El nuevo problema médico provocado por el calor extremo que tendrá en alerta a la sanidad en verano

Partos prematuros ante el calor extremo

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  • Hay un nuevo problema médico que preocupa a la sanidad de cara al verano, y es la probada relación entre el calor extremo y los partos prematuros. 
  • El estudio también destaca cómo las noches calurosas alteran los ritmos circadianos, provocando dificultades respiratorias y variaciones en la presión arterial.

Cada año se producen más días de calor extremo, de olas de calor, con consecuencias graves en la salud, sobre todo de niños, de ancianos y ahora también de embarazadas, a tenor de los estudios. Han corroborado la relación entre el calor extremo y el aumento de partos prematuros, con todo lo que ello conlleva para el niño, la madre, y el sistema sanitario. 

Con el cambio climático alterando los patrones meteorológicos globales, el verano de 2023 batió récords, convirtiéndose en el más caluroso desde que se tienen registros. Según la Organización Meteorológica Mundial y el sistema europeo Copernicus, la temperatura global promedio alcanzó los 14,98 ºC, superando el récord anterior establecido en 2016. Este fenómeno no solo afecta al medio ambiente, sino que tiene consecuencias directas en la salud pública, incluido el delicado tema del embarazo.

Calor extremo y salud pública, también para embarazadas

El aumento de las temperaturas globales, especialmente marcado por olas de calor más intensas y frecuentes, plantea nuevos desafíos para la sanidad. Estudios recientes han empezado a desvelar cómo estas condiciones extremas afectan especialmente a las mujeres embarazadas, incrementando el riesgo de partos prematuros.

Investigaciones realizadas en Sídney, Australia, por Shanshan Li de la Escuela de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad de Monash, han arrojado luz sobre la relación entre el calor extremo y el aumento de partos prematuros. 

Analizando más de 1,2 millones de nacimientos en las últimas dos décadas, el estudio identificó un vínculo significativo entre las temperaturas extremas, especialmente durante el tercer trimestre del embarazo, y un incremento en la incidencia de nacimientos prematuros, superando los 60.000 casos.

El estudio también destaca cómo las noches calurosas alteran los ritmos circadianos, provocando dificultades respiratorias y variaciones en la presión arterial. En el caso de las embarazas, pueee derivar en la llamada preeclampsia, una complicación del embarazo que se caracteriza por presión arterial alta y signos de daño en los órganos. 

Estas condiciones resultan particularmente perjudiciales para las mujeres embarazadas, subrayando la importancia de considerar el calor nocturno en las estrategias de salud pública.

Peligros para el bebé

El calor extremo obviamente afecta también al bebé, al margen de los problemas o complicaciones de los partos prematuros, aunque cada vez son menos habituales por los avances médicos. No obstante, puede haber defectos del tubo neural, como la espina bífida, bajo peso al nacer y, en casos extremos, muerte fetal. 

La importancia de la vegetación urbana como escudo contra el calor

Además, el estudio subraya el papel crucial de la vegetación urbana en la mitigación de estos riesgos. Las áreas con mayor cobertura arbórea mostraron una disminución en el riesgo de partos prematuros, incluso en condiciones de calor extremo. Esto evidencia la necesidad de integrar estrategias de planificación urbana que promuevan la expansión de áreas verdes, especialmente en entornos urbanos densamente poblados.

La investigación publicada enfatiza también la importancia de que los servicios de salud se preparen para un aumento en los nacimientos prematuros debido al calentamiento global, y aquí España es especialmente sensible por su clima y sus veranos cada vez más calurosos y con más olas de calor, sobre todo en el centro y sur peninsular, aunque cada vez con más frecuencia en la franja cantábrica y las islas Baleares y Canarias. 

¿Qué medidas tomar durante el embarazo con calor extremo?

Lo más fundamental, beber mucha agua y líquidos, evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día, vestir ropa holgada y fresca, tomar duchas o baños fríos, comer alimentos frescos y ligeros, descansar con frecuencia, y por supuesto informar a tu médico si experimentas la más mínima molestia, cualquier síntoma de deshidratación, agotamiento por calor o golpe de calor. 

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