Este satélite podría eclipsar a Venus y al Sol: los expertos alertan del peligro que puede suponer

Imagen renderizada del satélite BlueWalker 3.
Imagen renderizada del satélite BlueWalker 3.

AST

Según la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA), existen actualmente casi 14.000 objetos en órbita, algunos de ellos no registrados por la empresa privada u organización gubernamental responsable.

Lo cierto es que, a la vez que dichos objetos suponen grandes avances para la exploración espacial o, simplemente, para la conexión en la Tierra, como los satélites, también suponen un problema mayor: pueden dificultar la visibilidad en el planeta.

Durante el fin de semana, se lanzó el satélite BlueWalker3, de AST SpaceMobile y a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. Su órbita estará a 500 kilómetros sobre la Tierra y sus medidas son enormes: 1.500 kilogramos con una antena de 8 metros de ancho y una superficie de 64 metros cuadrados.

Aunque el objetivo de esta vasta antena es ofrece internet a móviles, también comprende un peligro mayor: puede ser mucho más brillante que cualquier objeto estelar, a excepción de la Luna. En resumen, podría eclipsar al propio Sol.

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"Estamos preocupados", ha explicado a NewScientist John Barentine, astrónomo de Dark Sky Consulting en Tucson, Arizona. "Podría ser el objeto más brillante del cielo nocturno, potencialmente más brillante que el planeta Venus". 

En este sentido, los estudios astronómicos podrían enfrentarse a dificultades añadidas, aunque ya es algo con lo que han aprendido, en parte, a convivir.

Los satélites podrían complicar la vida a los astrónomos

Los satélites son especialmente importantes para las conexiones a internet, más aún cuando diferentes fabricantes ya han avanzado anuncios en conexión satelital directa, e incluso Elon Musk ofrece Starlink.

Sin embargo, la regulación aún sigue por detrás de los avances tecnológicos. Así, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos emitió una licencia experimental para el BlueWalker 3.

Antes, querían comprobar qué consecuencias tenían los satélites de AST y cuál era el impacto de este en concreto. 

 

"La FCC parece dispuesta a ver cómo funciona y decidir sobre una licencia completa más tarde", ha asegurado a NewScientist Tim Farrar, consultor de comunicaciones satelitales en el Reino Unido.

De esta forma, la comunidad científica ha advertido de que la regulación es totalmente necesaria, ya que dichos satélites pueden implicar un retroceso en la observación del espacio y, en consecuencia, mayor lentitud en la exploración espacial.

"La mayoría de los astrónomos aceptan que habrá más satélites en el futuro", ha agregado Barentine. "Lo que quieren es una convivencia pacífica. No podemos hacer que los satélites sean invisibles".

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