunda el pánico: cautela, vigilancia y datos

Los casos descritos sugieren que, además de la trombosis venosa cerebral, la trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por la vacuna (VTT) también puede provocar coágulos que bloquean las arterias que irrigan el cerebro, provocando el ictus isquémico.

El autor principal del estudio, el profesor David Werring del Centro de Investigación de Accidentes Cerebrovasculares del Instituto de Neurología Queen Square de la UCL, sugiere evaluar urgentemente a los pacientes jóvenes que presentan ictus isquémico tras la vacuna de Astrazeneca con pruebas de laboratorio que incluyan recuento de plaquetas, dímeros D, fibrinógeno y anticuerpos anti-PF4.

"Deben ser manejados por un equipo multidisciplinar  para un acceso rápido a tratamientos que incluyen inmunoglobulina intravenosa, metilprednisolona,

plasmaféresis y anticoagulantes sin heparina", apunta Werring. 

“Se requiere un alto índice de sospecha para identificar los episodios de trombos posteriores a la vacunación", apunta profesor Hugh Markus, del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge.

"Sin embargo, es importante recordar que estos efectos secundarios son raros y mucho menos comunes que la trombosis venosa cerebral y el accidente cerebrovascular isquémico asociados con la infección por covid-19 en sí", señala. 

El riesgo de trombos raros en la sangre es hasta 10 mayor tras contraer coronavirus que el derivado de las vacunas, incluso en menores de 30 años, según concluye un estudio reciente de la universidad de Oxford. 

A nivel global las posibilidades de tener un trombo tras recibir la vacuna de Astrazeneca es realmente ínfima: del 0,0001%, tal y como estima un estudio realizado por el Winton Centre for Risk and Evidence Communication de la Universidad de Cambridge. 

Los investigadores apuntan que el riesgo de morir por Covid es 2.300 veces mayor que el de hacerlo por la inyección, mientras que acabar hospitalizado por coronavirus es 100.000 mil veces más probable que desarrollar una trombosis por la vacuna de Astrazeneca, según calcula El Mundo.