La Moncloa "necesita una rehabilitación", pero Sánchez asegura que no la hará él: la cara B de vivir en el hogar de la Presidencia del Gobierno

Pedro Sánchez en la Moncloa

Reuters

  • El presidente ha hecho los cambios casi imprescindibles y se niega a reformar nada aludiendo a qué dirían del 'sanchismo'. 
  • Sánchez desvela que la vida en La Moncloa no es fácil para los adolescentes y señala como curiosidad los controles que tienen que pasar las amigas de sus hijas.

Construida entre 1949 y 1954 sobre los cimientos del que fuera el antiguo Real Sitio de la Moncloa, destruido en la Guerra Civil. Antes servía de residencia para jefes de Estado que visitaban España y desde 1977 es la residencia oficial del presidente del Gobierno, además de la sede de la Presidencia.

Desde entonces ha sido el hogar de todos los presidentes, de Adolfo Suárez al actual Pedro Sánchez; el mismo que ha confesado que el edificio sufre algunos desperfectos y que necesita una rehabilitación en la que no se va a meter.

Así lo ha reconocido en una entrevista a Hora Veintipico con Héctor de Miguel. "Es un edificio antiguo que tiene sus funcionalidades y disfuncionalidades", admitía el presidente, a la vez que recordaba que tuvo que arreglar algunos desperfectos: "Cuando nosotros llegamos las ventanas se abrían cada vez que había un golpe de viento".

Más allá de lo urgente, no piensa arreglar nada. "Es un sitio que necesita una rehabilitación, pero evidentemente no la voy a hacer yo. Imagínate el 'sanchismo' como se pondría", bromeaba.

Sobre cómo es vivir en La Moncloa ha reconocido que "estás muy cerca de la carretera; porque la residencia da a la carretera de A Coruña y es un lugar en el que escuchas mucho trasiego de coche y jaleo". 

Al ser preguntado sobre el día a día de una familia en un palacio, Sánchez ha afirmado que "no es fácil para los adolescentes porque tienes medidas de seguridad que inevitablemente tienes que pasar". Las amigas de sus hijas —de 18 y 16 años— tienen que pasar "distintos y lógicos controles de seguridad".

Pero defiende que, de puertas para adentro, es un hogar normal. "Tratamos que en la planta en la que vivimos sea nuestro hogar el tiempo que estemos. Tratamos de vestir, actuar y ser como éramos cuando vivíamos en nuestro piso", reivindica sobre la vivienda de 200 metros cuadrados, 8 habitaciones, 9 baños y 3 vestidores, según Vanitatis.

Confiesa, eso sí, que tener trabajadores a tu servicio, que te hacen la vida mucho más fácil, no es lo normal y "tienes que decirle a tus hijos que no se acostumbren".

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Aparte de eso, entiende que vivir en un palacio es una experiencia vital de la que estar agradecido, siendo consciente de que "vas a vivir ahí un tiempo determinado de tu vida" y que será limitado.

Una experiencia que llama la atención a familiares y amigos de Sánchez, quien expone que "todo el mundo quiere visitar La Moncloa", aunque él, a veces, lo que quiere es salir a otros sitios.

Salidas que están controladas a todos los niveles, también cuando monta en bici, una de sus aficiones deportivas. En el programa de Cadena SER ha explicado que tiene que diseñarlas con el equipo de policías nacionales que acompañan a la Presidencia. "Me viene muy bien porque salgo fuera de Moncloa, me oxigena", comenta.

Lavado de cara de la Bodeguilla

El hogar del presidente suma entre el palacio y sus jardines casi 6 hectáreas y sus paredes están decoradas por pinturas de artistas de la talla de Anton Raphael Mengs, Fernando Brambila o Joan Miró o tapices de la Real Fábrica. Pero Sánchez, como todos los presidentes, le ha dado su toque personal.

Ha sido el caso de la estancia conocida como la Bodeguilla que era, como cuenta, una antigua mantequería de la época que Felipe González  acondicionó y en la que jugaba al billar. "Yo cuando veo las dimensiones me cuesta ver dónde encajaba la mesa", ha bromeado.

Pedro Sánchez le ha dado un cambio de aires, para hacerlo algo más acogedor. "Cuando llegamos Begoña y yo lo que hicimos fue poner 2 o 3 sillones que había perdidos en el almacén, lo hemos acondicionado un poco y es un sitio agradable en verano porque hace más fresco que en otras estancias". 

Entre lo mejor de vivir en La Moncloa, el socialista ha destacado que es la primera vez que va andando al trabajo. 

Entiende que su experiencia en la residencia ha sido algo distinta de la del resto de presidentes, puesto que llegó "de un día para otro", tras una moción de censura y los cambios para la familia fueron muy repentinos.

Por otro lado, también ha vivido allí un confinamiento, aislado de su familia, momento en los que apreció como nunca los jardines del palacio. Fue entonces cuando dio uso a una estancia que, el primer día recorrió "como quien visita un museo". 

Se trata del búnker, que tiene 7 plantas bajo tierra, donde ante una emergencia hay autonomía para vivir más de 2 meses. Cuenta con cafetería y salas desde las que tuvo que hacer varios consejos de ministros telemáticos para una conexión segura.

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