El riesgo de trombos raros en la sangre es hasta 10 mayor tras contraer COVID-19 que el derivado de las vacunas

Campaña de vacunación contra el coronavirus
REUTERS/Sergio Perez
  • El riesgo de una coagulación sanguínea conocida como trombosis venosa cerebral (TVC) después de la infección por COVID-19 es hasta 10 veces mayor que después de recibir cualquiera de las vacunas contra el coronavirus.
  • Así lo ha concluido un estudio reciente de la universidad de Oxford, por el cual el riesgo de trombos es mayor tras la infección, incluso en menores de 30 años.
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Actualmente  2 de las 4 vacunas aprobadas en Europa contra el COVID-19 se encuentran suspendidas y en espera de revisiones por posibles riesgos de coágulos en sangre.

Recientemente Estados Unidos paralizó la vacunación del fármaco de Johnson & Johnson, por lo que el laboratorio de Janssen, responsable de su desarrollo, retrasó su lanzamiento en Europa, esperado para este pasado 14 de abril. Mientras la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) se encuentra revisando los riesgos de trombos de la vacuna de Johnson & Johnson.

Anteriormente, fue la vacuna de AstraZeneca la que fue puesta en pausa en decena de países incluyendo España, por este mismo efecto.

En este escenario un reciente estudio hacomparado el riesgo de padecer trombos —en concreto casos de trombosis venosa cerebral (TVC)— tras un positivo en coronavirus con el derivado de las vacunas.

Según las conclusiones, el riesgo de estos coágulos después de la infección por COVID-19 es varias veces mayor que después de la vacunación.

Es más probable sufrir un trombo al tomar píldoras anticonceptivas que con la vacuna de Johnson & Johnson, pero no se trata exactamente del mismo tipo de trombo

El estudio fue dirigido por investigadores del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford y el Centro de Investigación Biomédica de Salud de Oxford del National Institute for HEalth Research (NIHR). La Universidad de Oxford es uno de los desarrolladores (junto con la farmaceútica) de la vacuna de AstraZeneca.

Para llevar a cabo la investigación se analizó la incidencia absoluta de trombosis venosa cerebral (TVC) en las dos semanas posteriores al diagnóstico de COVID-19 o tras haber recibido una dosis de las vacunas —tanto de la de AstraZeneca como de Pfizer o Moderna—. 

Posteriormente estos datos se compararon con las incidencias de este tipo de trombos en personas que habían pasado una gripe (influenza) y con el nivel base en la población en general.

Los resultados mostraron que la probabilidad de padecer estos episodios de coagulación en la sangre por COVID-19 es entre 8 y 10 veces mayor en comparación con recibir las vacunas y hasta 100 veces mayor en relación al nivel base de la población.

"El riesgo de estos raros trombos por COVID-19 es más alto que el observado con cualquiera de las vacunas actuales, incluso para los menores de 30 años", remarca el estudio. También fue más frecuente en aquellos casos positivos por coronavoirus con afecciones cardiovasculares previas.

El riesgo de padecer este tipo de trombos al recibir la vacuna de AstraZeneca es de 5 por cada millón de personas. En el caso de las vacunas de Moderna y Pfizer este desciende hasta 4,1 por millón. Frente a estos datos, la incidencia de trombos después del COVID-19 fue de 39 por millón de personas. 

Para la investigación se analizaron 513.284 casos positivos en coronavirus y un total de 489.871 pacientes que habían recibido una vacuna de ARN mensajero (Pfizer o Moderna). La información del riesgo derivado de AstraZeneca fue obtenida del análisis realizado por la EMA.

Aunque estos resultados prometedores puedan hacer considerar el equilibrio entre riesgos y beneficios de la vacunación, según los investigadores, estos también remarcan la necesidad de "interpretar estos datos con cautela".

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