Así puedes activar los frutos secos para que sean aún más beneficiosos

Andrea Núñez-Torrón Stock
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cacahuete

El consumo de frutos secos es altamente recomendable en la dieta y sus beneficios se cuentan por doquier, desde el aporte de grasas saludables, fibra, proteína, vitaminas o minerales a la protección frente a multitud de enfermedades, la reducción del estrés, la ansiedad o la fatiga o la mejora del sueño, el estado de ánimo y el daño oxidativo. Los frutos secos previenen el envejecimiento, proporcionan mucha energía, cuidan tu corazón e incrementan la fertilidad.

Aunque son sanos de por sí, la mejor manera de aprovechar el potencial de las semillas se trata de activándolas, un proceso que consiste en dejarlas remojo. De este modo, se mejora la digestibilidad y la calidad nutricional, se reduce la proporción de anti nutrientes y se activan sus enzimas.

Remojando los frutos secos, los inhibidores enzimáticos presentes en estos alimentos pasan al agua. Son moléculas para evitar que se desencadene el proceso de germinación antes de tiempo, cuidando que se den las necesarias condiciones de humedad y calor. Dicho de otro modo, impiden que las semillas germinen en medio adverso y favorecen que su difusión y eclosión cuando es favorable.

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Las barreras químicas de las semillas para no germinar de forma precoz son los anti nutrientes, que no solamente impiden aprovechar la riqueza nutricional, sino que propician digestiones pesadas. Cuando se eliminan los inhibidores toleras mejor los alimentos, se reduce el ácido fítico y es posible mejorar la absorción de minerales por parte de nuestro organismo, puesto que estas moléculas son quelantes de Fe, Ca, Mg y Zn.

Consejos clave para activar las semillas

Semillas de sésamo.

Para activar los frutos secos estos deben estar crudos y ser remojados entre cuatro y seis horas con agua abundante y tibia, cambiándola un par de veces, enjuagándolos bien y secándolos adecuadamente. Si tienes un deshidratador puedes usarlo, sobre todo para grandes cantidades. Incluye una cucharada de sal marina por cada litro de agua, para que ejerza de catalizador y ayude a romper los enlaces de los inhibidores enzimáticos.

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Al iniciarse la germinación en un ambiente óptimo, húmedo y templado se alcanza el punto álgido del valor nutricional de la semilla. Las reacciones bioquímicas se aceleran, la reserva de nutrientes se libera y asimilamos los minerales enlazados en el ácido fítico de un modo más eficiente, como el calcio, hierro, zinc, magnesio y manganeso.

También se incrementa la disponibilidad de ácidos grasos y vitaminas del grupo B, las proteínas se descomponen en aminoácidos, a causa de la fractura de los inhibidores de tripsina y los oligosacáridos de la fibra de los granos se separan en glúcidos más simples y digeribles, evitando gases.

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Puedes poner a remojo los frutos secos y semillas de tu preferencia: nueces, avellanas, almendras, anacardos, piñones, pistachos, sésamo, chía, lino, pipas de calabaza, de girasol y un amplio etcétera. Puedes comerlos enseguida o guardarlos en la nevera durante unos tres días. Recuerda que siempre debes activar frutos y semillas crudas y enteras, no tostadas ni fritas, o de lo contrario se oxidarán sus ácidos grasos.

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