¿Qué quiere decir entrar en recesión? Así definen los economistas el periodo en el que la economía se derrumba y en el que acaba de entrar España

Trabajador de un restaurante preocupado por la falta de clientela.
Trabajador de un restaurante preocupado por la falta de clientela.
  • España acaba de entrar en recesión porque su PIB ha caído un 5,2% en el primer trimestre de 2020 y un 18,1% en el segundo trimestre, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es la mayor caída del PIB desde que se tienen registros.
  • En Europa, un país entra en recesión técnica cuando registra durante dos trimestres consecutivos caídas de su Producto Interior Bruto (PIB).
  • También hay otros indicadores, como el aumento del desempleo, la caída de la producción industrial o la disminución de las rentas de las familias, que pueden indicar una recesión.
  • Es una de las cuatro fases que conforma la teoría de los ciclos económicos y su aparición puede darse por múltiples motivos que acarrean un retroceso en las inversiones, el consumo y la productividad.
  • Son datos desagradables y alarmantes, pero es importante comprender que las recesiones son un hecho natural en la economía moderna.
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La palabra recesión es un término que nadie quiere oír y qué pone en alerta a todo el mundo. Tras los anuncios del descenso del PIB en España, será muy frecuente escucharla en los próximos meses, pero ¿qué significa desde el punto de vista teórico entrar en recesión?

En primer lugar, hay que separar los términos crisis y recesión. Está última hace referencia a laevolución de la tasa interanual del Producto Interior Bruto (PIB). Cuando se registran dos trimestres consecutivos en negativo, se afirma que la economía de ese país ha entrado en recesión. 

Mientras que el término crisis económica hace referencia a un periodo de inestabilidad que desata consecuencias durante un largo periodo de tiempo. Por ejemplo, en 2010, España registraba tasas positivas de crecimiento pero aún estaba inmersa en la crisis económica desatada en 2008. 

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La definición de recesión comúnmente aceptada por los economistas fue popularizada por un artículo de opinión publicado en 1974 en The New York Timesy firmado por el economista Julius Shiskin.

España acaba de entrar en recesión porque su PIB ha caído un 5,2% en el primer trimestre de 2020 y un 18,1% en el segundo trimestre, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta es la mayor caída del PIB desde que comenzaron los registros en 1970, y pone fin a 24 trimestres al alza y a 6 años de crecimiento. 

Otras formas de medir la recesión 

La Oficina Nacional de Investigaciones Económicas (NBER, por sus siglas en inglés) apoya la teoría de que la recesión es algo más que la variación del PIB e indica que hay otras variables a tener en cuenta: el ingreso interno bruto, la tasa de desempleo, la producción industrial y las ventas minoristas.

"Aquí entramos en recesión de manera automática porque por definición lo estamos, pero en Estados Unidos es el comité de ciclo económico del NBER el que identifica a posteriori si la economía entra en recesión en función de diversas variables. En esta ocasión se adelantó más de lo habitual", explica Iván Ayala, profesor de economía aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos. 

Si aplicamos esta teoría al momento actual podemos observar lo siguiente:

La Encuesta de Población Activa (EPA) muestra que, de los 19,9 millones de ocupados registrados de finales de 2019, se ha pasado a 18,6 millones en el segundo trimestre de 2020. Un descenso que ha provocado que la tasa de paro alcance el 15,3 %, sin contar a los trabajadores que actualmente están en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y cuyo futuro laboral es una incógnita. Para Ayala, este el indicador da referencia más allá del PIB, ya que una fuerte caída del desempleo suele ir asociada a una fuerte caída de la actividad económica. Además, otros indicadores como la morosidad o el consumo están estrechamente relacionados con el trabajo. 

Para averiguar el estado de la producción industrial podemos acudir al Índice de Producción Industrial (IPI) elaborado por el INE. En lo que va de año acumula una caída del 15,1%. El último dato disponible es del mes de mayo, cuando registró una tasa interanual negativa del 27,1%. "Esta recesión es muy particular, las restricciones económicas han sido por medidas políticas, no económicas. Aquí lo que ha pasado es que se ha parado la economía. En recesiones normales, es un indicador muy relevante porque, si cae el IPI, cae la inversión, pero en la actual no es tan fiable", apunta el economista. 

En cuanto a las ventas, el índice de comercio al por menor (ICM) sufrió fuertes caídas en marzo (-15,7%) y abril (-20,1%), pero ha recuperado tasas positivas, del 19,4 % y del 17,2%, en los dos meses posteriores.

Respecto al ingreso interno bruto, el INE mide la Renta Nacional Bruta (RNB) pero su último dato es del mes de febrero. Lo que sí podemos observar es que el peso del consumo de los hogares en el PIB ha caído un 6,6% en el primer trimestre y un 21,2% en el segundo. A este dato habría que sumar los excedentes brutos empresariales, es decir, el beneficio de las compañías. 

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La recesión y los ciclos económicos

Camarero en un bar

Para comprender las variables macroeconómicas que constituyen las recesiones, Giacomo Santalego, profesor titular de economía de la Universidad de Fordham (Nueva York) cree que es importante reconocer la relación entre las recesiones y el ciclo económico.

La recesión es una de las 4 fases que forman parte de la teoría de los ciclos económicos, según la cual la economía es cíclica y pasa continuamente por las siguientes etapas: expansión, recesión, depresión y recuperación.

Para Ayala, las grandes recesiones de la economía española en términos cualitativos fueron las vividas en la década de los 80 a raíz de una crisis industrial y la financiera de 2008. Según la NBER, se han vivido 33 recesiones desde 1857 en la economía mundial. 

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Causas de las recesiones

La causa del desplome económico puede ser de diversa índole. El detonante actual ha sido una pandemia mundial, pero anteriormente fueron las hipotecas subprime, la burbuja de las puntocom, los precios del petróleo, la pérdida de confianza de los consumidores en el dinero fiduciario (acuerdo de Bretton Wodds), las burbujas de activos (crisis de 1929) o cuando un tulipán holandés valía lo mismo que una casa. 

El profesor Ayala clasifica las causas en función de su procedencia: "Un torpedo que venga desde fuera como el COVID-19 o un desequilibrio interno de factores productivos o financieros".

"Los factores externos no los puedes controlar, como puede ser un aumento de los precios de un producto, los tipos de cambio o la prima de riesgo. Esto genera consecuencias sobre la inversión, la producción, el empleo y el consumo generando una recesión", explica. 

En cuanto a los desequilibrios internos, los califica como factores endógenos que suelen basarse en una sobrevaloración del valor fundamental de un bien. El claro ejemplo de esto es la burbuja inmobiliaria que registró España en la época de crecimiento anterior a la recesión de 2008 y que sentó las bases de la crisis. 

En cuanto al tiempo de duración de la recesión actual, Ayala cree que la clave va a ser el dato del primer trimestre de 2021. "Los ERTE ya no estarán, las medidas de ayudas se irán disipando y podremos ver cuál ha sido la destrucción del tejido productivo. En función de eso podremos hacer una estimación. Si todo va bien (sin segunda ola de contagios), en un par de años saldremos. Si hay una segunda oleada, las perspectivas son mucho más inciertas y desde luego no serán ni 3 ni 4, y probablemente ni 5 ni 7 años los que pasarán hasta que haya recuperación", anticipa. 

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