El vino podría desaparecer y el olivo peligra: partes de España y Portugal tienen patrones de sequía insólitos en los últimos 1.200 años

Viñedo y olivos

Getty Images

La península ibérica está más seca que nunca en el último milenio, y valiosos sectores para su economía como son la producción de vino, aceite de oliva y aceitunas pueden pagarlo muy caro. Así lo advierte un nuevo estudio publicado en la revista Nature Geoscience. 

La investigación relaciona directamente el cambio climático con un fortalecimiento del anticiclón de las Azores, causante de que haya patrones de sequía en algunas zonas de España y Portugal que no se habían visto en los 1.200 años más recientes.

El anticiclón de las Azores, popular en los telediarios por su asociación al buen tiempo y al verano —aunque no es del todo así en realidad— se trata de un sistema subtropical de altas presiones extendido sobre el Atlántico norte oriental y Europa occidental. 

El sistema, que gira en el sentido de las agujas del reloj sobre partes del Atlántico Norte, tiene un efecto importante en el clima y las tendencias climáticas: en la época invernal está detrás de los vientos en el Atlántico norte, las heladas en el interior y la humedad en el norte y el oeste. 

Primavera precoz: el cambio climático también desconcierta a los pájaros, que anidan y ponen huevos un mes antes que hace un siglo

El nuevo informe, llevado a cabo por la Institución Oceanográfica Woods (EE.UU.) ha descubierto que el anticiclón de las Azores nunca había sido tan amplio y fuerte, lo que podría secar y contribuir a la desertificación de media península, con las fatídicas consecuencias que eso conlleva.

“Los veranos cálidos y secos y los inviernos fríos y húmedos hacen que las lluvias invernales sean vitales para la salud ecológica y económica de la región”, explican los científicos. La península ibérica recibe de media unos 732 mm al año de lluvia, de la cual un 40% cae durante el invierno. 

El informe advierte que el anticiclón de las Azores "ha cambiado drásticamente en el último siglo y que estos cambios en el clima del Atlántico Norte no tienen precedentes en el último milenio". 

En la segunda mitad del siglo XX se ha registrado en la península ibérica una fuerte sequía anual de 5 a 10 mm por década, y se proyecta una caída adicional del 10% al 20% en las lluvias invernales esperadas para finales del siglo XXI. 

Antiguo pueblo de Aceredo emergiendo de la sequía en 2022 tras haber sido sumergido por el río Limia en la década de 1990 por la construcción de la represa en Concello de Lobios.
Antiguo pueblo de Aceredo emergiendo de la sequía en 2022 tras haber sido sumergido por el río Limia en la década de 1990 por la construcción de la represa en Concello de Lobios.

Reuters

Los sectores del vino y la producción de aceite de oliva se tambalean

Usando simulaciones de modelos climáticos durante los últimos 1200 años, el estudio encontró que este sistema de alta presión comenzó a crecer para cubrir un área mayor de la que tenía hace unos 200 años, cuando la contaminación humana por gases de efecto invernadero comenzó a aumentar. En los últimos años, se ha expandido con mayor rapidez debido al calentamiento global. 

Se trata de la primera investigación que relaciona directamente la expansión del sistema de altas presiones con el aumento de la concentración atmosférica de emisiones industriales.

Otro dato relevante surgió tras analizar la evidencia de los niveles de lluvia conservados durante cientos de años en las estalagmitas portuguesas: a medida que se expande el anticiclón de las Azores, los inviernos en el Mediterráneo occidental se volvían más secos.

Si las proyecciones para final de siglo se cumplen y las precipitaciones merman entre un 10% y un 20%, la agricultura ibérica se volvería "una de las más vulnerables de Europa". Cultivos clave como la vid y el olivo estarían severamente amenazados por estos cambios en el hidroclima. 

Veranos eternos y primaveras anticipadas: cómo ha cambiado el tiempo desde tu infancia (y qué puedes hacer contra el cambio climático)

Otro estudio citado en la última investigación estima que el área apta para el cultivo de la vid en la Península Ibérica podría reducirse en al menos una cuarta parte y potencialmente desaparecer casi por completo para 2050 debido a la grave escasez de agua. Sin ir más lejos, una severa helada primaveral debida al cambio climático devastó la producción de vid en Francia. 

Por otro lado, los investigadores pronostican  una caída del 30% en la producción de las regiones olivareras del sur de España para 2100, lo que supondría un serio daño para el sector de las aceitunas y la producción de aceite de oliva, el "oro líquido" de la dieta mediterránea. 

Los enólogos exploran maneras de adaptar la producción de vino a los cruentos desafíos del cambio climático, como trasladar viñedos a altitudes más altas y experimentar con variedades de uva  más tolerantes al calor

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.