Pagué 85 dólares por 2 horas en una sala para dormir del aeropuerto y una ducha de 5 minutos: estuvo bien, pero probablemente no valió la pena

Ashley Probst
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ashley in the airport and an interior shot of the nap room at freshen up
Ashley Probst
  • Hace poco reservé una sala privada para echarme la siesta en Freshen Up, en el aeropuerto internacional de San Francisco.
  • Solicité una habitación para dos horas, y el establecimiento ofrecía duchas privadas por periodos de 30 minutos.

Como viajera frecuente, siempre busco servicios especiales para mejorar mis viajes.

ashely posing for a selfie at the airport in san francisco
Ashley Probst

Después de ver un TikTok sobre el alquiler de un espacio para dormir en el aeropuerto, que tenía más de 1,8 millones de likes en julio, decidí ver si podía probar algo similar en mis viajes a Los Ángeles y San Francisco.

Me sorprendió que el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles no ofreciera este servicio, pero me entusiasmó descubrir que en el Aeropuerto Internacional de San Francisco había un local llamado Freshen Up, que ofrece salas de siesta, duchas, artículos de aseo de tamaño viaje y mucho más. 

Mi experiencia fue la siguiente.

Llegué tres horas y media antes de mi vuelo con la intención de alquilar una sala de siesta durante una hora.

international terminal at san francisco international airport
Ashley Probst

Normalmente llego al aeropuerto con dos horas de antelación, pero quise darme una hora más para disfrutar de la sala de la siesta.

Como utilicé el autobús Marin Airporter para llegar al aeropuerto, tuve que ceñirme al horario de la empresa y cogí el autobús de las 5:30 a.m., que me dejó en el Aeropuerto Internacional de San Francisco justo antes de las 6:30 a.m. para mi vuelo de las 10:10 a.m.

Pregunté por las salas de siesta cuando llegué al aeropuerto dos semanas antes, así que sabía que se encontraban en la terminal internacional. Convenientemente, esa era también la terminal desde la que volaba con Hawaiian Airlines.

Al principio no fue fácil encontrarlas. Mi consejo: busca mapas del aeropuerto para encontrar la ubicación.

information map and escalator at san francisco international airport
Ashley Probst

Después de hacer la facturación de mi vuelo en un mostrador de autoservicio, esperé unos 20 minutos en la cola para dejar mi equipaje en el mostrador.

Luego pasé otros diez minutos intentando averiguar dónde se encontraba Freshen Up.

No había nadie en el mostrador de información del aeropuerto cuando lo comprobé. Después de deambular un rato, por fin encontré un mapa que indicaba el lugar y me di cuenta de que estaba al otro lado de la terminal.

Las salas de siesta se encuentran antes del control de seguridad.

exterior shot of freshen up storefront at san francisco international airport
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Por suerte, leí en internet que las salas de siesta estaban situadas antes del control de seguridad; de lo contrario, podría haber pasado por el control y perdido mi oportunidad.

Finalmente llegué a Freshen Up a las 7:05 a.m., pero la encargada no estaba en la recepción cuando llegué, y tuve que esperar unos minutos a que la persona regresara de la parte de atrás.

Mientras esperaba, eché un vistazo al establecimiento, que vende otros artículos de viaje.

toiletries at freshen up in san francisco international airport
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El espacio delantero tenía dos paredes repletas de artículos de aseo de viaje y otros artículos básicos de última hora, como toallitas y antifaces.

También había algunos ordenadores que podían alquilarse por 5 dólares (4,60 euros) cada 15 minutos y servicios de impresión a partir de 6 dólares (5,50 euros).

Los precios en el aeropuerto no coincidían con los que aparecían en la web.

freshen up rate on their website next to a photo of a receipt from freshen up
Ashley Probst

La web oficial del aeropuerto no ofrecía mucha información sobre las salas de siesta, aparte de la ubicación general, el horario y el número de contacto.

La página web de Airport Travel Agency, propietaria de Freshen Up, ofrecía la misma información, así como los precios, que eran de 40 dólares (37 euros) por un mínimo de una hora en la sala de siesta y 25 dólares (23 euros) por una ducha.

Antes de mi visita, llamé al establecimiento y un empleado me indicó que los precios eran correctos y que las salas se reservaban por orden de llegada y no se podían reservar con antelación.

Cuando llegué, el empleado me advirtió que tenía que reservar una siesta mínima de dos horas por 70 dólares (65 euros) o que podía conseguir tres horas por 100 dólares (92,60 euros) con una ducha con descuento por 15 (13,90 euros). 

(Un representante de Airport Travel Agency y Freshen Up no respondió a las peticiones de aclaración sobre la discrepancia).

No tenía tres horas de sobra, así que opté por el mínimo de dos horas y una ducha.

En mi recibo, aparece que obtuve el descuento de 15 dólares en la ducha incluso sin el servicio de tres horas. No estoy segura de por qué mi recibo dice "Empleado/Militar", ya que no trabajo en Freshen Up y no pertenezco al ejército.

Mi total acabó siendo de 85 dólares (78,75 euros).

La sala de siesta era bastante pequeña y me pareció un poco ruidosa.

nap room at freshen up at san francisco international airport
Ashley Probst

El encargado me llevó a una habitación que me aseguraron que era la más tranquila. 

Pero como es esencialmente una tienda además de un servicio de siesta/ducha, suena un timbre cada vez que alguien entra o sale del vestíbulo. Desgraciadamente, pude oírlo desde dentro de mi habitación.

Un representante de Freshen Up me comentó que la empresa necesitaba tener un timbre en el vestíbulo para que incluso un empleado que trabajara en la parte de atrás pudiera saber cuándo entraba un cliente.

Pero también había un par de grupos de viajeros que venían a utilizar los ordenadores, y pude oírlos hablar durante toda mi estancia.

Los tapones para los oídos no estaban incluidos en mi reserva, así que encendí el ventilador proporcionado para ahogar un poco el ruido, lo que ayudó. Si volviera a alojarme, recomendaría llevar un par de tapones para los oídos.

Cuando pedí comentarios sobre mi experiencia, un representante de Freshen Up respondió: "No nos anunciamos como un hotel con habitaciones insonorizadas. Intentamos aprovechar al máximo el espacio que nos ha asignado el aeropuerto".

Había muchos servicios útiles, pero no utilicé la mayoría.

desk in nap room at freshen up san francisco international airport
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Mi habitación tenía cama, espejo de cuerpo entero, TV, escritorio con puertos de carga, ventilador, despertador, papelera, una botellita de agua y wifi.

Al final solo utilicé la cama, el espejo y el ventilador. También me bebí el agua porque me había olvidado mi botella reutilizable.

La cama era cómoda para dormir.

ashley lying in bed at freshen up in san francisco international airport
Ashley Probst

Estar tumbada era increíble, pero como había estado viajando, era la primera cama normal en la que dormía desde hacía casi dos semanas.

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El colchón tenía un equilibrio ideal entre firmeza y mullidez en la parte superior.

Aunque me encantó la almohada de seda, los cojines de cuero me parecieron duros y quizás más estéticos que cómodos.

Solo había una manta de felpa sobre la cama, lo cual fue suficiente para mí, pero aquellos que pasen frío probablemente querrán pedir una capa extra.

Dormir la siesta durante una hora fue reconfortante, sobre todo porque no había dormido mucho la noche anterior.

interior shot of nap room from freshen up
Ashley Probst

Puse la alarma a las 8:25 y apagué las luces. Me sorprendió gratamente lo oscura que estaba la habitación.

Acabé retrasando la alarma cinco minutos, así que utilicé la sala durante una hora y 25 minutos. Aun así, tuve que pagar por un mínimo de dos horas.

Había dos lavabos mixtos y una ducha.

shower room from freshen up in san francisco international airport
Ashley Probst

Después de la siesta, fui al baño antes de ducharme en otra sala privada.

Era espaciosa pero bastante estándar. Me metí en la ducha sobre las 8:50 de la mañana.

Me concedieron 30 minutos para ducharme, pero me propuse utilizar solo la mitad de ese tiempo para poder ir al control de seguridad a las 9:00. Cuando salí, ya eran casi las 9:10.

Las duchas venían con todos los artículos de aseo que necesitaba, lo que fue estupendo.

toiletries provided in the freshen up shower rooms
Ashley Probst

En la ducha había todo lo que necesitaba: champú, acondicionador, gel de baño y crema en tamaño de viaje, así como una toallita, toallas, zapatillas de ducha y secador de pelo.

Hay que tener en cuenta que eel baño puede estar bastante húmedo y resbaladizo.

water pooling on the floor of a freshen up shower room
Ashley Probst

Debido al diseño de la ducha, el agua empezó a acumularse en el suelo. Me preocupaba que el agua llegara a todas partes.

Además, creo que habría agradecido que las zapatillas de ducha de cortesía tuvieran más agarre por lo resbaladizo que se volvía el suelo. Los viajeros pueden traer las suyas propias.

Me sentí bien al ducharme, pero en retrospectiva debería haber esperado hasta llegar a casa ya que estaba a punto de viajar en avión de todos modos.

Disfruté de mi experiencia en Freshen Up, pero me fui con la duda de si el precio valía la pena.

ashley posing in front of freshen up at san francisco international airport
Ashley Probst

En general, agradecí la oportunidad de descansar en una sala de siesta y refrescarme antes del viaje. Es un servicio que me gustaría que ofrecieran más aeropuertos, especialmente para los viajeros que tienen un vuelo retrasado o una escala breve.

Dicho esto, no me gustaron las diferencias de precio entre la página web de la empresa y lo que me indicó el empleado en persona.

Fui esperando gastarme 40 dólares (37 euros) y acabé teniendo que pagar 70 dólares (65 euros). Incluso con el descuento de la ducha, pagué 20 dólares (18,50 euros) más de lo que había previsto.

En general, no me desviaría de mi camino para alojarme en una sala de siesta de nuevo, pero me encantaría verlas como opciones en más aeropuertos.

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