Despedidos por una pegatina: los jefes de Tesla en Alemania amenazan a los trabajadores tras una protesta sindical
Getty / Dominik Schmitt
- A finales de julio, miembros del sindicato distribuyeron pegatinas provocadoras por la fábrica con frases como "Nuestra salud es más importante que los próximos mil millones de Elon".
- Poco después de la acción, la dirección envió un aviso a la plantilla, amenazando a los empleados con medidas disciplinarias, que podían llegar al despido inmediato, si seguían distribuyéndolas.
El mayor sindicato de Alemania IG Metall en Grünheide (Brandemburgo, Alemania) se ha contenido durante mucho tiempo cuando tocaba hablar de Tesla. Ha tenido cuidado de no hablar demasiado mal de la compañía de automóviles y de su propietario, Elon Musk. Pero el silencio se ha roto, ya que el año que viene tendrán lugar las elecciones al comité de empresa en la producción alemana del fabricante de automóviles estadounidense.
IG Metall pasa al ataque en Grünheide. Los sindicalistas se presentan contra los miembros actuales del comité de empresa, de los que se dice que son cercanos a la dirección, como así lo han demostrado las investigaciones de Business Insider. Por lo tanto, IG Metall ha empezado a atacar directamente a la dirección y al propietario de Tesla, Elon Musk, en la campaña electoral.
A finales de julio, los empleados de Tesla afiliados al sindicato distribuyeron pegatinas provocativas en la fábrica y las pegaron en las paredes. Las pegatinas decían: "¡Nuestra salud es más importante que los próximos mil millones de Elon!", o "Nuestra seguridad es más importante que el próximo récord de producción", y "Nuestro tiempo con familia y amigos es más importante que el precio de las acciones".
La dirección de la fábrica amenaza con el despido inmediato
Al parecer, la dirección de la fábrica reaccionó a la provocación y envió una circular interna a todos los empleados inmediatamente después de la acción de las pegatinas, el 1 de agosto. En ella, amenazaban a los implicados en la acción con medidas disciplinarias que podían llegar al despido inmediato.Business Insider ha tenido acceso a la nota.
En el comunicado se puede leer: "Sin embargo, lamentablemente, tenemos que denunciar que se han dado repetidas acciones de suciedad, pintadas y pegatinas. Esto no solo es antiestético, sino que además ocasiona gastos considerables para su eliminación. Por ello, queremos señalar que existe una prohibición general de pintar, garabatear, hacer grafitis y pegar pegatinas de cualquier tipo en todo el recinto de la fábrica. Quienes incumplan esta prohibición se enfrentarán a medidas disciplinarias, que pueden llegar al despido extraordinario".
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Los empleados acusan a la dirección de la fábrica de antisindicalismo
Los empleados de Tesla, por su parte, afirman unánimemente que las pegatinas no dejan rastro en objetos y paredes y que no se han producido daños ni suciedad. Las pegatinas son magnéticas y pueden retirarse fácilmente.
Por ello, los trabajadores consideran que el anuncio de la dirección es una injerencia directa en la campaña electoral de la fábrica, y algunos lo califican de "antisindicalismo". Con esto quieren decir que la dirección está reprimiendo las actividades sindicales en la fábrica.
La reacción de la dirección de la fábrica de Tesla también es recibida con incomprensión por altos directivos de Mercedes y Volkswagen. Pegatinas, folletos y actos electorales abiertos en las fábricas han sido la norma en los fabricantes de automóviles alemanes durante años. El consejo de administración incluso puso la intranet a disposición de los militantes para la campaña electoral, según afirman directivos de las firmas de coches.
La dirección de Tesla ha dejado sin respuesta nuestras preguntas sobre las pegatinas y el documento interno.
¿Estarían permitidos esta clase de despidos?
Existen dudas sobre si los despidos estarían justificados por la acción adhesiva de los sindicalistas. El abogado laboralista Pascal Croset afirma que "los trabajadores pueden expresar su opinión política sobre la gestión de sus jefes. La ley concede a los trabajadores un margen de libertad muy amplio", afirma Croset.
Solo se prohíben la difamación y los insultos "graves", así como la vejación masiva. Esto significa que incluso las críticas muy agudas están permitidas, explica Croset.
Sin embargo, los límites de la expresión de opiniones permitida se sobrepasan si el empleado daña o perjudica la propiedad del empresario. Tampoco está permitido que el empleado se lleve los bienes a menos que estén expresamente destinados a la publicidad y la expresión de opiniones.
En el caso de las pegatinas, se trataría de una violación de los deberes derivados del contrato de trabajo, asegura Croset. En este caso serían legalmente admisibles las amonestaciones, pero el despido sin preaviso sería improcedente, afirma Croset.
La dirección de la fábrica ha recurrido de nuevo a las amenazas de despidos
No es la primera vez que la dirección de la fábrica amenaza a los trabajadores con el despido inmediato en relación con la campaña electoral y el IG Metall.
A finales de junio, los sindicalistas habían distribuido panfletos en las que pedían salarios igual de altos que los de Mercedes, Volkswagen y otros grandes fabricantes de automóviles. Los trabajadores sindicalizados exigían sobre todo un convenio colectivo al fabricante de automóviles.
Inmediatamente después de la acción sindical, la dirección de la planta envió un mensaje a la plantilla advirtiendo de que transmitir información empresarial era motivo de despido.
Algunos han considerado que la campaña de los flyers a favor de salarios más altos en la fábrica contiene información interna de Tesla, porque revelaba la estructura salarial del fabricante de coches electrónicos. Por tanto, la consiguiente divulgación de información debe interpretarse como una infracción de las normas.
La advertencia de la dirección no es casual. Elon Musk no cree en los sindicatos y en el pasado se ha dedicado repetidamente a romperlos en EEUU; es decir, ha impedido activamente las actividades sindicales en su empresa.
Al parecer, Musk también tiene en poca estima al sindicato IG Metall, que lleva tiempo reclamando convenios colectivos. El jefe del sindicato, Jörg Hofmann, invitó a Musk a una reunión cuando la construcción de la fábrica de Tesla estaba empezando. El multimillonario ignoró la invitación, hasta hoy.
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