El Sol ya tiene fecha de caducidad: así se calculó cuándo (y cómo) morirá el astro rey

'Sunshine'.
'Sunshine'.
  • ¿Alguna vez te has detenido a pensar cuántos años tiene el Sol? ¿Y cuándo se apagará? ¿Y cómo morirá exactamente? 
  • La ciencia, en concreto la astrofísica, ya conoce estos datos. Un pequeño spoiler: el Sol no desaparecerá en forma de explosión supernova, como muchas de sus compañeras estelares.
  • Descubre más historias en Business Insider España.

¿Sientes que tu existencia es ínfima cuando contemplas el Sol, ardiendo allá arriba en el espacio? Pues te sentirás aún más pequeño cuando descubres que la ciencia ya sabe, con más o menos certeza, cuántos miles de millones de años tiene el astro rey, cuándo morirá y, sobre todo, cómo y cuánto tardará en desvanecerse en la oscuridad cósmica.

Al contrario que otras estrellas que han muerto con explosiones dignas de películas de ciencia ficción, el desenlace del Sol será quizás algo más melancólico. Pero, antes de llegar a estos detalles, primero hay que entender cómo se ha descubierto su fecha de expiración. Todo empieza con una reflexión que hoy en día es simple, pero que en la antigüedad habría sido imposible ponderar.

"Una vez te das cuenta de que el Sol es una bola de gas, ya puedes confirmar que no se trata de una máquina de recursos infinitos", explica Jackie Faherty, astrofísica del Museo de Historia Natural Americana, en una charla para Gizmodo. "Solo tienes que calcular cuándo se agotará".

Para saber cuándo se extinguirá el Sol, primero hay que saber cuántos años tiene. En este sentido, la comunidad científica lleva siglos debatiendo al respecto. 

Uno de los enfrentamientos más sonados se produjo en el siglo XIX entre el archifamoso Charles Darwin y el astrofísico Lord Kelvin. Los 2 empezaron a debatir sobre la edad de la Tierra, y a partir de ahí la cosa derivó a averiguar cuántos miles de millones de años tiene el sol. 

Ninguno de los 2 acertó, aunque Darwin se acercó más porque Kelvin partió de la errónea premisa de que el Sol era carbón ardiendo.

En la actualidad, el misterio sobre la edad del Sol ya se ha resuelto. Se ha deducido este dato a partir de las rocas más antiguas que todavía viajan por el sistema solar. Estas rocas son en realidad deshechos, intentos fallidos que jamás se convirtieron en planetas o satélites durante la creación del sistema solar.

Como estas rocas tienen aproximadamente 4.600 millones de años, se ha calculado que el Sol debe tener unos pocos años más: 5.000 millones, más o menos.

julio verne espacio

NASA/ESA/Bill Moede and Jesse Carpenter

El siguiente paso para conocer el fin del astro rey consiste en calcular la intensidad de su brillo para así detectar su nivel de energía. En el mundo espacial casi todo se calcula gracias a la distancia entre diferentes cuerpos, y la energía solar no es una excepción.

En concreto, la distancia entre el Sol y la Tierra (y el resto de planetas, satélites y demás) ha ayudado a determinar el brillo del primero. Antes de que se conociera este dato, era imposible detectar su energía, ya que los expertos no podían saber si o bien el astro está muy cerca de la Tierra (y tiene un brillo muy tenue) o si bien está muy lejos (y su energía es increíblemente brillante).

Quizás te desilusione saber que, en comparación con otras estrellas, el Sol es normalete tirando a mediocre.

Esta comparación fue posible gracias a uno de los gráficos más importantes de la historia astronómica: el diagrama Hertzsprung-Russell, que ofrece un mapa con el color y el brillo de diversas estrellas. Sus creadores, los 2 astrónomos que dan nombre al diagrama, se basan en la idea de que las estrellas queman hidrogeno, y ese ardor está relacionado con la temperatura.

Los datos se concretaron más cuando la también astrónoma Cecilia Payne escribió una tesis cuando era estudiante en Harvard. En su escrito, presentó la idea de que las estrellas están compuestas mayoritariamente de hidrógeno y helio. Russell, cocreador del diagrama de arriba, y supervisor de Payne, consideró los resultados como "imposibles". No obstante, la tesis de la alumna se acabó validando.

