Quién gana y quién pierde con el anticipo de elecciones generales para el 23 de julio

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz

REUTERS/Susana Vera

  • Pedro Sánchez ha sorprendido anunciando este lunes la convocatoria anticipada de elecciones generales para el próximo 23 de julio.
  • Uno de los golpes más fuertes se lo lleva el espacio político a la izquierda del PSOE: Yolanda Díaz tiene apenas 10 días para convertir Sumar en una candidatura.
Análisis Faldón

La sorpresa de la mañana la protagoniza Pedro Sánchez. Ningún analista podía prever que el presidente del Gobierno se atrevería a adelantar la convocatoria de elecciones generales como ha hecho el dirigente socialista. Los comicios serán el 23 de julio después de que el decreto de disolución de Cortes Generales se publique en el Boletín Oficial del Estado este martes 30.

Sánchez lo ha anunciado este lunes a media mañana tras mantener un despacho con el rey. En el encuentro, el presidente ha comunicado a Felipe VI su intención de anticipar la convocatoria electoral explicando que aunque el alcance de las elecciones de este domingo 28 de mayo era municipal y autonómico, la orientación de los votos van "más allá".

Como consecuencia, ha dicho el presidente, es necesario someter el "mandato democrático" a unos comicios que se celebrarán en apenas 84 días.

Esto pone patas arriba el escenario político que se contemplaba hasta ahora para el resto del año, tanto el concebido antes de la debacle socialista en las elecciones de este 28M como el alumbrado tras los resultados de los comicios autonómicos y municipales.

Aunque una lectura superficial pueda hacer parecer que Sánchez está "tirando la toalla", un análisis de los calendarios y fechas clave de las próximas semanas también invita a pensar de qué manera el PSOE podría intentar fortalecerse en una campaña ventajosa. Muy rápidamente:

Plazos casi imposibles para la izquierda a la izquierda del PSOE

Probablemente el golpe más fuerte se lo ha llevado el espacio a la izquierda del PSOE. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, fue designada por el exvicepresidente segundo Pablo Iglesias como su sucesora en ese espectro político. Sin embargo, en los últimos meses las tensiones entre el proyecto de Díaz —una confluencia llamada Sumar— y la organización morada se han hecho patentes.

En las últimas semanas esas divergencias se centraron en cómo construir esa candidatura unitaria. Iglesias, desde los micrófonos de los medios en los que colabora —y desde su propio proyecto mediático—, reivindica la celebración de primarias internas.

Este debate, sin embargo, queda en vía muerta. La convocatoria electoral se producirá este martes 30 y las generales serán el 23 de julio. La ley electoral prevé en su artículo 44 que los partidos que establezcan un pacto de coalición para concurrir juntos "deben comunicarlo (...) en los 10 días siguientes a la convocatoria".

En esa comunicación "se debe hacer constar la denominación de la coalición, las normas por las que se rige y las personas titulares de sus órganos de dirección o coordinación".

El bipartidismo recupera peso: PP y PSOE concentran el 59,6% de los votos en las locales, el porcentaje más elevado desde 2011

Por su parte, la propia Díaz ha reaccionado en redes: "El mensaje recibido anoche fue muy claro: hay que hacer las cosas de otra manera. Sin distracciones. Desde este mismo momento estamos trabajando para ganar el próximo 23 de julio. Asumo el reto". 

Luego continuó: "Este país tiene mucho futuro. Son tiempos de audacia. Tenemos un proyecto para seguir dando respuesta a los desafíos sociales, ecológicos y económicos de nuestro país. Frente a la España negra de Feijóo, salimos a ganar. La gente nos está esperando".

En el mismo espacio también reaccionó Alberto Garzón, ministro de Consumo y coordinador de IU: "Ante la convocatoria electoral, desde Izquierda Unida vamos a defender las conquistas sociales logradas durante todos estos años y nos ponemos manos a la obra para presentar una propuesta de país que nos permita frenar la ola reaccionaria".

Desde Podemos, Ione Belarra se ha sumado a las reacciones confirmando que ya han iniciado unas negociaciones exprés para concurrir juntos a las generales con Sumar. El tiempo apremia.

Acelerón electoral para romper la tendencia de la derecha

Otro apunte. La premura de la convocatoria de generales para el 23 de julio hará que la campaña coincida con la elección de presidentes autonómicos en las comunidades que se disputaron este 28M. Igual que los populares han criticado duramente los acuerdos de Gobierno de los socialistas con Podemos, los socialistas harán lo propio cuando trasciendan los acuerdos de PP y Vox.

Estos acuerdos se harán patentes en los parlamentos que estuvieron en liza el pasado domingo electoral. Tras su constitución, los procesos de investidura del nuevo presidente o presidenta coincidirá en campaña. No será extraño ver que el PP trate de concurrir solo sin el respaldo de Vox en algunas cámaras para tratar de dilatar el proceso y que no coincida con la precampaña.

Por otro lado, es importante destacar que el batacazo de los socialistas este 28M tiene más de simbólico que de numérico. El PP, sí, ganó las elecciones municipales con la apabullante diferencia de más de 700.000 votos. Ambas, las fuerzas del bipartidismo, ampliaron su caladero electoral hasta unos números que no se vieron ni en 2019 ni en 2015.

Alberto Núñez Feijóo mira a Pedro Sánchez en una sesión de control en el Senado.

Pero el vuelco registrado este 28M no es ni comparable al que se registró, por ejemplo, en 2011, cuando los populares de Mariano Rajoy lograron una victoria sobre los socialistas superando en votos a los segundos por más de 10 puntos porcentuales. La diferencia en esta ocasión no llegó a los 3 puntos.

Con el adelanto electoral, Sánchez quiere romper la baraja ante una tendencia que se puede intuir desde el 28M: el PSOE cae, el PP sube. Si adelanta los comicios y además los hace coincidir con los futuribles y presumibles pactos entre populares y Vox en varias comunidades autónomas, los socialistas logran mover el marco de la conversación según sus intereses.

Un ejemplo de ello: este lunes ya no se está hablando de la debacle socialista en las elecciones municipales y autonómicas. Se habla de lo que sucederá en 2 meses y medio.

Un nuevo marco de campaña que beneficie a la izquierda

La campaña electoral del 28 de mayo estuvo muy marcada por un debate bronco a nivel nacional en el que lo de menos fueron las propuestas. Por eso, el sociólogo y politólogo de la Universidad Pablo de Olavide, Dani Valdivia, entiende que la campaña que se verá en las generales del 23J será una más enfocada a una suerte de plebiscito entre Sánchez y Feijóo.

"Vamos a tener un plebiscito entre Sánchez y Feijóo como lo que tienen en Estados Unidos. El resto de fuerzas, aunque esta sea una opinión impopular, tienen tiempo de ponerse de acuerdo: el problema es que prioricen el reparto de puestos en las listas sobre el programa, cuando [los dirigentes a la izquierda del PSOE] ya han dicho que lo comparten al 90%".

¿Cómo se rompe ese marco? Valdivia intuía que, de haberse mantenido una convocatoria de elecciones a las Cortes Generales para finales de este año, el relato de campaña habría sido de nuevo el de Pedro Sánchez como presidente "ilegítimo" que se "aferra al cargo" pactando con los independentistas.

"Ese marco se ha roto: al fin y al cabo hemos visto que las municipales han dado malos resultados y han desautorizado la gestión del Gobierno y de las comunidades autónomas. Ahora la lectura puede ser que Sánchez, de una forma íntegra, convoca unas elecciones".

De este modo el PSOE tratará de que el debate en campaña esté más centrado en propuestas, en consolidar ese modelo de plebiscito en el que tanto Sánchez —o el candidato que concurra por los socialistas a la Presidencia del Gobierno— contraponga su modelo al del PP. Que se van los modelos que cada partido tienen para educación, sanidad, vivienda, trabajo o juventud, por ejemplo.

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