Nude Project o cómo proclamarse el templo de la moda de la generación Z en el que hay hueco para todo (incluso cerveza)

Nude Project es una firma de moda, pero decir que solo es una firma de moda sería faltar a la realidad.

Son parte de una industria —la textil— rígida y arquetípica como pocas, pero todo lo que sus fundadores (Bruno Casanovas y Alex Benlloch) han generado alrededor del proyecto lo han convertido en algo más: en el templo de la generación Z. 

Es una evidencia. La gente quiere vestir de Nude Project. Y ha sido esa capacidad de generar comunidad y pertenencia la que ha llevado a la empresa a pasar al siguiente nivel: lanzar Desnuda, su propia cerveza. 

El lanzamiento, que ve la luz este martes, no deja de ser un proyecto casi cíclico del nuevo ecosistema empresarial que les rodea: la distribución de la cerveza se hará de forma exclusiva con Glovo. 

El porqué se explica en uno de los capítulos de su podcast, por donde ya han pasado Quevedo o Marc Gasol, y que grabaron junto al propio Óscar Pierre, CEO de la empresa de entregas a domicilio. La alianza surge en una cena entre los fundadores de ambas compañías y se materializa en lo que Nude considera el mejor episodio hasta la fecha.

Con todo, la firma, que hace unos días proclamaba su individualidad frente a nuevos inversores, se convierte en la primera marca de ropa en tener una cerveza propia y lo hace en el marco de lo que han bautizado como el universo de Nude Project. Y lo que cabe dentro de él aún ni se sabe.

¿Cuántas cosas caben en el universo de Nude Project?

¿Cualquier cosa que tenga el sello de Nude funciona en el mercado? "Todavía no lo sabemos. Hemos tenido un gran éxito hasta la fecha con la firma y con el podcast, pero no tenemos una varita mágica", responde Alex Benlloch, cofundador y co-CEO de Nude Project. 

En sus palabras se respira ligera mesura porque el triunfo comercial también va aparejado de tantas ganas como vértigo: "Nos da respeto, pero al mismo tiempo vemos una oportunidad muy buena".

"Creada por artistas y para artistas". Así definían en sus inicios ambos fundadores la firma y sin embargo, el horizonte más inmediato de Nude Project pasa por lo más terrenal y democrático: un podcast en abierto y una cerveza.

Sobre el porqué de adentrarse en esta industria, los fundadores lo tienen claro: "Tener un producto, que todo el mundo se pueda permitir. La moda puede que no te encaje por precio, una cerveza te abre infinitas posibilidades para llegar con nuestro cliente". Tampoco obvian que la acción responde al estilo de vida que ellos mismos han explotado: jóvenes rebeldes y el mundo de la fiesta. 

Nude Project proclama su individualidad y dice no a las ofertas de los fundadores de Desigual y Hawkers

Para la producción y el lanzamiento de la cerveza, que residirá en España (en Lleida, Cataluña) explican que se ha creado un grupo de trabajo. Todo ello, admiten, ha supuesto un esfuerzo mayor para lograr el objetivo de gestar un producto a un precio razonable: 1,29 euros. 

Pero si la cerveza es el primer abordaje, todo está por imaginar: "El hotel también tendría su magia", bromean ambos fundadores, que, sin embargo, confirman que, al menos por ahora, tienen "bastante" e insisten en lo capital que resulta "no perder el foco". 

Seguir haciendo todo igual en Nude...

Nude Project empezó a andar en 2019. Lo hizo con 600 euros de inversión y con unos jóvenes de apenas 20 años y sin conocimiento alguno sobre el sector. Eso, sin embargo, no les impidió demostrar su certeza en algo igual de capital: vender como nadie.

"Creo que nosotros hemos destacado desde un inicio por ser buenos haciendo marketing y conectar con la generación Z, algo que a muchas empresas les cuesta. La parte de la moda, claro, no la hemos inventado nosotros", reconoce. 

Sin embargo, la combinación resultó la adecuada: colecciones cápsulas con un marcado estilo streetwear y una firme apuesta por las redes sociales. 

"Empezamos con 300 euros cada uno y una producción de 40 camisetas y poco a poco fuimos invirtiendo y creciendo". Y lo hicieron: la marca de moda despidió 2022 con un crecimiento exponencial en cada una de sus vertientes: más de 180.000 prendas vendidas, casi un millón de seguidores en redes y 11 millones de euros de facturación, lo que supone un crecimiento anual en torno al 500%. 

Unas cifras que, insisten, no han tambaleado la esencia de la compañía, cuya producción sigue centrada, en su mayoría, en España, Portugal, Turquía y algo en Asia. De hecho, siguen sin adentrarse en colecciones, solo en drops que van lanzándose cada mes con lo que logran, además, lo que toda la industria ansía: "Me atrevo a decir que estamos por debajo del 1% de stock sobrante".

... para llegar donde nunca han estado

Pero es evidente que el nivel de profesionalidad es otro y esto obliga a la reformulación. Han pasado, en solo 12 meses, de disponer de un equipo de 12 personas a 85. "En el último año, hemos contratado a muchísima gente enfocada a producto. Hemos puesto el foco en avanzar en esta categoría". 

Sobre lo que cabe esperar de 2023, son cautos en cuanto a dar cifras, pero no esconden que la inversión es grande y esperan resultados: "Por lo pronto, duplicar cifra de ventas, pero habrá que esperar unos meses para dar una estimación más certera". 

Pero más allá de números, el objetivo es claro: "Tenemos la oportunidad única de hacer que una generación se sienta por fin identificado con un producto". Ejemplo de ello es la cerveza, con la que esperan, con un poco de suerte, entrar en Carrefour o Mercadona antes de que acabe el año. 

Pero lo que ahora ocupa la cabeza de ambos fundadores es la primera e inminente apertura fuera de España. El sitio elegido es la cuna de la moda: Milán. 

"Confiamos en que esto nos pueda abrir las puertas del mundo, en que si podemos triunfar allí, pues creo que podemos hacerlo en cualquier sitio", desean y, de momento, el deseo pisa terreno firme.