Gracias a los avances de Payne sobre la composición estelar, el diagrama Hertzsprung-Russell pudo convertirse en una herramienta importante en el campo de la astrofísica, ya que ayudó a organizar las estrellas por clases, así como deducir cuándo se apagarían (si es que no lo habían hecho ya).

En este sentido, se pudo concretar mucho mejor el nivel de brillo de tu Sol al compararlo con sus compañeros cósmicos.

"La observación de otras estrellas nos ha permitido tener una teoría más completa sobre la evolución estelar", explica Gianluca Pizzone, astrónomo de la Unión Internacional de Astronomía. "En particular, esta teoría ha tenido un papel clave en la creación de cúmulos estelares (estrellas que tienen la misma distancia y composición, pero difieren en masa".

El último dato clave para concretar la fecha de caducidad del Sol fue el ritmo de su fusión nuclear. Ya hace años que se sabe que su ritmo es "extremadamente lento", según explica Albert Zijlstra, astrofísico de la Universidad de Manchester. "El Sol no es una bomba, es un reactor de fusión nuclear relativamente pobre. Produce menos energía por kilogramo que la que generas tú".

Por lo tanto tienes un Sol de unos 5.000 millones de años, con un brillo bastante regulero en comparación con otros astros y que como reactor deja mucho que desear. Gracias a todos estos datos, hoy en día se sabe que al Sol le quedan 5.000 millones de años más antes de que muera.

El Sol de toda la vida no es lo suficientemente grande como para morir produciendo una supernova, esto es una explosión estelar de proporciones épicas. Tampoco dejará tras de sí estrellas de neutrones o agujeros negros. Su final será algo diferente al de muchos de sus hermanos.

Cuando haya quemado todo su hidrógeno, el Sol se hará más pequeño y las capas exteriores de su núcleo aumentarán de temperatura. Pero después del encogimiento llega el ensanchamiento: se acabará convirtiendo en una gigante roja, esto es, una estrella cada vez más grande y fría.

Representación de una gigante roja.
Representación de una gigante roja.

"Cuando eso ocurra, más te vale no mudarte a Mercurio", explica Zijlstra. Eventualmente, este nuevo Sol más carmesí e hinchado absorberá al planeta más cercano.

La hinchazón no se detendrá. Venus será la siguiente. ¿Y la Tierra? ¿Será absorbida? Todavía no se sabe si el crecimiento del Sol llegará aquí. Puede que antes de la colisión, el astro se disipe. Ese será el momento en el que empezará el proceso de evaporación.

100.000 años después de convertirse en una gigante roja, el Sol habrá perdido la mitad de su masa. Pasará a ser una enana blanca, un remanente estelar muy denso del tamaño de la Tierra. Carecerá de energía nuclear, y poco a poco se enfriará hasta convertirse prácticamente en un diamante gigante y solitario.

2 enanas blancas y el sol. A la izquierda la IK Pegasi y abajo en el centro la IK Pegasi B.
2 enanas blancas y el sol. A la izquierda la IK Pegasi y abajo en el centro la IK Pegasi B.

Lo que no queda claro todavía es si el material que el Sol suelte en ese estado acabará formando una nebulosa planetaria, una envoltura brillante de plasma y gas ionizado que se va expandiendo.

Para que tengas los acontecimientos en perspectiva, esta posible nebulosa durará lo correspondiente a un pestañeo a escala estelar:solo 10.000 años, que a su vez es la mitad de la historia humana registrada.

¿Cuál es la conclusión de toda esta reflexión? Que la humanidad no solo ha aparecido en el lugar; también ha surgido en el momento adecuado. Los humanos no habrían podido existir en otro pestañeo cósmico.

"Es importante que te des cuenta sobre lo afortunado que eres de vivir en la actualidad, ya que en el presente hay un equilibrio muy delicado entre la energía que expulsa el Sol y la órbita estabilizadora de la Luna", explica Adam Kowalski, astrofísico del Observatorio Solar Nacional.

"No queremos alterar este equilibrio porque hasta ahora no existe ningún otro planeta en otra estrella que tenga el mismo equilibrio tan delicado y crucial para que la humanidad pueda sobrevivir".

"Somos únicamente un estornudo en la vida de este sistema solar", concluye Faherty. 

A continuación reflexiona sobre los cambios climáticos que el ser humano ha instaurado en el último siglo. "Y aún así me preocupa nuestra influencia para cambiar las cosas antes de que lleguemos al final calculado del Sol".

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.

Etiquetas: